Enric Duran
LIQUIDAR LA BANCA
Testimonio de un activista que ha desafiado
al poder
PRÓLOGO A LA EDICIÓN CATALANA
El libro que tenéis en las manos ha sido un proyecto surgido de la
petición de Ara Llibres, que me llegó pocos días después del 17 de septiembre
de 2008 y, por tanto, ha sido concebido y llevado a cabo mientras yo estoy en
paradero desconocido.
Cuando recibí la propuesta me puse en contacto con una persona que
aceptó el reto de realizarla conmigo y, con la ayuda de otras personas
cercanas, ahora el proyecto se ha hecho realidad. Por tanto, la edición no
habría sido posible sin ella, que se ha encargado de hablar con un buen puñado
de personas cercanas en distintos momentos de mi vida —a las que agradezco
también su colaboración— y de darle forma sobre el papel.
Por este motivo, el primer capítulo, que de algún modo es una narración
de mi trayectoria vital hasta el año 2005, lo leeréis narrado en tercera
persona. A partir del segundo capítulo, cuando propiamente empiezan a surgir
las ideas y a sucederse los hechos relacionados con mi acción de insumisión
bancaria, es mi primera persona la que cogerá el relevo de la narración.
El segundo y el tercer capítulos cuentan dos historias paralelas: en el
segundo hablo de mi acción pública y sus motivaciones entre 2005 y 2008, y en
el tercero de la acción que estaba llevando a cabo para desobedecer a la banca
durante el mismo periodo. El cuarto capítulo es un emocionante paseo centrado
en la publicación CRISIS y el día de su distribución masiva, el 17 de
septiembre de 2008.
El último capítulo es muy particular, porque su contenido se ha ido
generando al mismo tiempo que se redactaba el libro, hasta el punto de que
algunas de las ideas, propuestas y pensamientos que en él se reflejan se han
gestado a principios de enero de 2009, sólo dos meses antes de la publicación
de esta historia. Esperamos que ahora que el libro está impreso, continuemos
con el proceso constante de evolución y proposición de alternativas, con la
motivación por la lucha para construir otra manera de hacer y de vivir.
Por último, hemos creído oportuno añadirle un anexo en el que diversos
bloggers y narradores explican mi acción y la historia del 17-S desde su punto
de vista particular, lo que nos puede dar una idea de las reacciones que se
vivieron «fuera».
Se trata sólo de una pequeña muestra de las innumerables muestras de
interés, apoyo y reconocimiento que he recibido estos últimos meses y que
agradezco afectuosamente una vez más desde estas líneas. Así pues, aunque se
trata fundamentalmente de un libro para explicar mi acción contra la banca,
hemos creído oportuno situar a los lectores contándoles mi historia,
experiencias personales y manera de hacer, de modo que mi acción sea
comprensible en todas sus dimensiones. Aun así, a menudo alternaremos esta
primera persona del singular con la primera persona del plural, ya que a veces
es el «nosotros» la persona que mejor refleja el sujeto de las distintas
reflexiones y acciones, seguramente más veces de las que hemos podido reflejar.
Se trata, por tanto, de un libro con una vertiente autobiográfica
importante, que explica cómo la acción que ha llamado la atención pública no es
un hecho aislado sino que forma parte de una manera de hacer y de vivir que he
compartido en el contexto de lo que nos hemos acostumbrado a denominar «los
movimientos sociales» con muchas personas que me he ido encontrando en los
últimos años de mi vida en Barcelona.
Por este motivo, aunque los hechos se irán narrando a partir de reflejar
mis vivencias personales, no hay que olvidar que todos y cada uno de ellos han
sido posibles porque han participado en él muchísimas personas, que me han
acompañado en mi periplo activista y vital, con la excepción de mi acción
financiera que, como sabéis, llevé a cabo yo solo desde mi individualidad.
A todas las personas que viven y luchan con la cabeza bien alta,
superando los miedos y los malos momentos; a todo el mundo que ha hecho de la
desobediencia a los poderes dominantes su manera de vivir; a todo el mundo que
crea que aún está a tiempo de levantarse y decida pasar de los pensamientos a
los hechos. A todas estas personas es a quienes dedico este libro.
Una lectura que espero que nos sirva, al menos, para hacernos más
conscientes de que si creemos en nosotros podemos llegar a hacer mucho más de
lo que habríamos llegado a imaginar.
Desde algún punto del
planeta,
ENRIC DURAN
INTRODUCCIÓN
Más allá de la sonrisa cómplice
El teletipo de la Agencia EFE del 17 de septiembre de 2008 empezaba
hablando de un «activista antisistema» de 32 años. La expresión unía dos
conceptos que suenan peligrosos: activista+ antisistema.
En la frase siguiente decía que la «presunta estafa» era obra de un
«hombre». Normal. A los 32 años, los seres humanos son hombres y mujeres. Y en
algunos casos, incluso abuelos. Pero en esta sociedad a menudo se les llama
jóvenes. Si son artistas, héroes, ganadores de la lotería o víctimas de algún
tipo de violencia, escribimos que son jóvenes (e inocentes). Si queremos
destacar que son culpables de un delito, entonces hablamos de hombres hechos y
derechos (y de premeditación).
Los textos de agencia son, por definición, asépticos, sin literatura.
Explican los hechos principales de la noticia, dan la alerta a los medios para
que los periodistas echen a correr en busca de más información sobre el tema,
si es pertinente. Por eso utilizan pocos adjetivos. Además, los calificativos
pueden resultar conflictivos, ya que los teletipos se dirigen a todos los
medios a la vez. Algunos de sus «clientes-receptores» son conservadores o
incluso de ultraderecha; otros, un pelín de izquierdas. Pero todos sin
excepción —periódicos, radios, webs y televisiones— viven de la publicidad, de
los anuncios pagados por las grandes empresas. Muchas de las cuales son bancos,
y hay que tenerles contentos.
A pesar de todas estas precauciones, el teletipo de la Agencia EFE
incluía un parágrafo sorprendente. De repente, la persona que lo redactó no
hablaba de un «estafador», sino que mostraba su empatía hacia Enric al
describir la conversación que había mantenido con él vía Skype del siguiente
modo: «Con voz dulce y pausada, el joven relata hoy cómo puso en marcha su
plan.»
Tal vez aquel día la noticia la redactó un becario que todavía está en
la edad de Enric o alguien con una hipoteca criminal, como la mayoría de los
ciudadanos de esta parte del mundo. De lo que estoy casi segura es de que el
redactor sonrió mientras la escribía. Eso es lo que hicimos los periodistas del
periódico donde yo trabajo cuando leímos el teletipo. También nosotros, como la
mayoría de los medios de ámbito estatal, elegimos la noticia entre las pocas
que son seleccionadas cada día para publicarla. Llegaba justo dos días después
de la quiebra de Lehman Brothers y los políticos empezaban a hablar de ayudar a
los bancos. Los había que admitían que habían cometido excesos, pero nadie les
llamaba estafadores. Jugar con el dinero de los demás es un privilegio que mantienen
aún hoy, como siempre remarca Enric.
Aquel día casi todos los medios de comunicación bautizaron al
protagonista de esta historia con el apodo del «Robin Hood moderno».
Curiosamente, este apelativo no aparece ni una sola vez en el manuscrito del
libro que estáis leyendo. Enric no lo utilizó para hablar de sí mismo, ni
siquiera para explicar que los demás sí que lo hacemos.
¿POR QUÉ?
La mayoría de los que leemos con interés la biografía de Enric hemos
soñado alguna vez con ser Robin Hood. La figura de alguien que roba a los poderosos
que se han enriquecido gracias a las injusticias para dar el botín a los más
necesitados es legendaria. Por eso, la etiqueta que le pusieron a Enric le hizo
ganarse simpatías. Lamentablemente, es tan mediática que también escondió buena
parte del objetivo de su acción.
En el primer curso de periodismo, nos enseñan que toda noticia debe
responder a seis preguntas: quién, qué, cuándo, dónde, cómo y por qué. En el
caso de Enric, la última no interesó demasiado, ni siquiera a las «víctimas» de
la presunta estafa, los bancos y las compañías que no quisieron denunciarle.
«¿Por qué?»
El «cómo» no resultaba fácil de explicar en pocas líneas ni en pocos
segundos. No obstante, la mayoría de los medios intentaron resumir la
ingeniería financiera que había utilizado para obtener los créditos. En el
fondo, se trataba de describir un juego, un sudoku, una anécdota perdida entre
el universo mediático.
De todos modos, algunos quisieron distanciarse y juzgar la acción. Tal
como cuenta Enric, Josep Cuní utilizó un tono «provocativo» y «arrogante» cuando
le entrevistó en TV3. El periodista le preguntó si pensaba dedicar el dinero
obtenido con los créditos a financiar al movimiento okupa, pero no le dejó
suficiente tiempo para expresarse. Enric prácticamente sólo pudo decir que
«no».
Por suerte, durante el largo periodo de preparación de la acción, Enric
tomó precauciones y se aseguró de poder llevar a cabo su explicación sin intermediarios
en una revista que no dependiera de publicidad, ni de accionistas, ni de
partidos políticos. La publicación de Crisis fue un gran acierto. En aquellas
páginas, como en este libro, se cuenta con detalle el «cómo», aunque sobre todo
el «porqué».
SUPERFICIALIDAD
Durante los últimos días de septiembre de 2008, muchos esperamos que los
medios hablasen en profundidad del sistema bancario capitalista, pero jamás se
generó un debate social. Los países más poderosos se encontraron en noviembre
para «refundar el capitalismo» y salvarnos de la catástrofe, aunque todos
conocemos el resultado de aquella farsa y, sobre todo, su verdadero objetivo.
Nada ha cambiado en estos últimos meses. Los hipotecados del mundo
siguen sufriendo a solas dentro de las casas que no quieren perder y los medios
«informan» sobre anécdotas, sucesos, grandes declaraciones de intenciones y
resultados deportivos. Nada que ver con lo que tiene que ser el objetivo número
uno del periodismo: vigilar al poder, marcarlo y denunciar sus abusos.
En los últimos años sólo he oído remencionar a un periodista que lo
hiciera a jornada completa. Es sueco, se llama Mikael Blomqvist e investiga a
empresas que se dedican a especular. Luego publica la información con nombres y
apellidos en una revista independiente llamada Millenium. Por desgracia, Blomqvist
es un personaje de ficción, el protagonista del gran best seller del año pasado
Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson. Como Robin Hood, un personaje
de ficción. Pero todavía con menos fortuna: no es demasiado popular. Nunca he
conocido a ningún compañero que quisiera informar sobre abusos económicos. No
suena tan romántico como convertirse en un intrépido corresponsal de guerra;
eso sí que queda bien en las películas.
Como Blomqvist, Enric nos ha puesto a todos en evidencia: banqueros,
empresarios, políticos, periodistas, adictos al consumo... Pero también a los
colectivos críticos con el sistema, que siempre se quejan de que sus acciones
no llegan a los medios de comunicación de masas. Suelen tener razón, aunque
también poca imaginación. Muchas de sus páginas web hablan de paz en un tono
beligerante, incluyen tantos prejuicios como los objetivos de sus críticas, y
las únicas acciones que proponen para cambiar la sociedad son convocar manifestaciones
parecidas a las que organizaron los que ahora se sientan en los grandes despachos.
Lo siento, pero eso no es noticia.
Por el contrario, Enric lo fue cuando hablo con voz «dulce» y «pausada»
para contar una acción diferente, para la que necesitó una fotocopiadora, unas tijeras,
estudio y, sobre todo, mucho tiempo.
Tal vez este ingrediente sea la clave de todo. Él dispuso de tiempo y no
se esconde de ello; la paga de sus padres le ayudó a ser consecuente y poner en
práctica sus ideas. Tener que trabajar toda la vida para pagar la hipoteca y
los préstamos encadenados es, justamente, la clave de todo. Este tiempo
esclavizado es el que no nos deja pensar, el que hace que no podamos profundizar
en nada, que no podamos ir más allá de la sonrisa cómplice al descubrir entre
las noticias del día que un hombre de 32 años consiguió 492.000 euros engañando
a los bancos que nos amargan la vida.
Pero Enric no nos está animando a hacer una canallada ni a convertirnos
en estafadores. Sus métodos son criticables y legalmente punibles, exactamente
igual que lo son los que utilizan buena parte de los grandes empresarios que
recurren a la publicidad engañosa, la especulación con dinero que no tienen y
el chantaje al pedir a los políticos que les den dinero para salvarles de la
quiebra. Enric está hablando de construir alternativas sociales al modelo
capitalista y de dar apoyo a movimientos sociales.
Cuando le entrevisté por correo electrónico en noviembre de 2008 con
motivo de la cumbre del G-20 comprobé que no responde a los tópicos antisistema
que los medios nos encargamos de potenciar. Enric habla de construir
alternativas y las argumenta paso a paso, con la lógica de las matemáticas y el
ajedrez que tanto le gustan. En su modelo hay incluso espacio para el «dinero».
Sólo hay que lograr que deje de ser una forma de acumulación y transformarlo en
«una herramienta para vivir mejor».
Enric no apuesta por las grandes movilizaciones en la calle, sino por
rehacer las relaciones comunitarias. Propone que nos unamos para ayudarnos a
conseguir alojamiento, trabajo...
Para comer, para aprender. Para no quedarnos solos en casa con la única
compañía de las deudas que el sistema nos anima a contraer hasta el infinito.
Para no aislarnos nunca, ni siquiera mientras leemos este libro.
MAGDA BANDERAS
periodista y escritora
Trato
de vivir como pienso
y
de pensar como vivo
—¡Lechuga!
Éste es Enric, un chaval tímido e
inteligente de unos cinco años, respondiendo a la pregunta que le hace en el
circo el artista Torrebruno, asombrado ante su respuesta. Le ha preguntado cuál
es el plato que le prepara su madre que más le gusta. El público se ríe. Una
lechuga no necesita demasiada preparación, y más si te la comes sin aliñar,
como es habitual en Enric. A Enric le gusta la verdura cruda y para él pasarse
mucho rato cocinando es una pérdida de tiempo. Incluso a veces se olvidaría de
comer, si su madre no le llamara a la mesa. Por parte de madre, un abuelo
nacido en Ribes, trabajador y dialogante, que buscaba la poción farmacéutica a
medida de cada persona que acudía a la farmacia Galzeran de Vilanova, mientras
grupos de artistas e intelectuales vilanovenses hacían tertulias en la
trastienda, durante la dictadura de Primo de Rivera. Un bisabuelo intrépido que
a los 14 años se embarcó en un buque de mercancías rumbo a Cuba siguiendo la
tradición familiar de buscarse la vida por aquellos confines del mundo.
Los antecedentes de su padre están en las fábricas de embutidos y pieles
de Osona. Sus padres se conocen en la carrera de Farmacia y, después de casarse,
abren una. Nada precisamente sospechoso de anticapitalismo o ecologismo. Sin
antecedentes rebeldes conocidos. Quién sabe por qué Enric es como es. Quién
sabe por qué asomó la cabeza al mundo aquel 23 de abril de 1976 a las 12.30 del
mediodía, cinco meses después de la muerte de Franco.
Enric ha sido siempre un chico tímido, más bien introvertido y
silencioso. Tiene un aire distraído, de alguien que está constantemente
pensando cosas, como si le vinieran a la cabeza a cada momento ideas y
reflexiones como relámpagos y él tuviera que esforzarse por atraparlas al
vuelo, para que no se le escapen. Sus análisis precisos de cada situación y
pensamiento hacen que le podamos percibir abstraído pero concentrado. Tiene un
discurso contundente e inteligente, a veces incluso intimidatorio por la
seguridad con la que afirma las cosas. A Enric, todo piel morena y ojos
oscuros, tan despistado para la vida habitual, no le importa demasiado la ropa
que lleva, ni si lleva las uñas demasiado largas. Hasta que no le molesten, no
se las cortará. Cuando piensa y valora, cuando su cabeza va a mil hirviendo de
ideas y proyectos, tiene dos tics fácilmente visibles: los dedos de su mano
derecha, que ahora rascan infructuosamente su cabeza, tal vez tratando de hacer
salir las respuestas que no encuentra, ahora se colocan inconscientemente entre
su nariz y su boca, como si se tratara de un bigote imaginario.
El Enric de meses ya sorprende a los adultos montando y desmontando
cubos de colores y tamaños diferentes, automáticamente y sin dudas. Un Enric
que siempre quiere aprender más, que se hace adicto a los juegos de estrategia
y de pensar, que no quiere perder el tiempo. Desde pequeño ha cuestionado todo
tipo de autoridad sin explicación lógica, y nunca ha aceptado ideas impuestas
«porque sí» o porque «las cosas funcionan así». A los cuatro años se cae en una
piscina sin saber nadar, y nadie se da cuenta. Se pasó un buen rato en el agua pero
no se ahogó, salió vivo. Su madre siempre ha creído que le salvó su afán de
superación.
Es el mayor de tres hermanos. Vienen luego una hermana con la que nunca
se ha llevado demasiado bien, no han llegado a entenderse, y un hermano al que
encaminó decisivamente al tenis de mesa, deporte al que ahora se dedica
profesionalmente. Enric siempre ha visto el mundo con otros ojos, con una
mirada y un pensamiento muy suyos y muy trabajados desde que era pequeño y
empezó a ser consciente de que era «distinto» a los demás, y se ha sentido solo
muchas veces, o la mayoría de las veces. En el colegio ya destacaba: por
repelente, decían unos, por diferente, por aburrirse en clase, por interrumpir y
corregir a los profesores. Por ser el blanco de los golpes de sus compañeros.
Por marginado.
Sus compañeros le llaman Calculín y sólo le hacen caso cuando le piden
que haga mentalmente multiplicaciones de dos cifras. Para ser un niño, Enric
tiene unas capacidades excepcionales y, por tanto, le cuesta motivarse con las
lecciones de clase. Aunque durante unos años es bastante competitivo y siempre
le mueve el afán de ganar, con el paso del tiempo ni siquiera le motivará ver
que es «mejor» que sus compañeros. Se siente limitado y frenado por un sistema
de estudios que funciona con incentivos externos, necesita constantemente superarse
a sí mismo y avanza lecciones a su ritmo, distraído de lo que se hace en clase.
Se ha ido dando cuenta de que sus cualidades intelectuales no son habituales y
empieza a hacer preguntas en casa sobre los porqués de su diferencia. Su padre le
cuenta que un tratamiento hormonal a su madre durante el embarazo podría tener
algo que ver, según lo que ha leído en un estudio científico.
Amante de las matemáticas y del saber, desde los seis años ya lee todo
lo que le pasa por delante, devorándolo con una curiosidad y una avidez sorprendentes.
El dibujo y la música no son su fuerte, ya que cree que son una pérdida de
tiempo. Al mismo tiempo, siempre ha querido alcanzar las cimas más altas y con
sus padres sube al Pico de Bastiments y al Puigmal, con un espíritu de
superación que ya no le abandonará, que siempre le empuja a ir más lejos, a no
desfallecer.
Un día, mientras jugaba al fútbol en el parque de delante de su casa de
Vilanova, sufre un traumatismo craneal provocado por un fuerte pelotazo. Su madre
le tiene que estar hablando durante veinticuatro horas sin parar porque ni
siquiera recuerda cómo se llama. Pero ese golpe pasa rápido. Vendrán muchos
más, desde sus compañeros de clase que le marginan y le apartan, hasta mucho
después los de las cargas policiales en las primeras manifestaciones a las que
asiste. Aunque a él no le paran los golpes..., a Enric no le para nada. Cuando
toma una decisión, cuando se le mete una cosa en la cabeza, se entrega en
cuerpo y alma y no hay nada ni nadie que pueda detenerle. No hay obstáculos
posibles cuando hay voluntad y se cree en uno mismo.
Los ocho o nueve años suelen ser la edad de hacer la comunión para la
mayoría de niños y niñas de padres católicos y cristianos o de padres no excesivamente
convencidos por la fe pero sí por la cultura y la tradición. Para la mayoría de
niños y niñas, la comunión y la catequesis previa se convierten, aparte de algo
que no acaban de entender por qué lo hacen, en una excusa para recibir regalos
y celebrar una fiesta propia acompañados por sus compañeros, tan bien
acicalados como ellos.
—¿Por qué tenemos que ir a la iglesia? No
me gustan las iglesias. Son oscuras y aburridas. Es un aburrimiento oír siempre
lo mismo. ¿Por qué tenemos que ir?
A Enric nunca le entusiasmaron
las iglesias, le daban un poco de miedo. Y se preguntaba por qué tenía que
hacer la comunión, hasta el punto que primero se negó a hacerla. Más tarde, la
hizo acompañado de dos de sus primos en un ambiente fuera de lo común: en la
naturaleza, cerca del pantano de Sau, vestido con jersey y zapatillas, sin
regalos. De esta manera, más que gustarle, podríamos decir que no le importó hacerla.
Lo que nunca fue tan sencillo fue convencer a Enric para que se hiciera la cama
cada mañana. No entendía por qué tenía que hacérsela para volver a deshacerla
esa misma noche.
ENTRE TABLEROS Y PELOTAS
Enric, que desde los cinco años ha jugado al ajedrez (y llegó, poco
antes de dejarlo a los dieciséis años, a ser campeón de Cataluña escolar
individual y subcampeón federado por equipos), a los nueve ya ha conocido el
tenis de mesa gracias a unos primos de Vic que juegan en un club y también
porque en las horas de recreo, en el colegio, las mesas de ping-pong se
convierten en el refugio ideal para alguien que busca ponerse a cubierto de
unos compañeros no demasiado amables. El tenis de mesa es como un golpe de aire
fresco, actúa como válvula de escape en el recreo, cuando sale del colegio y
también los fines de semana, en un ambiente en que se siente valorado, más querido,
más cerca de otros compañeros y de su apoyo.
A los doce años, le propone a su madre crear un club de tenis de mesa en
Vilanova. Su madre se queda atónita ante una propuesta así, pero tiene confianza
en las ideas de su hijo. Y de la nada, reuniendo a trabajadores y jubilados de
la Pirelli que durante sus horas muertas juegan en las mesas de la empresa, niños
y niñas del colegio y gente de la peña barcelonista de Vilanova que habían
jugado de jóvenes, empiezan a entrenar, y ahora son uno de los clubes más
importantes de Cataluña, con un lugar en primera nacional y un gran historial
en la cantera.
A los catorce años entra en el Centro de
Tecnificación de Reina Elisenda, un centro de entrenamiento de tenis de mesa para
los niños y niñas de diez a quince años que más despuntan en este deporte, y en
verano, en Segur de Calafell, aparte de jugar con los vecinos, Enric inicia y
enseña también a su hermano Marc desde los cuatro años. El pequeño ya crece rodeado
de pelotas e imitando a su hermano mayor. Cuando llega a casa después de ir a
buscar a Enric a los entrenamientos, juega contra la pared. Grabando en vídeo
el juego de su hermano, Enric estudiará con paciencia y estrategia los
movimientos parabólicos de la pelota, el ángulo de inclinación de la pala para
el mínimo roce de la pelota con el objetivo de que coja la máxima velocidad.
Aplica la física al tenis de mesa para perfeccionar al máximo el juego de Marc.
Una vez federado el pequeño, con cinco años, y habiendo entrado también en el Centro
de Tecnificación un año más tarde, Enric empezará a entrenarle de manera formal.
Además, le hará prácticamente de padre, ya que poco después sus padres deciden
separarse.
Desde los dieciséis años, Enric se quiere dedicar a ser entrenador y a
los dieciocho años se ha sacado el título de entrenador de tercer nivel, el más
alto de este deporte. Durante unos años dedicará a ello muchos esfuerzos, con
la idea de lograr a largo plazo que el tenis de mesa catalán sea reconocido y
valorado, y se lo tomará como una especie de reto personal.
Paralelamente a su tarea de entrenador, Enric ha empezado el COU de
ciencias y sigue pasándolo mal en el colegio; ahora de otra manera, porque por
su timidez todavía se siente muy poco cómodo con sus compañeros, algunos de los
cuales comparten aula con él desde la EGB.
Por unos momentos le pasa por la cabeza estudiar carreras de ciencias e
investigar para descubrir cosas jamás descubiertas antes, pero no le encuentra
sentido a los estudios tal como están enfocados, como un medio para «tener un
futuro» y «ganarse la vida». Los estudios y el hecho de aprender deberían ser
una finalidad por sí mismos, con la posibilidad de romper cada uno sus propios
límites y dedicando el tiempo que haga falta a estudiar o conocer algo en lo
que se cree o en lo que se quiere ser el mejor, o bien un medio para alcanzar
un objetivo concreto más allá del enriquecimiento material personal.
Poco a poco empieza a buscar otro objetivo, ya que la entrada en la
universidad no le motiva. «Realizar cualquier trabajo no vinculado con mi objetivo,
sólo para tener que ganar dinero, me horroriza», escribe en aquella época. Las
malas experiencias con los compañeros, junto con la poca motivación que ya de
por sí le despiertan los estudios, le llevan a desentenderse todavía más del
ámbito académico. A final de curso no se presenta a los exámenes de
recuperación de junio (tres asignaturas pendientes), ni tampoco a los de
septiembre. Su madre se pone nerviosa. Nunca ha dudado de que su hijo hará carrera.
Uno de los sentimientos que más
insistentemente han afectado a Enric en diversas etapas de su vida, sobre todo
de adolescente, ha sido la soledad. Más que la soledad física, una soledad intelectual
profunda, una soledad de pensamiento que le hace echar en falta a alguien que
no sólo le escuche, sino sobre todo que le comprenda, que le entienda. Enric
tiene unas preocupaciones muy diferentes de las personas que le rodean, y cuando
trata de explicar a pinceladas sus pensamientos se encuentra con un rechazo
frontal e incomprensión. En la época ¿del instituto, cuando tiene muchas dudas
sobre qué camino seguir en la vida, sobre sus motivaciones, escribe:
Lograr
encontrar a alguna persona que me entienda y que confíe en mí y yo en ella,
como para intercambiar las ideas más importantes, es lo bastante importante
como para esforzarme mucho para conseguirlo.
El curso siguiente, el 94-95, estudiará el COU de letras, aunque su
objetivo ya han dejado de ser los estudios y aparece claramente en su mente la
necesidad de cambiar la historia del tenis de mesa en Cataluña y en España y
que todos los aficionados y practicantes puedan estar orgullosos de su deporte.
Cree que así su inteligencia será útil y que se sentirá realizado.
De aquella época deja escrito:
No sabía cómo explicárselo a mi madre (que
quería dejar los estudios), porque tenía que contárselo todo desde el principio
y creía que no lo entendería. Desde entonces hasta el mes de marzo lo pasé peor
que nunca: iba a clase con la cabeza en las nubes, veía pizarras que a veces estaban llenas y a veces vacías, pero no
notaba pasar el tiempo, la mayor parte del tiempo no veía más allá de mis ojos
y no oía más allá de mis orejas. No sabía cuánto duraría aquello, pero, por suerte,
el Vilanova organizó aquel año el Campeonato de Cataluña alevín y Sub-21 los
días 2 y 3 de abril, encadenado con la Semana Santa. Las semanas antes de la
competición estuve muy ocupado organizándolo todo y dejé de ir a clase con el
consentimiento de mi madre. Después de Semana Santa le dije que ya no faltaría y
así lo hice. Le expliqué mi objetivo, aunque no todas las ideas que me habían
llevado al mismo. Ella no lo entendió, pero se resignó. No sabía cómo
explicarle que para mí ganarme la vida no tiene sentido, que lo único que
quiero es utilizar mi inteligencia para ayudar a los demás.
Así pues, deja los estudios cuando está a punto de cumplir los
diecinueve años. Durante prácticamente dos años, dedicará todo su tiempo a
hacer de entrenador en el Centro de Tecnificación de Reina Elisenda. Enric
querrá siempre poner a prueba y adivinar los límites de la capacidad de su
hermano. Es el mejor de su edad en Cataluña, pero, ¿es también mejor que los de
fuera?, se pregunta insistentemente. Para saberlo, Enric, Marc y su madre, un
gran equipo unido al máximo, inician un periplo donde recorren distintos
campeonatos internacionales de tenis de mesa. Enric se dará cuenta de que los
de fuera tienen ventaja porque pueden entrenar dos veces al día, cosa que en
Cataluña se hace muy difícil al tener que compaginar colegio y entrenamientos.
Además, en esa época tiene mucho trabajo en la federación, donde se le escucha
y se le considera una persona brillante: insiste en que se prepare a los
infantiles para jugar a nivel internacional, propone cambios en el sistema de rankings,
etc. Finalmente, buscando una solución al problema de la falta de tiempo
suficiente para entrenar, Enric decide crear un centro propio en Bagà, tras
persuadir a padres y gente del Centro de Tecnificación de la necesidad de
entrenar a algunos niños dos veces al día, que era lo que se llevaba en Europa para
trabajar al máximo sus capacidades.
AYUDAR A LOS DEMÁS, AYUDARSE A UNO MISMO
El hecho de ir a Bagà, a los veintiún años, le permite seguir sin
estudiar, ya que a pesar de la insistencia de su madre para que compaginase él
también los entrenamientos con la reanudación de sus estudios, Enric considera
que para poder dar lo mejor de sí mismo y sacar lo mejor de los demás necesita
dedicarse totalmente al entrenamiento de los niños, en cuerpo y alma. Lo
considera de vital importancia, de vida o muerte. Además, consigue que los entrenamientos
al pie del Cadí le convaliden como servicios sociales para la objeción de
conciencia al servicio militar.
Durante este periodo que pasa en Bagà, conoce a una persona a la que
toma mucho afecto y que está pasando por un muy mal momento personal. La quiere
ayudar a salir de sus problemas. Para conseguirlo, empieza a interesarse y a
leer mucho sobre psicología, sobre todo, y filosofía más tarde, para ir más a
la raíz de lo que puede retornar las ganas de vivir a una persona, es decir, a
encontrarle y darle un sentido a la propia vida. Ayudando a esta persona, Enric
se empieza a preguntar a sí mismo cuáles son sus propias motivaciones y
objetivos. Ayudando a los demás, pues, acaba también ayudándose y conociéndose
a sí mismo. Desde aquel momento dedica mucho tiempo a leer, a pensar y a navegar
por la red, donde conoce una página que cuando se abre suena Imagine de John
Lennon, la canción que tanto ha inspirado a pacifistas, humanistas y en general
al movimiento hippy de los años sesenta y posteriores. Esa página era un sitio
web con cantidad de textos, artículos históricos del movimiento anarquista,
humanista, comunista, de Henry Thoreau..., y sobre todo Enric encuentra a un
autor que le marca profundamente: Erich Fromm, cuando habla de Tener o ser.
La primavera le ha despertado con mucha fuerza una conciencia social
insospechada, que teme seguir, porque le tira demasiado hacia algo que
desconoce, con una fuerza imperturbable. Descubre que el deporte de elite ya no
es coherente con su nueva forma de pensar. Trata de convencerse a sí mismo de que
puede cambiar de vida, cree que vale la pena dedicarse a cambiar las cosas, a
ayudar a los demás y a construir un mundo mejor. Los fines de semana, mientras
va en coche hacia Vilanova desde Bagà (hay que decir que Enric se saca el carné
a la cuarta, aunque abandona el coche porque se distrae demasiado con sus
pensamientos y se considera, por tanto, peligroso al volante) hablando con su
madre, va desgranando con timidez estas nuevas ideas al ritmo de una música que
suena en consonancia con lo que él siente con fuerza en su interior... Los
Gossos que le susurran al oído: «No tengas miedo, puedes cambiarlo todo...»
Y, en efecto, todo empezará a cambiar. Después de un año en Bagà, a los
veintidós, Enric decide dejar el tenis de mesa. Dejará también progresivamente
de seguir los deportes por la tele, que se convertirá a partir de ahora en una
gran desconocida. No la necesitará para distraerse, porque pasará mucho tiempo
con la cabeza ocupada en ideas y nuevos proyectos que le motivarán profundamente.
Cree que el hecho de tener unas capacidades especiales, como sabe que tiene, es
una responsabilidad, y que tiene que utilizar estas capacidades para mejorar
las cosas, para hacer cosas realmente útiles.
En Bagà, Enric se ha sentido muy valiente y ha dado grandes pasos para
vencer su timidez. Ha tenido que llevar a un grupo a todos los niveles, no sólo
deportivo, y por tanto ha trabajado mucho en los ámbitos emocional y
comunicativo, y esto se empieza a notar. Conoce a nuevas personas y les habla de
los cambios que ha hecho, de sus objetivos y de su nueva forma de ver las
cosas, traba lazos de amistad; poco a poco, pues, se va abriendo al mundo de
las relaciones con los demás. Como parte de todo este proceso, al verano
siguiente en Vilanovallega también su primer beso.
Su gente no sabe explicarse el cambio, no sale de su asombro. Su madre
tampoco, y está asustada, ya que tendrá que acostumbrarse a llevar el club ella
sola, sin la incansable energía de Enric a su lado, cuando había sido el
incansable promotor de la idea de crearlo y de su consolidación. Nadie entiende
cómo alguien que ha dedicado todas sus energías a un objetivo, ahora, de
repente, quiere cambiar de vida.
Cree que tal vez el estudio pueda servirle para su gran objetivo y se
matricula nuevamente para hacer COU, esta vez en Barcelona, donde cree que encontrará
más oportunidades para aprender cómo arreglar el mundo. En la academia del
centro de Barcelona la mayoría de sus compañeros de clase no son precisamente
buenos estudiantes, a diferencia de él, que se lo sacará todo con
sobresalientes. Suele ayudar a algunos compañeros y compañeras dándoles cierto
refuerzo en las materias que él ya domina, incluso les ayuda psicológicamente,
les escucha y les habla. Sigue, pues, tratando de ayudar a los demás, viendo
qué pasa en su interior, intentando encontrar herramientas para que superen los
problemas que les atrapan. Paralelamente, empieza a interesarse y a enterarse
de los proyectos sociales y las reivindicaciones que corren por la Barcelona
del momento.
Un buen día, mientras pasea por una feria de entidades en busca de
alguna idea que le llame la atención por su potencial transformador, encuentra
un stand de la plataforma 0,7% que reivindica una ayuda oficial al desarrollo
superior a la actual. El incansable y malogrado Andrés Arcos le atiende tras el
mostrador. Enric lee el folleto de la campaña y se da cuenta de que tiene que
ver con el cambio de las relaciones entre el norte y el sur. Pregunta qué hacen
exactamente y le dice a Andrés que le gustaría participar en la campaña. En ese
momento se están preparando unas jornadas sobre la deuda externa y se ha convocado
una reunión el miércoles siguiente en el local del Servicio Civil Internacional
(SCI) para hablar de este tema. Esta información y un tríptico de la asociación
EcoConcern serán los primeros contactos que tendrá Enric con el nuevo mundo en
el que está a punto de involucrarse. El miércoles llega al SCI y se encuentra a
Alfredo, que dobla trípticos de la campaña. Se pone a ayudarle. Y he aquí que
ya tiene un pie dentro. Enric asistirá también de participante a las jornadas, donde
descubrirá, entre otras cosas, las míticas charlas de Arcadi Oliveres.
De las jornadas salió una plataforma para la abolición de la deuda
externa. Las primeras reuniones a las que asistirá Enric serán precisamente las
de esta nueva plataforma. Además, también empieza a asistir a conferencias que
se dan en Eco-Concern; a menudo siente deseos de expresar su opinión, pero la
timidez le vence y pocas veces lo hace. Empieza a leer mucho sobre filosofía,
política, ecología... Cuando un libro le gusta, le dura dos o tres días como
mucho.
La ida de Enric a Barcelona ha coincidido con la entrada de Marc en el
Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. Enric le sigue, aunque ahora desde
más lejos; le va a ver y le anima, colabora con su nuevo entrenador y le motiva
a seguir. Enric se distancia, aunque no quiere que Marc crea que le abandona,
que le deja. Siente, sin embargo y con mucha fuerza, que tiene que dejarlo todo
para dedicarse a cambiar la sociedad que le rodea. Cree que la sociedad le
necesita y que el mundo está muy mal. Aun sin Enric a su lado, Marc será varias
veces medallista en los europeos juveniles y unos de los 200 mejores del mundo.
ENTRE LA UNIVERSIDAD Y EL CAMBIO SOCIAL
Además de matricularse en la universidad, Enric ha pasado los exámenes
de selectividad. Sus notas de sobresaliente hacen creer a sus padres que
retomará el camino que siempre habían pensado para él, pero los hechos pronto
hablarán por sí mismos.
Tras estos exámenes asiste a la primera reunión de la plataforma contra
la deuda externa, donde un grupo de personas de Lérida proponen realizar una consulta
social para preguntar a la ciudadanía qué opina sobre el tema, tal como ellos
ya habían hecho en su ciudad durante las últimas elecciones municipales. «¡Por
fin un gran proyecto que tiene que ver con el objetivo de cambio social que me
he marcado!», piensa Enric.
Nos situamos aproximadamente en el mes de septiembre. Parte de la gente
de la plataforma no se veía capacitada para sacar adelante un proyecto tan
ambicioso, pero se dieron unas semanas para que aquellos que sí lo veían
posible demostrasen la viabilidad del proyecto. La campaña tuvo mucha difusión
y aceptación en todos los ámbitos donde se explicó y por eso finalmente todo el
mundo se apuntó al carro de sacarla adelante. Cuando el proyecto finalmente se
hizo realidad, se había hecho popular un lema bastante alentador: «Lo
conseguimos porque no sabíamos que era imposible.» Esta idea nos puede ayudar a
entender también la filosofía de Enric: a él, lo que es imposible, lejos de
echarle atrás, le motiva.
Su paso por la universidad al curso siguiente es fugaz. Empieza la
carrera de Sociología en la Universidad de Barcelona. Allí está cuatro meses.
Discute mucho con los profesores sobre las teorías que se explican y considera
que lo que enseñan en la universidad son teorías anticuadas respecto a una
realidad que cambia rápidamente, y que es una pérdida de tiempo asistir a
clase. Cree que puede aprender más por sí mismo, a su ritmo, y de lo que más le
interese. Siempre ha sido autodidacta.
Además, ya está plenamente integrado en la organización de la campaña
para llevar adelante la consulta social para la abolición de la deuda externa.
Acompañado por su hermano, pasa la Nochevieja de cambio de milenio en la plaza
de Tiananmen, en China, donde decide que dejará la universidad y se dedicará
completamente a la preparación de la consulta que se preveía para el 12 de
marzo de aquel nuevo año que empezaba. En enero se presentó a los exámenes,
aunque sin haber estudiado, sólo por curiosidad. Luego, únicamente volvería a poner
los pies en la facultad para participar en asambleas de estudiantes, acciones y
campañas.
LAS PRIMERAS MOVILIZACIONES:
DEDICADO AL ACTIVISMO DURANTE DIEZ AÑOS
Con la entrada en el nuevo milenio nos encontramos en un contexto de
lucha por el cambio global en el que Enric se verá inmerso de pleno,
participando activamente en un conjunto de movilizaciones importantes. Como
precedente, la victoria en Estados Unidos de las históricas movilizaciones
contra la OMC en Seattle, donde entre 50.000 y 100.000 personas hicieron fracasar
la llamada «Ronda del Milenio», se considera generalmente como el punto de
partida de un movimiento contra la globalización neoliberal, movimiento que se
extenderá cada vez más por todo el mundo.
LA CONSULTA SOCIAL PARA LA ABOLICIÓN DE LA DEUDA EXTERNA
El 12 de marzo del año 2000, y tras seis meses intensos de preparación,
se celebra en Cataluña y en España la Consulta Social por la Abolición de la
Deuda Externa, una de las primeras campañas de desobediencia civil en que Enric
participa a tiempo completo. Se trataba de organizar un referéndum,
coincidiendo con las elecciones generales de aquel año, para preguntar a la
ciudadanía sobre la cancelación de la deuda que los países más pobres tienen
con el Estado español. Más de un millón de personas dieron su voto en la
consulta, a pesar de la prohibición de llevarla a cabo, y el 98 por ciento lo
hizo a favor de la cancelación de la deuda, en un acto masivo de democracia participativa
y desobediencia civil.
En aquella época, Enric ya sorprende a sus
compañeros de la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa (RCADE) por
su dedicación y por su capacidad organizativa y de trabajo. Por ejemplo, Enric
sale voluntario enseguida cuando desde la Red se empieza a buscar a alguien que
pueda gestionar el correo electrónico de manera eficaz: tiene la intuición de
que si alguien está motivado para participar en una campaña hay que responderle
rápidamente para mantener en caliente su motivación. Enric se encargará también
de la organización del distrito del Eixample, el mayor, y de los distritos de
Sant Martí y Horta-Guinardó, poniendo ya a prueba su facilidad para gestionar
recursos y su gran capacidad para organizar a personas. Decía a sus compañeros
que quería cambiar de vida y que para hacerlo utilizaría todos los recursos de los
que dispusiera. Con ello sencillamente quería decir, en aquel momento, que con
la asignación mensual que le pasaba su padre como a todos sus hermanos, él
pensó que si gastaba poco se podría dedicar al activismo a tiempo completo. Y
así lo hará durante aproximadamente tres años.
EL MOVIMIENTO DE RESISTENCIA GLOBAL
Y LA ACCIÓN GLOBAL DE LOS PUEBLOS
Tras la campaña de la deuda, Enric se suma
a última hora a la acampada del 27 de mayo en la plaza de España, donde
centenares de personas protestaban contra un desfile militar del ejército
español. Una vez plantadas las tiendas (a Enric le había dejado la tienda su
inocente madre, que evidentemente no tenía ni idea de las intenciones de su
hijo, ni siquiera cuando pasando cerca de la plaza se sorprendió de ver una
tienda igual a la que tenían en casa...) la acampada comenzó sin jaleo hasta que
los agentes decidieron actuar de madrugada, mientras los manifestantes dormían.
Empezó un desalojo al estilo «jugamos a arrancar cebollas», en que 150
activistas adormilados trataban de resistir pacíficamente a la intervención
nocturna.
Días después de estos incidentes, Enric
asistió a una reunión de un grupo de gente de Barcelona que quería crear una red
contra la globalización económica. Enric, que desde hacía poco ya disponía de
internet por cable en casa y navegaba más que nunca, se había enterado de una
contracumbre que iba a tener lugar en Praga contra el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional en septiembre, una noticia que le hizo constatar con gran alegría
que el movimiento de resistencia a la globalización económica había empezado en
Europa. Así, en aquella primera reunión ya propuso al grupo recién creado ir a
Praga y planteó la posibilidad de sumarse a la gente que había participado
también en la campaña de la deuda para formar una plataforma conjunta. A partir
de aquí, se creará una comisión de trabajo para preparar el viaje a Praga y
otra para organizar una manifestación en Barcelona por el mismo motivo, para
aquellos que no se desplazasen al epicentro de la reunión. Y de todo ello nacerá
en Cataluña el Movimiento de Resistencia Global (MRG).
En esta movilización, Enric demuestra ya
una vocación inaudita para crear listas de correo: crea una de habla castellana
(praga2000) y otra para la traducción al castellano de los documentos que
llegaban. Internet, como gran novedad y gran revolución, desempeña un gran papel
en la organización de esta contracumbre. Los grupos locales facilitan los
espacios y la logística y, una vez en el lugar, las asambleas presenciales
toman el resto de decisiones. Enric viajará previamente a Praga para una
reunión preparatoria, donde coincidirá ya con miembros de Acción Global de los
Pueblos (AGP), un grupo de personas muy puestas en el activismo a escala global
que ahora preparaban con afán la contracumbre. Además, Enric será uno de los
portavoces ante la prensa catalana y se encargará, junto con algunas personas
más, de hacer los contactos y organizar el viaje de los catalanes. En Praga, la
delegación catalana y española fue la segunda más numerosa de Europa por detrás
de la alemana.
El resultado: de nuevo una victoria. Se logra que se suspenda la
conferencia. No sin costes: 700 detenidos, entre ellos unos cuarenta catalanes,
y numerosos heridos. Cuando el autobús de regreso se marchaba hacia Barcelona,
Enric decide quedarse unos días más por si hay que ayudar a acabar de cerrar las
movilizaciones y afrontar represalias, y también para preparar nuevas campañas
con AGP. En este momento estamos ante un Enric que se implica con ganas en el
activismo en el ámbito europeo. Lo que más le sorprende y le emociona de Praga
es ir a un piso de AGP y encontrarse con representantes de los cinco
continentes: desde un aborigen de Nueva Zelanda hasta un indígena de Ecuador.
En noviembre de ese mismo año, tras las
movilizaciones de Praga, se retoma la recta final de la campaña de la deuda.
Activistas de todo el Estado se desplazan a Madrid el 25 y 26 de noviembre para
presentar los resultados de la consulta a cada diputado del Congreso. Además,
se hace una acampada en el Paseo de la Castellana y una acción sorpresa: se
acuerda una señal y, a la de tres, un grupo de 300 personas tiene que correr y
sentarse en las escaleras del Congreso de los Diputados para leer un
manifiesto. La carga de la policía nacional fue totalmente desproporcionada
ante la resistencia pacífica de los manifestantes: Enric recibió un buen
porrazo y aunque el portavoz pudo leer el manifiesto, lo hizo con un reguero de
sangre que le resbalaba por la mejilla.
La anécdota de todo esto vendrá más tarde:
en el momento de escribir estas líneas, Enric ha recibido una citación judicial
para el 17 de febrero de 2009. Y no precisamente por la acción por la que
muchos de vosotros estáis leyendo este libro. Sencillamente porque, ocho años
después, los tribunales tratan de «averiguar» aún lo que ocurrió ese día con la
policía. Ya se sabe, la justicia se toma su tiempo según para quien trabaja. Otra
cosa que se sabe: Enric, evidentemente, no ha podido asistir como testigo;
ahora mismo, precisamente, si tuviera que responder ante la justicia por algún
acto, lo haría como acusado y defendiendo públicamente y políticamente su
acción de desobediencia a la banca.
Tanto en la campaña de Praga como en la de
la deuda, Enric tiene unas sensaciones que no ha experimentado nunca tan intensamente:
un sentimiento de pertenencia, de amistad, de compañerismo, de sentirse en el
ambiente en el que se encuentra cómodo, compartiendo objetivos y acciones
colectivos. Siempre ha buscado salir de la soledad que le había acompañado un
buen puñado de años, y hasta ese momento no lo había conseguido. Cuando llegó a
Barcelona, se apuntó a una asociación, MENSA, que venía a ser como una especie
de club social para personas con un coeficiente intelectual elevado. Desde niño
había creído que se podría sentir cómodo en un lugar así, sobre todo cuando de
adolescente se encontraba tan solo y con tantas dificultades para compartir sus
inquietudes. Pero una vez dentro de este club, y yendo a algunas cenas con el resto
de la gente, se encuentra con una falta de energía y un acomodamiento entre
ellos que no le motiva; lo que quería era compartir la visión del mundo que
para él era nueva, y actuar en consecuencia.
NIZA Y ZÚRICH... ¡Y BARCELONA!
CONTRACUMBRES QUE PERSIGUEN A CUMBRES
En el mes de diciembre habrá un encuentro
de la Unión Europea en Niza, donde se inaugurará un nuevo modelo de viaje para
los activistas: ocupar los trenes para desplazarse hasta los lugares donde se
celebraban las reuniones, reivindicando el derecho al transporte gratuito como
parte del derecho de expresión y participación en manifestaciones de carácter europeo.
Esta misma táctica se utilizó para
desplazarse hasta Zúrich durante el mes de enero del recién estrenado 2001,
donde tenía lugar un encuentro contra el Foro Económico Mundial que se reunía
en Davos. Enric y su grupo fueron a Zúrich, aunque otros manifestantes optaron
por acercarse tanto como fuera posible al lugar de la reunión: tanto como fuera
posible, pero no demasiado. Para llegar al epicentro de la reunión había que
atravesar un lago, y ya os podéis imaginar cómo zozobraban las barquitas de los
activistas cuando, remando, remando, se encontraban ante un enorme buque de
guerra que les barraba el paso. En Zúrich, la confrontación con la policía fueimportante.
Enric y algunas otras personas se marcharon antes de que la manifestación terminase,
pero cuando cogió un tranvía, la policía irrumpió bruscamente y detuvo a todo
el vagón, ya que por lo visto todo debía apestar a manifestante antisistema.
Una mujer de 86 años se libró. De los detenidos, siete eran catalanes y
estuvieron en comisaría durante tres días. Enric compartió celda con un chico de
Argelia al que también pretendían expulsar del país, aunque por motivos muy
diferentes. Finalmente, Enric fue expulsado y le llevaron esposado al
aeropuerto suizo, para llegar de nuevo libre a Barcelona. Su madre, que había
sufrido mucho aquellos días, respiró aliviada.
En estas movilizaciones globales, los
sentimientos de unidad y de apertura eran muy grandes, se estaba en un proceso muy
nuevo, en unos movimientos que nadie había definido aún y que se estaban
construyendo entre todos los que participaban, independientemente de sus
ideologías más particulares, que no rompían la lucha común.
A principios del año 2001 habían empezado a
proliferar los encierros de sin papeles en las iglesias barcelonesas, momento en
que Enric volvió puntualmente a la universidad. Convenció a unos cuantos amigos
del campus de la Diagonal para encerrarse en la universidad en solidaridad con
los inmigrantes y luego, en la Pompeu Fabra, explicó que los de la Diagonal se
encerraban, provocando un efecto dominó de encierros, ya que nadie quería ser
menos que nadie. Tras unos días de encierro, pocos estudiantes mantenían la
movilización (Enric iba paseando su saco de dormir y su motivación de
universidad en universidad), y cuando se abandonaron los edificios y se pasó a
plantar unas pocas tiendas de campaña ante la facultad, Enric seguía animado, comentando
a los demás acampados que cada tienda de campaña era un punto de información y
de resistencia.
Al mismo tiempo, se pone en marcha la
campaña contra el Banco Mundial, que pretende reunirse en Barcelona el 24 de junio.
Es la primera contracumbre en Barcelona y Enric demostrará una vez más su capacidad
organizativa y un dominio de internet impresionantes. Se le considera «el
hombre conectado ».
La policía también lo debía considerar así,
porque el jueves de Semana Santa de aquel año, al llegar a casa por la tarde, Enric
descubre a una persona vestida de negro que huye corriendo por la terraza de su
piso y desaparece rápidamente. Una vez superado el susto, se da cuenta de que
le han revuelto los papeles y que han buscado información en su ordenador, pero
no se han llevado nada. También recuerda que el día anterior le había dicho por
teléfono a una persona que aquella tarde no estaría porque se iba a Gerona,
pero no había dicho a nadie que a última hora había decidido no ir hasta el
viernes por la mañana. La entrada se había producido sin fuerza, por la terraza
que se abre y se cierra con llave. Recuerda también que, curiosamente, unos
días antes había recibido una llamada perdida cuando estaba en casa y que cuando
él había llamado a ese número, una voz le había respondido: «Comisaría de policía,
¿dígame?» Este hecho tan escandaloso fue denunciado en la rueda de prensa
coincidiendo con la presentación de la campaña contra el Banco Mundial.
Mucha gente se apoyaba en Enric, ya que era
muy responsable, trabajador y tenía un buen criterio político. La preparación de
este acontecimiento fue muy importante en Barcelona, los activistas se reunían
en «El cuartelillo», en la calle Joaquín Costa, y allí se pasaban horas y horas
trabajando, aunque también riendo y estableciendo vínculos estrechísimos... Los
horarios que hacían eran de locos, ¡a veces ni siquiera se acordaban de comer!
Había un amplio espectro político movilizándose y, como el discurso
antiglobalización era muy nuevo, no se sabía cuál sería la reacción de la
gente, de las instituciones, de la policía... Antes de Barcelona, en la cumbre
contra la UE de Goteborg se había disparado contra algún manifestante y, por
tanto, había bastante tensión entre los activistas, aunque al final lo que
pasaba era sobre todo que había una gran criminalización del movimiento.
La campaña estaba creando mucho interés, y
ante la previsión de movilizaciones, el 19 de mayo el Banco Mundial hizo público
que suspendía la reunión. Las movilizaciones se mantuvieron con algunas
modificaciones: se suspendieron los bloqueos pero se convocó una «visita
guiada» a la bolsa. A pesar de que los poderosos se quedaron en casa, las
movilizaciones se convirtieron en un festival victorioso, con la participación pacífica
de multitud de familias, niños y niñas, padres y madres, jóvenes, abuelos y
abuelas... Si hablamos de esta movilización no podemos obviar las nuevas
prácticas y estrategias politicoartísticas impresionantes que se llevaron a
cabo: grupos de artistas crearon una moda «prêt à révolter» para protegerse de
la policía de manera elegante y divertida; el grupo Las Agencias estrenó unos
escudos de protección llenos de dibujos y colores, con niños y abuelas
pintados, por lo que cuando la policía repartía leña el impacto visual era
tremendo. Se utilizó una tactical frivolity (frivolidad táctica) que consistía
en bailar, cantar, disfrazarse, manifestarse de forma festiva para desdramatizar
una situación dramática, llamar la atención de la prensa y despistar a la
policía. Todas estas técnicas estaban muy inspiradas en el modelo inglés de
«Reclaim the Streets», reclamar las calles de forma festiva.
A su llegada a la plaza de Cataluña, sin
embargo, la policía rodeó la plaza y empezó a cargar contra los manifestantes (más
tarde se supo que por la provocación de policías disfrazados de antisistema),
de modo que el acto se saldó con numerosos heridos y detenidos. En esta
movilización se habían abierto tres líneas telefónicas a nombre de Enric, que
iba pasando la factura a la comisión económica de la campaña que organizaba los
actos: una línea para la comisión legal, otra para la prensa y la última para
coordinación. Después de las movilizaciones, la línea de la comisión legal
siguió operativa a causa de las detenciones que había habido.
GÉNOVA EN LLAMAS
El mes de julio de aquel intenso 2001 será
tristemente recordado por las movilizaciones contra el G-8 (el grupo de los países
más ricos y poderosos del mundo) en la ciudad de Génova y sus lamentables y
escandalosas consecuencias. Previamente al encuentro, Enric y otros activistas
inseparables, como Mayo, Jeff, Arnau, Josep Maria y Mercè fueron a preparar la
logística para los catalanes que tenían que llegar a la ciudad al cabo de unos
días. Dormían en una casa en las afueras de la ciudad, en el exterior, bajo la
parra de un jardín, y Enric utilizaba su portátil, que siempre lleva encima,
como almohada para que no se lo robasen y estar más cómodo. Los activistas tenían
que encontrar sitio para dormir para los catalanes que tenían que llegar a los
pocos días, pero parecía que todos los espacios estaban muy llenos.
Sorprendentemente, en un parque grande y abarrotado habilitado especialmente
para la ocasión, divisaron una pequeña zona de arena donde había espacio para
instalarse. Y aquí irían a parar finalmente los catalanes, que entendieron el
porqué de aquellos olores tan agradables que les acompañaban cuando se dieron
cuenta de que en realidad estaban durmiendo sobre unos pipicanes para perros...
Suerte que estaban preparados para todo.
El colegio Dias era el centro de coordinación
de los activistas, el centro logístico donde Mayo y Enric se pasarían horas trabajando
dentro de la comisión de prensa de la campaña.
La contracumbre estaba organizada en tres
días: la primera era una manifestación de apoyo a las personas inmigrantes que fue
muy multitudinaria; el segundo era el día de los bloqueos a la cumbre; y el
tercero, el día de la manifestación más importante. De todos modos, a partir
del segundo día ya se empezó a ver que las cosas no pintaban nada bien. La
ciudad estaba en guerra y la gente en estado de shock ante la brutalidad y la impunidad
policial, que tenía el apoyo institucional... El asesinato de Carlo Giuliani
sembró el pánico y el caos en un marco de batalla campal difícil de controlar.
La policía entró sin contemplaciones en el
colegio Dias pocos minutos después de que Mayo y Enric hubieran salido e hirió
duramente a decenas de personas. Ellos dos habían salido hacia Roma porque Marc
jugaba un campeonato de Europa de tenis de mesa e iban a verle. Desde el
colegio, la misma línea de teléfono que se había utilizado para aspectos legales
durante la campaña contra el Banco Mundial sirvió a los heridos para
comunicarse con el exterior e informar de lo que estaba sucediendo. Lo que no
tuvo en cuenta Enric en este sentido es que, meses después de los días
fatídicos de Génova, le llegaría una factura de 1.600 euros de la compañía por
esa línea, y que no tendría a quien pasarle el gasto porque la campaña ya
estaba acabada. Pensó que algún día, en algún momento, ya lo resolvería.
UN GRAN COMUNICADOR SIEMPRE DETRÁS
Este mismo año, también con la participación de Enric, se creará
ComunicAcción, un colectivo de comunicaciones permanente (normalmente las
personas que se agrupaban para luchar contra estas cumbres no mantenían después
la continuidad sino que los grupos se disolvían después de las acciones para un
objetivo común), formado por Antonio y Antonia, Mar, Griselda, Nacho, Rolando,
Pau, Ada y Enric, que servía de gabinete de prensa de los movimientos sociales,
en el que se aconsejaba sobre cómo hacer comunicados de prensa y grafismo, se
fomentaba la visibilidad de las acciones más allá de los tradicionales
comunicados y existía un teléfono de contacto permanentemente atendido por Ada.
Unos meses después de su creación, el colectivo presenta Liberinfo.net, una agencia
de noticias de los movimientos sociales para difundir sus informaciones (comunicados,
actividades, convocatorias, acciones) a los medios de comunicación. Es un
portal para hacer oír la voz de los movimientos sociales en los medios de comunicación,
ya que con frecuencia estaban faltos de infraestructuras que les permitiesen
contrarrestar la capacidad difusora de otros medios. Liberinfo.net será una
herramienta más sostenida en el tiempo, una herramienta de política
comunicativa en una época muy cargada de movilizaciones en que cada dos meses
había acciones e incluso existían periodistas especializados en movimientos
sociales; se hablaba incluso ya de la posibilidad de crear medios propios.
Liberinfo se estrenará más tarde, durante la Campaña contra la Europa del
Capital y la Guerra (marzo de 2002).
El Enric de aquella época se convierte en
una «máquina de comunicar», aunque lo hace siempre desde detrás. En las
campañas se menospreciaba el liderazgo, no había portavoces ni caras que se
reconociesen y se intentaban evitar a toda costa los personalismos. Aun así,
alguna gente que ha trabajado con Enric opina que él lo dominaba todo pero
desde detrás, ya que no era un líder carismático. «El movimiento era él, pero
él no se veía.» «Tenía mucho poder por la información que poseía, por sus conocimientos
técnicos, por la cantidad de tiempo que le dedicaba..., marcaba la diferencia.»
«Es una persona perseverante, tenaz, cuando se le pone una cosa en la cabeza no
para hasta conseguirla.» Esto último a veces le trae problemas, ya que no todo
el mundo puede y quiere ir a su ritmo, no todo el mundo comprende y acepta su
manera de hacer. En muchas campañas, si ve una cosa muy clara, tira por la
calle de en medio aunque no haya consenso (si no lo hay, creará un nuevo
colectivo para poder llevar a cabo la acción con quien esté de acuerdo, eso
sí), escucha las ideas y los temores de los demás, pero no busca la aprobación
de nadie. Algunas personas se enfadan. Otros creen que es un «visionario» con
muy buenas ideas y le dejan hacer.
11 DE SEPTIEMBRE DE 2001
El día
11 de septiembre de 2001, cuando se producen los famosos atentados contra las
Torres Gemelas de Nueva York, Enric estaba en casa con su compañero de luchas
norteamericano, Jeff, y con Mayo, su primera relación, trabajando algún tema
del MRG. La noticia les llegó por internet y cuando George Bush apareció en televisión
diciendo que había que movilizarse contra los terroristas, que había que atacar
Afganistán, empezó a haber llamamientos en la red para movilizarse contra un
posible ataque. A Enric se le ocurrió hacer un listado de todas las convocatorias
que iban saliendo en los distintos países y ciudades y luego hacer un resumen
de la gente que iba participando en cada una de ellas. Además, se suscribió a
listas de correo del mundo por donde iba haciendo circular esta información para
intentar ir motivando a más y más gente a salir a la calle, para ir creando
caldo de cultivo. Jeff estaba en estado de shock, ya que su familia vivía en
Nueva York, y porque no se podía creer lo que estaba viendo.
Aquel otoño, también con Jeff y Mayo, crean
un grupo de afinidad para potenciar herramientas que permitan a los movimientos
sociales formar red sin depender de grandes organizaciones ni tener que volver
a empezar de nuevo cada vez a hacer contactos tras las campañas. Entre los tres
crearon el concepto inspirador de «cultura de red»: Jeff acabó haciendo la
tesis doctoral sobre este tema, mezclándolo con sus vivencias de movilizaciones
antiglobalización en Barcelona y Cataluña. A la larga, también Mayo se convertirá
en una investigadora que centrará sus energías en la búsqueda activista y en el
fomento de la creación de red.
De todos ellos sale la reflexión de que
tras las vivencias en Génova y del atentado en Nueva York, el activismo de resistencia
global cambió mucho. Por una parte, el asesinato del activista Carlo Giuliani y
la actuación general de la policía en Génova marcaron el futuro del movimiento
global, porque el miedo y la incertidumbre respecto a la violencia policial
condicionaron las acciones que se harían a partir de aquel momento. Por otra
parte, el terrorismo pasó a ser la primera página de todas las noticias y de
todo ello se resintió la creatividad de la acción directa, y aumentó también la
represión a la disidencia. A partir de entonces, la lucha se enfocará más en el
ámbito local y el trabajo internacional estará más enfocado a la
construcción de alternativas y menos a
la protesta.
Enric viaja aún más para acabar el año y empezar el nuevo con empuje.
Primero a Bruselas, donde tenía lugar una reunión de la Unión Europea, y
después a Leiden (Holanda), para preparar una conferencia europea de AGP. Como
tras el 11 de septiembre habían aumentado mucho los controles, la táctica de
ocupar el tren para desplazarse no se pudo materializar y después de que les
hicieran bajar de cinco trenes diferentes, Enric y sus compañeros decidieron
pasarse a la gasolina antes que llegar tarde a las movilizaciones y alquilaron
dos coches. De camino hacia Bruselas pernoctaban en cajeros y estaciones,
cualquier cobijo valía. A pesar de las incomodidades, Enric se ponía cómodo,
como ya sabéis, utilizando su portátil como almohada.
CONTRA LA EUROPA DEL CAPITAL Y LA GUERRA
Aquel nuevo año 2002 empieza con unos meses
intensos de preparación de la campaña contra la Europa del Capital y la Guerra,
que se activaría en marzo para denunciar las políticas de la Unión Europea en
un contexto en el que España ocupaba la presidencia. En esta ocasión, la
experiencia aprendida en la preparación de otras campañas y todos los contactos
recopilados facilitaron mucho la labor, y la toma de decisiones fue rápida y
eficaz, por lo que en sólo tres meses se pudo organizar una buena campaña. A
pesar de ello, había algunos hándicaps que parecía que podían afectar a la
organización. Por un lado, los sindicatos mayoritarios, los partidos
parlamentarios y algunas organizaciones cívicas se inhibieron ante la
percepción de radicalidad de la campaña y parecía que no se vincularían a ella,
lo que podría afectar al número de personas movilizadas. Además, uno de los carteles
de la manifestación fue muy polémico porque consistía en un gran gorila blanco aplastando
las torres de la Vila Olímpica. Esto hería sensibilidades en un momento en que
la memoria del 11-S en Nueva York era todavía muy reciente. Por otro lado, gran
parte de la gente más implicada en la preparación se ausentó durante diez días
de aquel mes de enero para asistir al segundo Foro Social Mundial de Porto
Alegre. Enric no era uno de ellos, ya que consideraba que su responsabilidad en
ese momento era quedarse en Barcelona, aunque le habría gustado ver qué se
cocía en Porto Alegre.
A pesar de los posibles contratiempos, otros factores juegan a favor de
la campaña. Las medidas de seguridad que prevé el gobierno español del Partido Popular
son espectaculares, con una inmensa presencia policial en la calle que a muchos
les recuerda a la ocupación fascista de la ciudad en 1939. Este pretendido control
de la situación se les acabará girando en contra, porque indigna mucho a la
ciudadanía y eso potencia la movilización. Además, la comisión de comunicación
hace muy bien su trabajo gracias a los esfuerzos de ComunicAcción y la recién estrenada
Liberinfo, y la campaña sale mucho en prensa. Se convoca una jornada de
acciones descentralizadas y una gran manifestación para el 16 de marzo, a la
que asisten centenares de miles de personas bajo el lema «Somos millones y el
planeta no es vuestro». Entre estos centenares de miles, sin embargo, Enric no
está. ¿Y dónde está? Pues delante del ordenador, coordinando y haciendo
comunicados de prensa.
Sindicatos y partidos se han apuntado en el último momento, situados en
la cola de la manifestación porque no son los organizadores, pero, por
sorpresa, había tanta gente movilizándose que cuando la cabecera de la
manifestación llegó a Pla de Palau, ellos todavía no habían dado ni un paso.
Los políticos ni siquiera pudieron salir en la plaza de Cataluña. ¿Y cuánta
gente había, pues, en las calles en aquella ocasión? Los organizadores no
sabían qué decir: unos decían 300.000, otros 500.000... Al final dijeron
495.000, porque 5.000 personas que querían entrar en el Estado español se
tuvieron que quedar a las puertas, ya que se había roto el Tratado de Schengen
para cerrar la frontera e impedir la entrada de más manifestantes a Barcelona.
Al final de la campaña, la gente estaba muy contenta y todo el mundo la
valoró como un éxito, aunque la máxima preocupación de Enric era cómo podrían
mantener el contacto y la continuidad de toda aquella gente que había infestado
las calles ese día. Por eso, se decidió proponer a la comisión de comunicación
que escribiera una carta a la ciudadanía* instando a seguir movilizándose y actuando;
aunque se repartieron unos 2.000 ejemplares, no llegó a tener demasiada
difusión. En ese momento, Enric pensó que el hecho de no tener recursos suficientes
para poder hacer una difusión mucho más amplia de las luchas y de las campañas,
para continuar llegando a la ciudadanía y al máximo de gente, era un verdadero
limitador para el cambio social. Enric, desde 1999, había empezado a coger el
hábito de hacer bases de datos de todos los contactos colectivos e individuales
que hacía y con frecuencia le escribía gente pidiéndole estos contactos. De
aquí saldrá la idea de realizar una guía útil y un directorio de movimientos sociales
y de crear el Infoespai, entre otros. La idea básica de Enric era y es crear
herramientas y aprovechar recursos con el objetivo de que haya enlaces entre
los distintos movimientos, que haya una red activa, que exista información actualizada
sobre todo lo que se está llevando a cabo, que se mantengan la continuidad y
los contactos de campaña en campaña. La otra especialidad de Enric eran y son
las listas de correo y su dinamización. Además, en los momentos de más
efervescencia de campañas, Enric iba paseando un pack de contactos allí adonde
fuera, para ayudar a la difusión y poner en contacto las diversas iniciativas: cuando
había una nueva campaña, Enric llegaba, plantaba su ordenador en la comisión
organizadora y les copiaba todos sus archivos de contactos que podían ser de su
interés para cada caso.
A finales de abril se celebra una reunión del Consejo Internacional del
Foro Social Mundial de Barcelona, en el Ateneo (* La podéis leer en línea: http://www.tinet.org/~mrgtgna/carta.html)
Popular de Nou Barris, al que el MRG está invitado, por la fama que había
adquirido en Europa. La gente del Foro no entendía que el MRG era una red y no
una organización juvenil que pudiera representar a todos los activistas. La
comisión internacional del MRG no está de acuerdo con las formas organizativas del
Consejo Internacional, que son jerárquicas, y participa únicamente como observador
local en un encuentro donde todo parecían luchas políticas por cuestiones
ideológicas entre trotskistas y socialistas. Paralelamente al desarrollo más o
menos simpático de esta reunión, el tercer día, cuando Enric llega al Ateneo,
recibe una llamada advirtiéndole que están desalojando Can Masdeu tras seis
meses de okupación. Por un momento, olvidándose totalmente de la reunión, lo único
que hace es preguntar dónde puede encontrar un ordenador, entra en Liberinfo y
envía una nota de prensa. Mientras, alguna gente del MRG trata de convencer a
los organizadores del Consejo Internacional de que vayan a apoyar a la masía
asaltada en la sierra de Collserola. Enric se va a casa y hasta que sesenta
horas más tarde el juez no anula el desalojo, no sale y casi no duerme. Se pasa
noche y día atento a las llamadas que llegaban de la masía en resistencia e
informando a la prensa de todos los acontecimientos. El 1 de mayo, tras las tradicionales
manifestaciones, unas trescientas personas se desplazarán también al lugar para
mostrar su apoyo al proyecto de Can Masdeu, convertido hoy día, tras un buen
puñado de años, en referente de modelo alternativo de vida rural y urbana.
Es curioso porque Enric siempre se ha relacionado con gente muy
alternativa de todos los ámbitos, en todo caso con personas que tienen estilos
de vida peculiares, pero sorprende que no se haya dejado llevar demasiado por
las dinámicas de grupo que tanto nos afectan a todos. A él no le importa
demasiado la estética, la presentación o la adaptación al grupo, él va al grano
y se presenta siempre bien vestido, con zapatos, jersey y a menudo camisa, cosa
divertida y curiosa en unos ambientes donde dominan más bien las rastas y los
pantalones agujereados. Siempre tiene que romper esquemas, y en este sentido también
lo hace.
LA AGP, EL FORO SOCIAL DE FLORENCIA
Y LA LOCALIZACIÓN
DE LAS LUCHAS
A principios de septiembre de 2002 llega la ocasión de ir a Leiden a
participar en la reunión de la AGP que ya se había preparado meses antes en la misma
ciudad. La idea del encuentro es discutir temas como, por ejemplo, cómo hacer
llegar las prácticas anticapitalistas a más gente fuera de los movimientos sociales
y, sobre todo, sobre la participación de la AGP en el Foro Social Europeo que se
tenía que hacer en Florencia en noviembre, sin entrar en competencia con éste
pero tomando la decisión de crear el Espacio Autónomo como marco para poder
discutir contenidos diversos que no cabían en el Foro y también siguiendo otra
metodología más abierta y participativa.
Enric va a Leiden desde Barcelona en un avión que se retrasa ocho horas,
y aburrido en el aeropuerto empieza a darle vueltas al montón de ideas que le
hierven en la cabeza con insistencia. A partir de la idea de hacer una guía
útil de los movimientos sociales y su web gemela, un directorio, Enric empieza a
pensar en la necesidad de crear también un espacio físico que siga las mismas motivaciones,
un lugar donde se mantengan proyectos con continuidad entre campaña y campaña, un
espacio de información sobre los movimientos sociales que facilite que la gente
se conecte a ellos y un lugar donde crear recursos y servicios para que la
comunicación de los movimientos sociales no dependa de empresas capitalistas, a
través de la autogestión de los puestos de trabajo. La idea de la autogestión
del trabajo se concretaría haciendo que algunos activistas se pudieran dedicar
a una actividad productiva necesaria y útil para la transformación social y, al
mismo tiempo, que ellos mismos pudieran destinar el tiempo sobrante a las actividades
no productivas pero muy necesarias, como hacer red y recopilar informaciones
útiles. Enric piensa entonces, aplicando las ideas a su contexto personal: «No
puedo seguir siempre viviendo de la asignación que me pasa mi padre, pero en
cambio él me puede ayudar a crear un proyecto que me posibilite mantenerme a mí
mismo haciendo lo que me gusta y lo que veo útil.»
Enric participará en el Foro de Florencia difundiendo la Consulta Social
Europea que tenía que realizarse dos años más tarde, en 2004: un intento de proyecto
participativo desde la base para crear una alternativa a la Europa del capital
a través de un proceso de reflexión ciudadana sobre los aspectos más importantes
de las políticas europeas. Sin embargo, poco después se desvinculará de esta
campaña porque finalmente la propuesta se decantó más hacia la realización de
un referéndum con algunas preguntas, que se acabará llevando a cabo en algunas
ciudades de pocos países, cosa que él consideraba de un impacto limitado.
Paralelamente a la participación en el marco del Foro, Enric y otros
compañeros catalanes organizan y participan también en el Espacio Autónomo, la propuesta
que se había decidido llevar adelante en Leiden, un espacio paralelo «con un
pie dentro y otro fuera», que buscaba ser más participativo y menos institucionalizado
que el Foro. Este espacio autónomo agrupaba a personas de los movimientos
sociales de toda Europa, muchos de los cuales formaban parte de otro espacio de
coordinación de los movimientos sociales a escala global del que ya os hemos
hablado: Acción Global de los Pueblos (AGP).
Después de Leiden y Florencia, Enric ve como muchos proyectos que se
quieren sacar adelante se van quedando en el aire porque falta mucha base local
que ahora mismo no está suficientemente articulada, y por eso decide centrarse
mucho más en el ámbito catalán, trabajar en el contexto local. En un artículo
que escribe después de Leiden, vemos a un Enric que se preocupa mucho en hablar
de crear contrapoder y articular alternativas, más allá de la crítica y de la
denuncia de las cosas que no nos gustan, de mantener una comunicación sostenida
y un trabajo continuo y en red, más allá de las movilizaciones y las campañas
puntuales.
El mes de enero de 2003, coincidiendo con el tercer Foro Social Mundial,
el MRG se autodisuelve.* El MRG quería aglutinar y coordinar a los movimientos
de base, pero cada vez el grupo era más reducido y acumulaba mucho poder porque
los medios de comunicación y los foros sociales lo habían tomado como referente
del espíritu de Seattle en Europa, ya que muchos de ellos habían estado entre
los organizadores de Praga, por ejemplo. El MRG se disolvió para centrarse en
las luchas locales, mediante un comunicado sorprendente que hizo que la
televisión catalana, por ejemplo, interpretase que, en realidad, se había
disuelto el movimiento antiglobalización.
El MRG muere, pero Enric ya dedica las veinticuatro horas del día a la
redacción de la Guía útil para la transformación social, un espacio donde él
ordena y pone a disposición de todo el mundo sus contactos y, junto con Mayo,
Carla, Albert y Saida, entre otros, recopilan toda una serie de recursos
actualizados que se han podido encontrar sobre los movimientos sociales de todo
el país. Unos 1.400 colectivos catalanes aparecen en este documento. Además, la
guía tiene espacios en que quiere mostrar que la alternativa al capitalismo
está en construcción y da ejemplos de experiencias como ahora ecoaldeas, cooperativas,
redes de intercambio y medios de comunicación alternativos, entre otros. Antes
de que se imprima la guía, Enric a veces pasa días sin dormir para que el
resultado que se imprima finalmente esté lo más actualizado posible.
El Enric que habéis conocido, en el ámbito político, es incansable. Pero
incansable no como metáfora, sino como realidad práctica. A veces parece incluso
una persona poco humana. Y es que no necesita descansar. Tras una campaña llega
otra, tras un proyecto inicia otro. Hay mucho trabajo por hacer y no hay quien
lo pare, no hay tiempo muerto. Enric es ambicioso, muy positivo y no se desanima.
Es la determinación en persona. Además, actúa con un pensamiento estratégico y
racional impresionante, dedica mucho tiempo a pensar cómo hará cada cosa y sus
posibles repercusiones. Pongámonos en la piel de un camarero inteligente, por
ejemplo. Viene a tomar nota y sabe que has pedido dos cafés con leche. Te dice
luego, cuando te los trae, que tienes que pagar al momento. Y él ya te trae el
cambio preparado. Son tres euros. Entonces, él trae hasta diecisiete euros.
Así, cubre todas las posibilidades. Si pagas justo no te da nada. Si pagas con
cinco, entonces te da dos. Si pagas con diez te dará siete y si pagas con un
billete de veinte, ya tiene los diecisiete euros preparados. Eso se llama
estrategia. Enric actúa así en sus proyectos. Tiene varias monedas en el bolsillo,
y en función del impacto de las acciones, da más o menos cambio. Pero la
diferencia con otras personas más impulsivas es que él va preparado, lleva
todas las monedas en el bolsillo.
En el ámbito más personal, no creáis que Enric no es humano. Lo es. Como
ya hemos comentado antes, siempre ha buscado apoyo, siempre ha buscado quien le
entienda. No es amante de los grupos numerosos, sino de las relaciones cercanas
en las que puede establecer una gran confianza y profundidad. Y normalmente
estas relaciones las ha tenido con chicas, ya que de pequeño, como recordaréis,
no le resultaba fácil relacionarse con los chicos de su edad. Enric es
enamoradizo por naturaleza. Cree que si alguien le puede entender y ayudar, tiene
que ser una chica. Aunque, como en otros temas, tiene una visión del amor muy
amplia y poco convencional que no siempre ha sido bien entendida y aceptada: el
poliamor. El poliamor se basa en la premisa de que es posible y deseable amar a
más de una persona al mismo tiempo, de manera romántica y sexual, es decir, que
apuesta por multiplicar el amor, teniendo más de una relación importante al
mismo tiempo. Enric siempre ha tratado de practicar en sus relaciones una lógica
similar, aunque no siempre lo ha tenido fácil; a menudo le ha resultado difícil
comprender la línea que para la mayor parte de las personas separa la amistad
de la relación amorosa.
Ha tenido dos relaciones muy importantes desde su llegada a Barcelona y
su entrada en los movimientos sociales. Siempre ha intimado con las chicas más
activas con las que ha compartido proyectos, ya que le costaría estar con
alguien con quien no pudiera compartir todas estas motivaciones con la intensidad
con la que él las entiende y con la importancia que él les concede.
CONOCIDAS MOVILIZACIONES CONTRA LA GUERRA
DE IRAK
Entre febrero y marzo de 2003 empiezan a
articularse movilizaciones contra la infame guerra de Irak y Enric participa en
algunas de las reuniones de la plataforma que se ha creado, pero aún no se mete
de lleno en la organización porque está más concentrado en la guía útil y en
organizar los recursos para crear red. Él y otras personas tratarán de
encontrar movilización de base en una campaña que consideran básicamente construida
desde la socialdemocracia y los medios de comunicación y muy articulada para ir
contra el Partido Popular, es decir, una movilización mediatizada por las
luchas de poder y los intereses de los partidos parlamentarios en la oposición.
La plataforma decide llevar a cabo una cacerolada y la comisión de
acciones la acompaña de una huelga de consumo simbólica mediante la acción de
un grupo de personas que se encadenan en las puertas de un conocido centro
comercial. Con la acción habrá algunos famosos efectos colaterales, como el
robo de un jamón que salió en todos medios. La cacerolada tiene un éxito
inesperado que se oye por todos los rincones de Barcelona. Enric aprovecha el
anonimato de internet para insistir por Indymedia, donde ya corrían varios
comentarios, que la cacerolada se repetirá al día siguiente y aprovecha
Liberinfo para anunciarlo en la prensa. Al mediodía siguiente, TV3 anuncia que
se repetirán las caceroladas. Por la noche, la plataforma seguía discutiendo si
se convocaban o no más caceroladas, pero no hizo falta que siguieran
discutiendo, porque a las diez en punto de la noche aquel estruendo ya familiar
volvía a impregnar las calles: la gente ya se había hecho suya la movilización
y no hacía falta que nadie decidiera por ella.
EL INFOESPAI
Las caceroladas se repitieron diez días seguidos de punta a punta de
Cataluña. Luego se popularizaron también las acampadas en distintos puntos de
la ciudad de Barcelona, donde Enric y sus colegas, Aran, Assumpta y Víctor,
entre otros, repartían las famosas guías útiles. En ese mismo momento llegaron las
llaves de un local, el espacio físico del que os hablábamos antes, que entonces
se llenó hasta los topes de guías para repartir.
Este local, situado estratégicamente en el barrio de Gracia de
Barcelona, verá la luz gracias al acuerdo de Enric con su padre, que dejará de
ayudarle económicamente para que él trate de mantenerse a través de las
actividades productivas que se puedan generar en este nuevo espacio. En los
inicios de este proyecto, Enric se sentía muy feliz y motivado.
Los colectivos que fundan son la Asamblea para la Comunicación Social
(ACS) derivada de ComunicAcción, que había puesto en marcha Liberinfo, entre
otros proyectos, y que ahora decide crear una tele y reivindicar espacios comunitarios
y para el tercer sector en las frecuencias públicas, las personas que estaban
en el proyecto de Guía útil y un grupo llamado Las Agencias (de donde saldría
Yo Mango), que entremezclaba arte y política. La primera reunión se hace en el
mes de mayo, con la idea de crear un espacio pensado para dar herramientas para
la transformación social.
Al principio, Enric está especialmente dedicado, como hemos dicho, a distribuir las 10.000
guías que se habían editado y a hacer difusión de los 2.700 colectivos que aparecían en el directorio web. En el ámbito
personal, su vida cambia cuando coge el ordenador fijo de casa (el portátil multiusos lo
tenía estropeado en
aquel momento) y se lo lleva al Infoespai, donde se pasará todo el día entre las obras para poner en
marcha el local y su
trabajo habitual en el ordenador. Podemos decir que este espacio se convierte en su segunda casa, a
veces incluso duerme
allí, en un sofá que alguien había recogido acertadamente de la calle, como todos los demás
muebles.
Aquel verano de 2003 se
han hecho, pues, algunas reuniones en el nuevo espacio, funciona ya el servidor de correo y
está en marcha el tema de la
Guía útil, aunque todavía falta iniciar la mayoría de los demás proyectos. Enric, que como ya
es habitual en él, aprovecha
los veranos y los periodos de vacaciones para planificar y elaborar proyectos, en este caso prepara
un plan para crear una
cooperativa de trabajadores y usuarios en el Infoespai. Se pondrá en marcha un servicio de imprenta, un servidor de correo,
moviments.net, como servidor de los movimientos sociales, el Infoespai como espacio de información, reunión y librería, y se
iniciará una campaña de socios
que quieran apoyar el proyecto de forma más o menos desinteresada de los resultados, para
que no todo el tiempo tenga
que dedicarse a la actividad productiva.
El local significará
un gran cambio para Enric, en su nueva vertiente de «trabajador», ya que no
podrá estar tan conectado a todas las movilizaciones y las campañas que le
interesen, porque deberá tratar de poner en marcha colectivamente proyectos
viables. Por ejemplo, en la Asamblea contra el Foro de las Culturas, él ya no
estará participando activamente, sino que estará dando apoyo al colectivo a
partir de la edición de carteles, página web, etc. Enric dinamizará y
coordinará varias funciones en este espacio. A partir de enero de 2004 tuvo que
encargarse del servicio de imprenta y de la gestión económica, y en verano se
le pone entre ceja y ceja la idea de crear un proyecto de red sin hilo que se
llevará a cabo a partir del otoño siguiente. La idea de este proyecto es actuar
como proveedores directos de internet a través de antenas propias y no teniendo
que pagar a una empresa multinacional para que haga de proveedora, además de
instalar una antena por edificio para que los gastos se dividan cooperativamente
entre todos los vecinos y no que cada cual tenga que pagar su cuota
individualmente; es decir, compartir gastos. Enric pasará un año volcado en
este proyecto y aprenderá muchas cosas de temas técnicos. Aunque él trataba de que
fuera un proyecto que diera viabilidad económica al Infoespai, no lo acabó de
lograr. Paralelamente entra en contacto con gente de la red de economía solidaria
para intentar crear enlaces entre movimientos sociales y los planteamientos
para construir otro tipo de economía que permita más autonomía colectiva.
11 DE MARZO: UN
PARÉNTESIS PARA DESMONTAR LA MENTIRA
Enric estaba muy
ocupado en el Infoespai, pero con ocasión de la respuesta a los atentados de
Madrid del 11 de marzo hizo un hueco de un par de días en su agenda apretada (e
inexistente, porque si algo no le falta a nuestro personaje es memoria). Se ha
hablado mucho de los móviles, pero en Barcelona fueron los movimientos sociales
los que iniciaron la movilización popular contra la manipulación mediática del
PP los días antes de las elecciones. El viernes 12 de marzo por la noche, noventa
personas de diversos colectivos hicieron una asamblea para preparar un 13-M que
tenía que destapar a la opinión pública las mentiras sobre la autoría de los
atentados que el partido del Gobierno hacía correr. Gracias a esta reunión y al
apoyo de algunos medios de comunicación y de las nuevas tecnologías, más de
10.000 personas se agruparon ante la sede del PP de Barcelona para protestar,
mientras por todo el territorio se contagiaba la consigna «pásalo».
Una de las ideas del
Infoespai y de la cooperativa que planteaba Enric era la creación de una
herramienta que permitiera liberar a activistas de trabajar para la economía
capitalista y que éstos pudieran dedicar su tiempo de actividad productiva a
algo en lo que creyesen, además de tener tiempo para dedicar a las luchas que
considerasen más necesarias. Pero era un objetivo que no se acababa de
alcanzar, las actividades no daban un beneficio suficiente para que la gente pudiera
mantenerse, ni siquiera él mismo, y además le dedicaba mucho tiempo, tiempo que
no podía dedicar a otras campañas. El contexto en que se puso en marcha la
iniciativa tampoco era tal vez el más propicio, ya que se inició cuando el
ciclo de luchas iba a la baja porque la izquierda parlamentaria ya estaba en el
gobierno y no se utilizaban tanto los movimientos sociales y la movilización de
la gente para ganar terreno a la derecha en el juego político institucional.
Enric quería, pues,
centrarse en un proyecto que básica y principalmente permitiera liberar a
personas no sólo para hacer actividades productivas con las que se sintieran
cómodas y de acuerdo, sino sobre todo intentaba que el superávit logrado por
medio de proyectos «productivos» permitiera liberar a gente que se dedicara a
fomentar proyectos en red, a dinamizar acciones y coordinarlas, una idea que
precisamente no es económicamente viable, pero que por otro lado él considera una
tarea imprescindible para cambiar las cosas. Hay que decir, además, que es
relativamente normal que el Infoespai no genere beneficios, ya que es un
proyecto que quiere mantener la coherencia entre las ideas que predica y las
relaciones económicas que mantiene, y por tanto sólo ofrece productos y servicios
a personas, asociaciones y movimientos sociales, y no está pensado para
mantener relaciones económicas con instituciones ni empresas capitalistas.
En esta primera
etapa, pues, si bien el proyecto se podrá mantener, no irá encaminado a lograr
lo que Enric planteaba como deseable. Tal vez el Infoespai podría llegar a
generar recursos suficientes para convertirse en el proyecto con el objetivo por
el que se había creado, pero eso se conseguiría con tiempo y mucho trabajo. A
partir de verano de 2005, el contexto ecológico que Enric comienza a constatar
ajusta mucho el tiempo de acción y plantea un calendario de urgencia para la organización
de una red bien articulada y todavía inexistente. Es por ello que buscará otra forma
de poder dedicar recursos a los proyectos de creación de redes que ve
importantes y necesarios para salir adelante. Se empieza a gestar el momento en
que Enric dará un nuevo giro a su emocionante trayectoria vital.
Crisisenergetica.org
Cuando el precio del petróleo llegue a los 100
dólares el barril, será
el fin del mundo tal como lo
entendemos hoy día.
YVES COCHET
Ex ministro de Medio Ambiente francés
El sistema energético
mundial se encuentra en
una encrucijada. Las
tendencias actuales de suministro
y consumo de energía
son claramente insostenibles,
tanto desde el punto de
vista ambiental
como desde el económico
y el social.
World Energy Outlook, 2008
Cuando Copérnico
descubrió que la Tierra y otros planetas giraban alrededor del Sol, nadie quiso
creerle. Aristóteles y Ptolomeo dijeron que la Tierra era redonda cuando una
abrumadora mayoría creía que la Tierra era plana. Cuando se empezó a cuestionar
la existencia de Dios, cuando había personas que ya no confiaban en la religión
para explicarlo todo, ¿cuánta gente moría en la hoguera?
Siglos después, la
religión del consumo y el crecimiento infinitos sigue insistiendo en hacernos
creer, en tener fe, atacando hasta límites insospechados nuestro sentido común
y anulando de manera preocupante nuestro uso de la razón: de Tierra sólo
tenemos una, y es una Tierra redonda, con límites.
Durante el mes de
agosto de 2005, poco tiempo antes de la catástrofe del huracán Katrina en Nueva
Orleans, recibo un correo electrónico con un enlace a un artículo titulado «La vida
después del colapso petrolero».*
El petróleo no va simplemente a
«acabarse», puesto que toda la producción petrolera sigue una curva de campana.
Esto es cierto tanto si hablamos de un yacimiento, de un país o de todo el
planeta.
El petróleo es progresivamente
abundante en la parte ascendente de la curva, y progresivamente escaso en la descendente.
El pico de la curva coincide con el
punto en el que la herencia del petróleo ha sido consumida en un 50 por ciento.
Una vez superado el pico, la producción petrolera comienza a descender al mismo
tiempo que su precio aumenta. [...]
El tema no es tanto «que se acabe»
como que no tengamos suficiente para mantener viable nuestra economía. Desde
este punto de vista se podría comparar con las necesidades de agua para nuestro
organismo. El cuerpo humano contiene un 70 por ciento de agua. Un hombre de 80
kg tendrá por lo tanto 56 kg de agua. Dado que el agua es imprescindible para
toda la actividad metabólica del hombre, no necesita perder estos 56 kg para
colapsar deshidratado; con sólo perder entre 8 y 12 kg de agua moriría.
Del mismo modo, una petroeconomía
como la nuestra no necesita agotar por completo las reservas petroleras para
comenzar el colapso. Una diferencia en menos de tan sólo el 10-15 por ciento entre
la demanda y la producción será suficiente para destruir por completo una
economía petrodependiente y reducir a sus ciudadanos a la pobreza.
Yo ya conocía los
problemas ecológicos, la grave destrucción del planeta día a día, las
desigualdades y la pobreza. Ya en 1998, Fromm, en su Tener o ser, me había
hablado de los límites del crecimiento cuando advertía que el modelo consumista
en que vivimos llevaría a la destrucción del planeta. Era consciente de que las
cosas no iban por buen camino, pero no conocí hasta aquel verano el tema del pico
del petróleo y la crisis energética que comporta. Esta información, que voy
ampliando cada vez más a través de la página crisisenergetica.org, me hace
cambiar la concepción de la realidad. Tomo conciencia de que, para mí, el
proceso de cambio social que se ha ido impulsando hasta ahora poco a poco es
demasiado lento para el momento en que será necesario que haya un movimiento
social fuerte que pueda enfrentarse con una transición energética y un cambio
de modelo de vida y de sociedad que no parecen precisamente fáciles. Así pues,
el cambio de percepción no está tan relacionado con el contenido de las
alternativas como con el tiempo disponible para cambiar las cosas.
Antes sabía, por
supuesto, que el petróleo se acabaría a la larga, en unos cincuenta años (que
no son nada en un planeta con 4.600 millones de años de historia). Pero no
sabía que antes de eso, el declive de este material fósil había de ser tan crucial
para nuestra era, haciendo variar con mucha fuerza nuestro estilo de vida y la
manera como entendemos el mundo. Y después del petróleo vendría el gas, el
carbón, el uranio... El sistema de crecimiento en que se basa la economía
actual tiene los días contados, porque depende de materiales que la Tierra ha
tardado millones de años en producir. Con el declive progresivo de estos materiales
que nos han permitido, al transformarlos en energía, un crecimiento
espectacular del nivel de vida y un boom demográfico inigualable a causa de la mecanización
de la agricultura y los avances de la medicina, entre otros, este sistema no se
podrá mantener porque no podrá seguir creciendo como hasta ahora. Y de qué
manera se hundirá, con qué implicaciones, es más importante que el hecho de que
el petróleo, y tras él todos los demás recursos no renovables, finalmente se
acaben.
EL OPTIMISMO TECNOCIENTÍFICO
Un problema no se puede
solucionar con las
mismas formas de pensar
que lo han creado.
ALBERT EINSTEIN
Además de constatar
el declive de los recursos energéticos no renovables, lo que es más importante
tener en cuenta es que no hay ahora mismo sustitutos energéticos que nos
permitan mantener mucho tiempo el mismo modelo de vida que hemos mantenido
hasta ahora. Sobre todo en cuanto al petróleo y en relación con los sectores
del transporte y de la agricultura, la crisis energética nos afectará muy
gravemente. El 90 por ciento del transporte depende actualmente del petróleo, y
el petróleo también es el responsable de proporcionarnos el 41 por ciento de la
energía eléctrica del planeta. Un descenso de este material en el sector
transporte, por ejemplo, puede tener consecuencias dramáticas, ya que también
el transporte de alimentos a escala global al que estamos tan acostumbrados y
por el que hemos ido perdiendo año tras año nuestra soberanía alimentaria, depende
del transporte de los productos desde muy lejos hasta nuestra mesa (aproximadamente
la mitad de los productos que consumimos han recorrido más de 2.500 kilómetros antes
de llegar a nuestro plato).
Actualmente consumimos
en un año, en todo el mundo (aunque como es sabido no consumimos igual en todas
partes), 1,6 km3 de petróleo. Para obtener la energía que consumimos en un año
(en los niveles actuales, pero que sabemos que van en aumento por la demanda de
los nuevos países industrializados) y que ahora obtenemos a través del petróleo,
habría que construir, por ejemplo, 5.200 centrales térmicas de carbón, o
1.642.500 molinos de viento, o bien 2.500 centrales nucleares, o si no
4.562.500.000 placas solares o 200 presas como la de las Tres Gargantas (la
presa hidroeléctrica más grande del mundo, en China).
¡Eso es una
auténtica locura! El planeta no tiene suficiente capacidad para instalar todo
eso, ni que fuese una combinación de todas estas opciones, algunas de las
cuales son peligrosísimas para la naturaleza y para todos nosotros. Y pensad además
que para construir todas estas tecnologías necesitamos precisamente estos
mismos materiales y energías que están en declive constante.
Justo es decir que
la energía nuclear sólo sirve para producir electricidad y, por tanto, no es un
substituto del petróleo, a menos que electrifiquemos toda la red de transporte,
cosa que implica mucho tiempo y mucha energía añadida. Además, depende del
uranio, que también es un recurso finito, que sabemos que tiene muchos riesgos
para la vida y que además no tenemos solución para los residuos radiactivos.
El hidrógeno no es
una fuente de energía, sino un vector que no se encuentra libre en la
naturaleza, pero que producido nos daría la posibilidad de acumular y
transportar energía, aunque seguiríamos sin solucionar el tema de la fuente.
¿De dónde la sacamos, esta energía? ¿Cómo la producimos?
Las energías
renovables, pese a ser la única opción válida de cara al futuro, son totalmente
insuficientes para cubrir la demanda energética actual. Conceptos como el de la
tasa de retorno energético y la entropía aplicada a los minerales nos demuestran
que sólo un mundo de baja energía será viable a largo plazo.
Tenemos que revisar
los usos que damos a la energía, aprender a reducir su consumo y empezar a
crear alternativas, muchas de las cuales dependen de una industria que necesita
petróleo y carbón para ponerse en marcha (construcción de placas solares,
molinos...).
Los combustibles
fósiles representan más del 80 por ciento de la energía primaria mundial. Tenemos
que ser conscientes de que el hecho de que aún sigamos quemando petróleo
tranquilamente para seguir adelante, en una huida hacia el vacío, significa
metafóricamente que estamos quemando cuadros de Picasso como si fuesen
acuarelas de principiantes.
URDIENDO LA TRAMA
(O LA NECESIDAD DE HACER ALGO AL RESPECTO)
Ante esta percepción
del contexto de las cosas me pregunto qué puedo hacer, me pregunto cómo puedo
actuar, cómo creo que debo actuar. Querría dar un empujón para volver a impulsar
un movimiento coordinado como era el antiglobalización, pero un movimiento con
ideas más integrales, vinculadas a la respuesta al tema de la crisis energética
y a la insostenibilidad del sistema actual, un movimiento más basado en la
construcción de alternativas que en la denuncia y la protesta, un movimiento
que fuera capaz de aglutinar muchas de las iniciativas que ya se están poniendo
en práctica bajo un mismo paraguas, bajo una misma máxima. ¿No hay otra gente
que conozca el tema del declive de los recursos y de sus consecuencias? Sí, la
hay; prueba de ello es que hay personas que comentan estas ideas en internet,
intercambiándolas, publicándolas. ¿Y cómo es que nadie hace nada ante este
panorama tan poco esperanzador?, me pregunto asombrado. Durante la dictadura,
cuando el poder y la opresión eran muy visibles y fácilmente detectables, había
gente que se la jugaba contra Franco, que arriesgaba incluso la vida luchando
por combatir el fascismo y planteando lo que quería. ¿Qué pasa ahora? Todos creemos
que vivimos muy bien y que tenemos mucho que perder si apostamos por un cambio,
tenemos miedo de asumir riesgos aunque sabemos que antes que nosotros muchas
personas se han jugado mucho por cambiar las cosas y que todavía ahora quedan
muchas cosas por las que vale la pena y es necesario luchar. La historia no ha
terminado, la historia continúa y día tras día tenemos la responsabilidad y la
posibilidad de escribirla o reescribirla tal como nos gustaría plantearla.
Nunca he dejado para
los demás lo que creo que puedo hacer yo. Así que empiezo, necesito hacer algo
y no tengo miedo de arriesgarme por lo que creo. Se me ocurre probar un sistema
para poder poner en marcha los proyectos que es urgente poner en marcha, y que
de otro modo creo que serían muy difíciles de sacar adelante. De esta gran idea
hablo durante el capítulo siguiente. Aquel verano, después de empezar a conocer
las informaciones sobre la crisis de la energía y mezclar diferentes
reflexiones y posibles hipótesis de acción, me marcho unos días a Menorca a ver
a una amiga. Le quiero contar todo lo que estoy descubriendo, todas las ideas
que me hierven en la cabeza, las opciones que veo, necesito compartirlo con
alguien. No la encuentro. Paseo por la isla, por las playas, bajo el sol.
Reflexiono. No había sido consciente, hasta el momento, de los límites de la
tierra que pisaba. A partir de entonces, mi visión de las cosas no volvería a
ser la misma. Yo siempre había insistido en crear red, en fortalecer los
movimientos sociales y construir alternativas desde abajo frente a un sistema
que no nos gusta, pero ahora más que nunca me daba cuenta de que había otra
razón para luchar contra este sistema, y es que es un sistema no solamente
indeseable sino también imposible de mantener. Hasta el verano de 2005, como ya
habéis conocido, mi vida activista en Barcelona había transcurrido básicamente entre
las luchas contra las instituciones promotoras de la salvaje globalización
neoliberal, los primeros años, y los proyectos de comunicación y servicio a los
movimientos sociales, entre los que podemos encontrar el local Infoespai, más adelante.
Pero cuando conozco el tema de la crisis energética y el pico del petróleo, comprenderlo
a fondo y sobre todo actuar para buscarle soluciones y alternativas se
convierte en una nueva prioridad. Cuanto más allá voy, más me doy cuenta de la
gravedad y la urgencia de la situación en que nos encontramos, y actuar en este
sentido se convierte en una idea insistente en mi cabeza. Al volver a Barcelona
tras mis días de reflexión en Menorca empiezo a organizarme para ir delegando
tareas que yo hacía en el Infoespai hacia otras personas, con el fin de poder dedicar
tiempo a los temas de la crisis energética y de las alternativas que también he
empezado a conocer, como por ejemplo las propuestas del decrecimiento, de las
que he leído mucho durante los meses de verano. El decrecimiento es un movimiento
que se creó con mucha fuerza en Francia a partir del año 2002 y que años más tarde
se ha extendido también a Italia, pero que aquí en aquel momento era
prácticamente desconocido. El decrecimiento reúne el pensamiento ecológico sobre
los límites del planeta y la crítica filosófica a los conceptos de crecimiento
económico y de desarrollo sostenible, desenmascarando la sociedad de consumo.
El nuevo movimiento también propone alternativas a partir de conceptos como la relocalización
y la convivencialidad. Entre sus principales precursores encontramos a Nicholas
Georgescu-Roegen, uno de los padres de la economía ecológica, y al polifacético
pensador Ivan Illich. En este momento pienso que tal vez el decrecimiento puede
ser un paraguas adecuado para construir este movimiento fuerte que nos hace
falta y, así pues, me pongo manos a la obra.
ORGANIZÁNDONOS
COLECTIVAMENTE:
PASAR DEL PENSAMIENTO A LA ACCIÓN
El 3 de enero de
2006, una vez he podido organizarme, escribo en el foro de
crisisenergetica.org: ¡Me presento también! Hace meses que leo crisis
energética, que me sirvió para darme cuenta, no de lo chungo que está todo,
pero sí de la centralidad del petróleo y de lo inminente de la crisis. No he
podido implicarme en los foros hasta ahora, porque antes he tenido que reorganizar
mi participación en otros proyectos... Me dedico al activismo social, a tutti
pleni, en Barcelona, en el Infoespai de Gracia, que podéis conocer en moviments.net.
Allí, junto con otros compañeros, nos dedicamos a través de una cooperativa a
ofrecer servicios de comunicación a los movimientos sociales. Quizá sorprenda
mi falta de anonimato, pero si soy transparente para listas de correo y para
Google (poned «enric moviments»), ¿por qué no aquí? Así pues, sin ser nada especialista
en energía, pienso que puedo aportar bastante en lo que a extensión social del
cenit del petróleo se refiere, y tengo energías, tiempo y motivación para
dedicarme bastante a ello a partir de ahora. Lo primero creo que sería vernos,
la gente interesada, en Barcelona y alrededores. Hay una jornada en Can Masdeu sobre
la crisis energética, el 12 de febrero, y allí además de ver The End of Suburbia
podemos debatir sobre cómo nos movilizamos... Además, vais a recibir mi
adhesión a la asociación de manera inminente. Propondré al cabo de muy poco
tiempo una reunión para encontrarnos cara a cara el domingo 31 de enero. Pocos
días después de este primer encuentro de la gente de crisisenergetica. org
escribo un artículo muy premonitorio que se llama «La crisis global como
contexto para construir nuestras estrategias de acción».* El 12 de febrero en
Can Masdeu, la masía salvada de ser desalojada en mayo de 2002, tiene lugar una
actividad sobre la crisis energética, se pasa el vídeo The End of Suburbia y da
una charla Marcel Coderch, que habla de crisis energética y decrecimiento. Yo
sigo insistiendo en la idea que siempre me ha acompañado en mi periplo de
activista: quiero que nos organicemos en red para empezar a movilizarnos
respecto al tema y propongo reuniones para iniciar proyectos colectivos. El 18
y 19 de febrero, con algunos compañeros, participo en el primer encuentro de «Solas
no podemos», un espacio de encuentro que apuesta por una nueva manera de hacer
política inspirada en la Sexta Declaración de la Selva de Lacandona, que
insiste en la necesidad de organizarse colectivamente, desde la izquierda y
desde abajo. Ya en este encuentro vuelvo a hablar de la idea que me había
llevado a escribir el artículo de principio de mes, una idea que puede sonar
también muy reciente, tal vez porque ahora se empieza a entender el sentido real
de lo que en aquel momento era más que nada intuición: que debemos aprovechar
la crisis del sistema como contexto clave para construir las nuevas estrategias
de acción de los movimientos sociales. Me pasa por la cabeza también entonces la
idea de hacer una marcha por Cataluña para reforzar la red de movimientos
sociales, otra idea que recuperaré más adelante, porque en este momento no
encuentro el apoyo para llevarla adelante. Lo que sí que hago, a principios del
mes de marzo, es escribir un «Plan de acción contra la crisis energética, para
construir un movimiento social fuerte que fomente una nueva cultura de vida».
Con esta idea en la cabeza, necesito potenciar la red y la acción entre grupos
que trabajen temas que estén relacionados y que quieran movilizarse. De
momento, consigo materializar una convocatoria para el 16 de marzo que, con la idea
de crear una red, se bautiza con el nombre de «Repensar el crecimiento y por
una nueva cultura de la vida». Ésta es la segunda y más amplia convocatoria que
se intenta llevar adelante, tras el encuentro de finales de enero, y asisten
personas de varios colectivos. En la convocatoria del 16 de marzo hablo sobre
que: Es necesario promover conciencia social y debate público para quitar el
velo que esconde la información sobre la realidad que se nos acerca y para
construir una nueva manera de vivir, un nuevo sistema socioeconómico que incorpore
valores y prácticas que nos permitan superar la crisis del sistema actual. Después
de haber llegado a esta situación absolutamente insostenible, ahora tenemos que
organizar un decrecimiento selectivo, un proceso en que decrezca el consumo de
energía en los países desarrollados mientras que se permite que los países
instalados en la pobreza energética puedan aumentar su consumo para alcanzar
una calidad de vida digna, un proceso en que decrezcan, sobre todo, el
beneficio privado y las rentas de los poderosos. Para promover todo esto, habrá
que poner en marcha iniciativas de comunicación, sensibilización y acción para
construir un movimiento social fuerte, que provoque debate social y que sea
capaz de controlar la acción de las empresas transnacionales y presionar a los políticos
para que tomen medidas que sean realmente adecuadas a la situación que vivimos.
A partir de aquí y hasta el verano haremos una reunión mensual de esta red, que
va arrancando poco a poco. También creamos el grupo de energía del Infoespai,
que se erige como un grupo autónomo dentro de la red, ya que la mayoría de
personas que lo formaban no estaban integradas en ninguna otra «movida» y
agrupaba a personas que podían reunirse de manera más frecuente. Con el grupo
de energía asistiremos a la Feria de la Tierra el 22 y 23 de abril para ir
dando visibilidad al tema de la crisis y a la necesidad de decrecer. Pensamos
que si a principios de mayo el petróleo alcanza los 80 dólares el barril podría
ser un buen momento para interesar a los movimientos sociales en la propuesta
de decrecimiento, hacer visibles los grupos que trabajamos el tema de la crisis
energética e informar a la población sobre las causas y las consecuencias del
cenit del petróleo. Los 80 dólares/barril llegaron, pero en verano, y entonces
no tuvimos la ocasión de movilizarnos tan fácilmente. Paralelamente, en este
momento estoy involucrado en otros proyectos, como por ejemplo el colectivo
Obrint Portes (Abriendo Puertas), que quiere ser un espacio donde se facilite a
todo el mundo el contacto con los movimientos sociales y las distintas movidas,
una puerta para empezar a participar y a formarse. En verano viajaré a Dijon
acompañado por una amiga, en un intento de reenlazar con la AGP y difundir el
tema de la crisis energética más ampliamente, y para tratar de promover la
filosofía aglutinadora del «Solas no podemos» del ámbito europeo. Desde junio,
las reuniones de red se van manteniendo y algunos de los contactos que se hacen
en este marco acaban convirtiéndose en caldo de cultivo del que nacerá el
proyecto del Observatorio de la Crisis Energética y las Alternativas de Sociedad
(OCEAS), un órgano enfocado al estudio y la investigación que centra su atención
en la problemática energética y sus alternativas. Queda pendiente construir una
red desde los movimientos sociales, una red con un carácter más activista, de
difusión de puntos de vista y de maneras de hacer, y de crítica global.
«DECRECIMIENTO:
DESHACER EL CRECIMIENTO,
REHACER EL MUNDO»
A partir de
septiembre, el grupo de energía decide que como la primera red no había tenido
demasiada continuidad porque la gente que ya está en colectivos no dispone de
tiempo para ir a más reuniones, hay que preparar un acontecimiento mayor para
sensibilizar y aglutinar a más gente que pueda estar interesada en conocer el
tema y participar en él. En octubre sale a la calle Objectiu decreixement
(Objetivo decrecimiento), el primer libro sobre el decrecimiento en catalán. El
1 de diciembre se hace su presentación en el Infoespai con la participación de
dos personas que ya estaban trabajando en este tema desde el ámbito filosófico
y de estudio. La presentación reúne a unas veinte personas y se comenta en el
debate la idea de poner en marcha un movimiento por el decrecimiento en
Cataluña, tal como ya existe en Francia e Italia. Para hacerlo, se decide
aprovechar la venida, en marzo, del economista y escritor francés Serge Latouche,
que defiende las tesis del decrecimiento como única salida al colapso del
sistema actual, para organizar unas jornadas de debate más amplias sobre el
tema de los límites del crecimiento perpetuo y las alternativas que tenemos. A
partir de entonces se irán haciendo reuniones con personas del grupo de
energía, de Can Masdeu y de otros, para preparar las actividades del mes de
marzo. Paralelamente, a mediados de septiembre, se llevan a cabo en el CCCB
unas jornadas filosóficas y reflexivas, «El decrecimiento para salvar la Tierra»,
promovidas por la asociación Una Sola Tierra. Las jornadas del mes de marzo se
llamaron «Decrecimiento: deshacer el crecimiento, rehacer el mundo», y contaron
con una multitudinaria participación en Barcelona en las diversas actividades
que se propusieron. El aula magna de la UB se llenó a rebosar para la conferencia
de Serge Latouche, pero también en la charla y la cena del segundo día en el
Brindem Brindola y en los talleres del fin de semana en Can Masdeu la participación
fue numerosa y muy motivada para saber más cosas y para actuar. Los coches
plantados en pleno desierto que acompañaron al material gráfico y el caracol
negro haciendo espiral se convirtieron en dos de las primeras imágenes del movimiento
para el decrecimiento en Cataluña. El decrecimiento es un tema mucho más amplio
que no se explica sólo con la crisis energética sino también con la
constatación clara de que el sistema en el que vivimos ha convertido el
crecimiento económico en un mito, casi en un credo religioso en el que tenemos
que tener fe absoluta, aunque es evidente que no podemos seguir creciendo
siempre en un planeta finito. Es un concepto provocador, con fuerza, polémico, que
atrae a gente de ámbitos muy diversos que comparten un punto de vista crítico y
común de cómo están yendo las cosas hoy en día y una dirección hacia la que
tenemos que enfocar nuestras energías para cambiarlas. El decrecimiento hace
una crítica desgarradora a la sociedad de consumo y nos habla de la crisis
ecológica, pero sobre todo nos motiva con las propuestas, con la necesidad de
buscar alternativas. Es, por otro lado, rompedor con el concepto de «desarrollo
sostenible», que es una falacia que nos permite tener la conciencia tranquila mientras
seguimos sin cuestionar nuestro destructor modelo de vida, pensando que es
posible hacer compatible el crecimiento económico y la conservación ecológica. Estamos
viviendo por encima de nuestras posibilidades. El mundo como lo hemos entendido
hasta ahora, un mundo con energía barata y extremadamente eficaz para dar y
tomar, no durará eternamente, y por eso es importante ver como positivo el
hecho de poder vivir consumiendo mucho menos. En los últimos treinta y un años
el consumo de materias y energías en el Estado español se ha multiplicado por dos.
Para mantener nuestro consumo actual, el tamaño de Europa debería multiplicarse
por tres, y hoy en día, si toda la humanidad quisiera vivir como viven los
norteamericanos, ¡necesitaríamos seis planetas! Si el mundo creciera a un nivel
del 2 por ciento anual, que es muy poco teniendo en cuenta las previsiones, en
el año 2050 necesitaríamos unos treinta planetas para vivir. La conclusión de
tanto cálculo es sencilla: a escala global (y a pesar de las enormes desigualdades
en función de los países) estamos consumiendo más recursos de los que el
planeta puede generar y produciendo más residuos de los que el planeta puede
absorber. Además, el modelo de vida actual también tiene muchos aspectos
criticables, no sólo en el sentido de la imposibilidad ecológica, sino en el
sentido de que es un modelo injusto y que nos aboca a la infelicidad, al consumismo
compulsivo, al estrés, a la falta de tiempo para vivir y al exceso de tiempo de
trabajo, entre otros. No son precisamente los países con más renta los que son
más felices, ni tampoco son los países más ricos económicamente los que tienen
menos pobreza. El PIB olvida las desigualdades que se esconden tras las cifras
y sólo se fija en el bienestar material, como si éste fuera la piedra angular de
nuestra alegría de vivir.
LA ENTESA PEL
DECREIXEMENT (ENTENTE POR EL
DECRECIMIENTO)
Gracias a las
jornadas del mes de marzo, las propuestas del decrecimiento cogerán mucho
impulso y se creará un grupo, la Entesa pel Decreixement (este nombre es una
crítica, por oposición y con humor, a la llamada «Entesa de Progrés» del tripartito
catalán), en el que ya empieza a participar mucha más gente que en las primeras
reuniones del grupo de energía. Parece que tal vez ahora, con un grupo de
personas suficientemente amplio y motivado, se podrá fortalecer un movimiento social
organizado en red por todo el territorio. Ésta sigue siendo la idea de base,
por eso se crea como una entente, porque no quiere ser un grupo cerrado y
homogéneo sino un punto de encuentro, un movimiento aglutinador de propuestas diferentes
pero con una raíz común: la crítica a la sociedad de consumo, la constatación
de la crisis energética y ecológica y la necesidad de buscarle alternativas.
IMAGINÁNDONOS UN DÍA SIN COCHES, UN DÍA POR EL DECRECIMIENTO
Después de varias
mesas informativas y charlas, el primer acontecimiento que organizamos
activamente y con mucho esfuerzo, con la ayuda de Pedalín, un personaje que ha
decidido dejar el coche y pasarse a la bici,* es un Día Sin Coches y por el
Decrecimiento, el 22 de septiembre de 2007 en el paseo Lluís Companys de
Barcelona, en el marco de una semana de la movilidad sostenible en la ciudad,
que es poco más que un panfleto publicitario para lavarse la cara desde las instituciones.
Pensad que, ni siquiera ese día, en que se habla de limitar el volumen de
coches que circulan por la ciudad y de utilizar el transporte público y la
bicicleta, resulta posible cortar el tráfico rodado ni durante un rato ni en un
área. Ni siquiera cuando pedimos un espacio en la calle para hacer actividades relacionadas
con la movilidad sostenible nos dejan cortar un trozo de calle. Es sábado. Sólo
faltaría que molestásemos a las personas que se acercan al centro el fin de
semana para hacer sus compras. Faltaría más. ¡Una cosa es ser ecologista y otra
atentar contra la libertad individual de las personas para consumir y de las
tiendas para vender! En un mundo lleno de incoherencias, la hipocresía es la
primera norma. También hay que decir que las actividades que proponemos no
están enmarcadas en la agenda del Ayuntamiento ni de las fiestas de la Mercè.
Tal vez sea tanta autonomía lo que no les hace demasiada gracia. Realmente nos
ponen muchas trabas: no sólo no dejan que se corte la calle, sino que, además, pretenden
que realicemos nuestras actividades en lugares de la ciudad no precisamente conocidos
por su gran tránsito de gente, como el parque Joan Miró, el parque de la
estación del Norte... Además, si quisiéramos utilizar el parque del Norte, que
es más céntrico, ¡tendríamos que dejar un depósito de 1.500 euros! Pero, ¿de
quién es la calle? ¿La calle es un espacio público o un espacio cedido por el
Ayuntamiento a precios astronómicos para cualquier asociación o grupo de
personas con un poco de iniciativa?** Finalmente lo haremos en el paseo Lluís
Companys. No hemos llegado a poder negociar nada con la Concejalía de Seguridad
y Movilidad, que la última pega que nos ponía para hacerlo en el paseo era la
existencia de un concierto de dominicanos que empezaba justo al acabarse
nuestra actividad. Conseguí en internet el contacto de los del concierto y
bastó con ponernos de acuerdo con ellos, los dominicanos, directamente. Al
iniciar nuestras actividades, vino la guardia urbana y nos hizo saber que no tendríamos
ningún problema. Ellos también estaban hartos de las trabas de la concejalía,
que cada vez les dejaba más líos para ellos. A pesar de los contratiempos con
las instituciones, el Día Sin Coches sale adelante con diversos ejes de charlas
y actividades durante el día. Por la tarde, una bicicletada reivindicativa y un
corte en la Diagonal con Paseo de Gracia, donde hacemos un final de fiesta del
tipo «Reclaim the Streets» y leemos el manifiesto,*** que será la guinda del
pastel para una jornada informativa y reivindicativa como es debido. En verano
de 2007, antes de ponerme las pilas organizando el Día Sin Coches, había
empezado a hacer el moviments.cat, que ya tenía en la cabeza desde hacía un par
de años. Se trata de un boletín electrónico informativo semanal que trata de
facilitar resúmenes de las noticias, las campañas, los acontecimientos, las
reivindicaciones y mucho más, que desde los movimientos sociales se van
llevando a cabo por todos los territorios de habla catalana. El boletín llega
actualmente a 18.000 personas, todas las que están inscritas en alguna lista de
correo de moviments.net. Además, aquel verano había estado reflexionando mucho sobre
propuestas económicas nuevas, propuestas que se adaptasen a las ideas que se
promovían desde la base y que plantasen la semilla para una economía
contrahegemónica. Tenemos que recuperar la economía como herramienta vinculada a
los bienes, los materiales y los servicios existentes. La economía no tendría
que estar separada de la vida real, sino que tendría que ser vista como parte
integrada en un sistema mucho mayor, la biosfera, y así se vería limitada por sus
impactos reales, la finitud del planeta y sus recursos. Debemos rehacer la
economía para hacerla a medida de las personas y no dejar que sea precisamente
la economía la que nos haga a su medida. Esta idea, como veréis, se
desarrollará más tarde y con un conjunto de gente con ganas de experimentar.
TIEMPO DE RE-VUELTAS
Después del Día Sin
Coches, nos empezamos a reunir un grupo de personas relacionadas y no tan
relacionadas con el decrecimiento, aunque todas implicadas en distintas movidas
dentro de los movimientos sociales, para empezar a llevar a cabo una idea que a
otras personas y a mí ya nos rondaba por la cabeza desde hacía más de un año:
preparar una marcha por el territorio. Una marcha en bicicleta por Cataluña
para encontrarnos con otros colectivos, crear red por una nueva forma de vivir
y organizarnos, y plantar la semilla del decrecimiento en todo el país. Con
esta idea creamos el colectivo nómada Tiempo de Re-vueltas:* Ponemos en marcha
el decrecimiento porque es Tiempo de Re-vueltas, porque es necesario construir
otra manera de vivir, y porque, para hacerlo, hay que conocer cómo vivimos y
adónde lleva el modelo de vida que nos están vendiendo. Es hora de empezar una
marcha respetuosa con la naturaleza, que recorra, visite, intercambie y cree con
todas aquellas organizaciones locales de cada territorio. Es hora de liberarnos
del poder del sistema dominante, de organizar la insumisión, de reagruparnos,
de priorizar las alternativas, y de interconectarlas las unas con las otras. Es
hora de dejar de trabajar para la economía del crecimiento y de dedicarnos a
practicar el decrecimiento.** Entre octubre de 2007 y enero de 2008, un grupo
de personas organizaremos los diversos aspectos relacionados con la logística
de la aventura. Nos dividiremos el territorio catalán e iremos poniéndonos en
contacto con los colectivos y las personas que ya conocemos en todas partes y
las que no conocemos pero están interesadas en los temas de debate que
proponemos y que nos quieren acoger a nuestro paso por su población. Ofrecemos
una serie de actividades y debates sobre temas que nos afectan a todos y
pedimos alojamiento y comida para un par de días. Paralelamente, vamos
trabajando los contenidos que llevaremos en la mochila de pueblo en pueblo, que
se centrarán en el sistema financiero y la economía, el decrecimiento y la
crisis energética, incluyendo charlas, debates, talleres y pases de vídeo.
Antes de irnos, hacemos una prueba piloto de los contenidos en el Foro Social
Catalán, que se celebraba a finales de enero, quince días antes de nuestra
salida. Además, en la marcha también pretendemos aprender y compartir, en cada
pueblo donde iremos seremos testigos de las luchas en defensa del territorio que
se están cociendo allí, y haremos una recopilación audiovisual y escrita de
estas luchas que fomente la percepción de que somos una red y que todos estamos
luchando en una misma dirección a pesar de que tengamos una práctica local y que
cada cual se centre en sus problemáticas más cercanas. En la marcha nos dedicamos
a hacer sensibilización del tema de la crisis energética y cómo darle
respuesta, proponiendo una transición urgente hacia un modelo energético de
menos consumo basado en energías renovables, descentralizado y eficiente.
Hablamos de la necesidad de reducir el transporte de mercancías y relocalizar la producción.
También creemos que es necesario repensar el urbanismo y apostar por ciudades compactas
y barrios vivos, donde comercios y trabajo hagan posible que tengamos que
movernos cuanto menos mejor y, si tenemos que hacerlo, ir más a pie o en bici o
en tren antes que en coche o en avión. También hacemos una denuncia del sistema
financiero, del que hablaremos más adelante, en el próximo capítulo. Pero ante
todo la marcha quiere ser inspiradora de propuestas alternativas, y por eso
también nos centramos mucho en explicar cómo podemos aplicar el decrecimiento a
escala local y cómo construir otra economía posible. En cuanto al primer tema,
el decrecimiento a escala local, hablamos de las iniciativas de «ciudades en
transición», un modelo anglosajón de localidades que han empezado a prepararse para
afrontar localmente un mundo con baja energía, y así, fomentamos la agricultura
de proximidad, la organización de los consumidores en cooperativas para huir de
las grandes distribuidoras, la autoproducción y el intercambio local, las energías
renovables y de distribución descentralizada y cercana, entre otros. El modelo
de globalización, de mercado mundial de productos, de transportes y servicios tendrá
que cambiar necesariamente para hacer frente a las consecuencias de nuestro
modelo de vida. Un modelo que no sólo no es posible, sino que tampoco es justo
ni deseable. No es posible a causa de la limitación energética y de recursos,
no es justo porque excluye a la mayoría de la humanidad y hace que unos vivamos
a costa de los demás, y no es deseable sencillamente porque el hecho de poder
consumir más, de acumular comodidades y objetos no nos hace más felices. Por
eso, el decrecimiento propone vivir más localmente y sencillamente, relocalizar
la producción y el consumo, reutilizar, reciclar, consumir menos y
descentralizar la producción de energía. En resumidas cuentas, vivir con lo que
tenemos al alcance. También proponemos que estos cambios tengan como base la
comunidad más que el ayuntamiento, y por eso en los talleres reforzamos
aquellas acciones que podemos empezar a poner en marcha sin depender de las instituciones.
Otras ideas, de las que hablamos en otros ámbitos, serían potenciar la
agricultura campesina, menos química y transgénica, evitar los monocultivos y
apostar por una ganadería extensiva y una pesca artesanal, reducir el consumo
de carne, etc. En los ámbitos de la sociedad y el trabajo, el decrecimiento también
desarrolla ideas y propuestas, dentro del marco de una organización social
cooperativa y solidaria, no jerárquica y autoorganizada. Si relocalizamos la
economía, explotamos menos al sur y dependemos menos de las multinacionales. Nos
damos cuenta también de que necesitamos más equilibrio entre los diversos sectores
económicos: potenciar la agricultura local para fomentar la soberanía alimentaria
y reducir algunos servicios que nos causan más perjuicios que beneficios, el
sector de la publicidad, el automovilístico, la industria tabaquera... Vemos necesario
recuperar conocimientos y oficios antiguos que nos ayuden en nuestra
autosuficiencia, y también hablamos de trabajar menos y mejor, para volver a
tener más tiempo para nosotros mismos y para la implicación social y cultural. En
los talleres de economía contrahegemónica queremos demostrar que podemos
construir una economía participativamente entre la gente, por eso nos
imaginamos que cada cual explica lo que sabe y lo que necesitaría para ver
cubiertas sus necesidades básicas. Hablamos de intercambios e incluso de llegar
a la creación de monedas alternativas, de quitar del mercado algunos servicios
y productos que pueden ser generados a partir de una comunidad fuerte, etc. La
economía dominante, en que los precios no tienen en cuenta el valor real de las
cosas y la finitud de los recursos de la naturaleza, nos dificulta enormemente
la extensión de las iniciativas que llevan en su interior la semilla del
decrecimiento; la comunicación de las propias luchas que se oponen al sistema
imperante, defendiendo el territorio y a su gente. Por este motivo vemos que
hay que construir otra economía que ante los grandes retos sociales y
ecológicos que nos esperan, nos permita confrontarnos con el sistema dominante
desde una nueva autonomía, una nueva fuerza. Queremos construir un espacio de
afinidades, de intercambios, de sinergias entre el campo y la ciudad, de economía
solidaria, monetaria o no. Queremos poner esta idea en común a todos los
colectivos y personas que vamos encontrando, para construirlo conjuntamente. Los
días de marcha serán dos meses y medio de pedaladas por más de 45 poblaciones
de 35 comarcas catalanas, acompañados por una furgoneta eléctrica solar; días
llenos de aventuras y de relaciones que nos harán crecer en el ámbito personal y
colectivo. En mayo, la marcha llegará al área metropolitana de Barcelona y,
pueblo a pueblo, barrio a barrio, iremos tejiendo la conciencia del decrecimiento
en la gran ciudad, y también en otras poblaciones cercanas durante los meses de
mayo y junio. Hemos llegado a Barcelona el 27 de abril y tenemos dos semanas de
descanso antes de empezar la marcha por los barrios de la ciudad y por otras
poblaciones que nos lo han pedido expresamente. En este momento, el tema de la
crisis alimentaria será el pan de cada día y, por tanto, decidimos incorporar
esta temática en las charlas y debates. Tras un progresivo pero rápido
empeoramiento de la situación, se ha llegado a la conciencia mundial de que
estamos ante una crisis alimentaria, ya que los precios de los productos
básicos para la alimentación mundial se han multiplicado por dos o tres en los
últimos tres años y ha habido restricciones a la exportación, tanto de trigo
como de arroz... ¿Por qué? La especulación salía del mercado inmobiliario y
energético e iba hacia los productos básicos del sur, antes de que la crisis
económica hiciera restringir la demanda y bajase el precio de las materias
primas. Los agrocombustibles también habían hecho aumentar el precio de los
productos básicos y había competencia por las tierras de cultivo. Además, el
precio del petróleo estaba por las nubes y, por tanto, aumentaban los costes de
producción por el encarecimiento del petróleo y los fertilizantes, de los que depende
en gran medida el modelo agrícola industrial. Los pueblos van perdiendo cada
vez más soberanía alimentaria y dependen más de los alimentos que les llegan de
fuera para seguir subsistiendo, de modo que la crisis de precios les afecta
gravemente. Estructuralmente, los mercados están cada vez más controlados por
pocas empresas transnacionales que controlan de origen a final la producción,
la transformación y la comercialización de alimentos. Las grandes superficies comerciales
tienen poder para imponer precios muy bajos a los productores y quedarse ellas
con un gran margen de beneficios. Este monopolio y concentración permite un
fuerte control a la hora de determinar lo que consumimos, a qué precio lo
compramos, de quién procede, cómo se ha elaborado, con qué productos, etc.* La
cifra de más de 800 millones de personas que pasan hambre en el mundo no ha
dejado de incrementar desde el inicio de la crisis y se calcula que actualmente
estamos a punto de llegar a la escalofriante cifra de casi mil millones de
personas, y no precisamente porque falten alimentos...
DE LA MARCHA A LA RED:
EL ENCUENTRO DE MOVIMIENTOS SOCIALES DE
JULIO
Para culminar el
proceso de la marcha y convertirla en red, Tiempo de Re-vueltas ya estaba
trabajando en la preparación de un encuentro de movimientos sociales, con el
título «Pongamos en marcha el decrecimiento, construyamos contrapoder» que
tendría lugar a principios de julio en dos masías de Santa Maria d’Oló (Bages).
El encuentro se había ido anunciando a lo largo de toda la marcha por el
decrecimiento y los temas de debate se habían ido generando a partir de los
debates de aquellos meses. Finalmente, el encuentro se organizó en trece áreas
de trabajo: economía, autogestión de la vivienda, autonomía alimentaria, modelo
territorial y defensa del territorio, relación campociudad, medios de
comunicación, agua, energía y transporte, estrategias ante el poder político,
conocimientos y educación libre y relaciones sociales y vida comunitaria. Se
crearon unos grupos previos para empezar a organizar los debates y trabajar las
propuestas antes del encuentro. Al encuentro asistieron unas 350 personas, de
unas treinta comarcas catalanas y también de las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana
y Francia, que se repartieron entre dos masías y una zona de acampada. El transporte
para llegar al lugar se intentó organizar de la forma más decreciente posible,
haciendo compartir coches y furgonetas e incluso un autobús. Del encuentro
salieron muchas ideas y propuestas, sobre todo de la necesidad transversal de
crear bancos de recursos compartidos para empezar a tener menos dependencia de
los circuitos oficiales. Con el mismo objetivo queremos poner en marcha
actualmente el Espacio Público Autónomo, que consistiría en una red de personas
y recursos, en que se garantizan las necesidades básicas de las personas que
participen en él, con el objetivo que estas personas dejen de trabajar dentro
de la economía capitalista y puedan dedicarse a proyectos para construir una
nueva manera de vivir. Y también queremos mantener y difundir muchas ideas para
potenciar las experiencias que ya existen, como cooperativas de consumo,
vivienda, huertos comunitarios agroecológicos, así como la organización en el
ámbito municipal con la puesta en marcha de iniciativas decrecentistas
prácticas. Actualmente, seguimos articulando un movimiento por el decrecimiento
en todo el territorio catalán que cada vez es más fuerte y consciente, y que
agrupa afinidades y sensibilidades diversas, desde el anticapitalismo en
general y el anticonsumismo a la defensa de la tierra y del territorio, contra
la especulación urbanística, por la agroecología, por una nueva cultura del
agua y de la energía..., pero todos juntos siendo conscientes de que vamos en
una dirección común y que podemos actuar para crear alternativas desde abajo
para cambiar las cosas. Tal vez el decrecimiento se ha convertido ya en un
amplio paraguas, aunque está en continua evolución... Diario de una
expropiación planificada Os he hablado claramente de la grave encrucijada en
que se encuentra la humanidad hoy en día, en un contexto no sólo de crisis
energética sino también de crisis sistémica, multidimensional. Ante una
situación tan grave que se acerca y con tantas ideas en la cabeza para
afrontarla, con toda la experiencia acumulada de más de seis años de intenso
activismo, creo que ha llegado el momento de actuar. Creo que ha llegado el
momento de arriesgarse para cambiar las cosas y apuntarlas en la dirección adecuada
y me veo capaz de asumir los riesgos que eso pueda comportar. Durante los
primeros meses de aquel mágico año 98 yo ya había quedado impresionado por las
palabras de Henry Thoureau cuando afirmaba que «ante un gobierno que encarcela a
la gente injustamente, el mejor lugar para una persona justa es también la
cárcel». A medida que había pasado el tiempo, estas palabras habían ido
resonando constantemente en mi cabeza, pero siempre había pensado que si me
tenía que arriesgar tenía que ser por algo que realmente valiera la pena.
UNA IDEA INSPIRADORA DE
UN PERSONAJE MISTERIOSO
El año 2002, un
personaje peculiar y misterioso de Madrid que había conocido en septiembre del
año 2000 en Praga me había citado en Barcelona para confiarme una información que
hasta entonces no había utilizado pero que en los últimos tiempos me volvía a
venir a la cabeza con insistencia. Él me contaba que los bancos no pueden saber
si una nómina que tienes domiciliada en su entidad y que demuestras con una hoja
salarial es falsa, siempre que los datos de la empresa que paga la nómina y tus
datos personales sean ciertos. Me contaba que él, que era empresario cultural,
a veces, cuando un proyecto no le salía bien y tenía problemas de dinero, lo
utilizaba ante un banco para conseguir líquido que después, cuando le volvían a
funcionar las cosas, retornaba. Se había dado cuenta, además, de que eso se
podría utilizar para financiar a movimientos sociales si había personas
dispuestas a quedarse endeudadas para toda la vida y se imaginaba que a activistas
como yo, que habitualmente teníamos muy poca relación con los bancos, no nos
importaría en un momento dado asumir ese riesgo dado que nuestra vocación ya
era vivir fuera del sistema.
El hombre estaba
motivado a difundir esta idea y de alguna manera pensaba que yo era una persona
clave para ayudarle a hacerlo. Él había pensado hacer una película con un guión
vinculado a esta idea, un guión que se presentara como ficción pero que la
acción que narrara fuera real y que las informaciones que diera al público de
cómo actuar fueran lo suficientemente claras para permitir pasar a la acción a
quien deseara intentarlo. Me pidió que le pusiera en contacto con otros
activistas que pudieran estar interesados en este proyecto y así lo hice. A
finales de 2002 llegamos a hacer un par de reuniones donde discutíamos elementos
del guión, pero después de fin de año el hombre no nos dijo nada más y el
proyecto se desvaneció.
Un día de agosto de
2005, la idea de este hombre me vino a la cabeza con mucha fuerza y se me
ocurrió volver a contactar con él, tras mucho tiempo sin ninguna noticia suya.
No encontraba su correo y me puse a buscarle por la red. La respuesta que
encontré me dejó consternado, ya que a través de una dedicatoria de un amigo
suyo supe que había muerto trágicamente.
Este triste suceso
me trajo, sin embargo, una motivación añadida. Yo era depositario de aquella
idea y él había pensado que ésta me podría ser de gran utilidad si la utilizaba
para lograr los objetivos por los que creía que era necesario luchar. Tal vez
había llegado el momento...
ACTUAR: LA EXPROPIACIÓN
ANARQUISTA
Antes de poner manos
a la obra, investigo un poco en internet si alguien ha tenido alguna vez una
idea parecida a la que a mí me está pasando por la cabeza en esos momentos. No
encuentro ninguna acción activista relacionada con nóminas y créditos, pero topo
de cara con el caso de Lucio Urtubia, que era el caso más reciente y de más
envergadura relacionado con la tradición de expropiación anarquista y del que
encontré referencias en un libro que se había escrito sobre él en 2001. Lucio,
después de ser durante unos años la mano derecha de Quico Sabaté, había logrado
dinero sin violencia y a través de la estafa para financiar a organizaciones revolucionarias
y anarquistas. De algún modo podemos decir que sus acciones, especialmente la
famosa estafa multimillonaria de cheques de viaje de Citibank, son las que
tienen más en común con mi idea, aunque él siempre había actuado de forma
clandestina y a mí lo que me motivaba de una idea como la que tenía en la cabeza
era el hecho de poder hacerlo público yo mismo para defender la legitimidad de
mis acciones ante la sociedad.
Lucio dejó de actuar
en 1980. Si no andaba equivocado, pues, había un agujero de veinticinco años
sin ninguna acción de expropiación vinculada a luchas sociales y
revolucionarias, como mínimo que yo conociera. ¿Acaso ya no necesitan dinero los
movimientos revolucionarios?, me pregunto. ¿Es que ya no hay que arriesgar para
cambiar la sociedad? Por supuesto que sí. Y mi experiencia me dice que ahora es
más necesario que nunca.
Se me ocurre también
en aquel momento que llevar a cabo acciones como la que tengo en la cabeza
puede ser importante como inspiración para recuperar acciones revolucionarias, como
parte del imaginario popular, por parte de quienes conozcan el estado de las
cosas sin embudos ni telarañas y crean también que es necesario actuar.
Tras los días de
reflexión en Menorca, de los que os he hablado en el capítulo anterior, decido
que en principio quiero llevar a cabo una acción de expropiación, pero para
saber si esta idea puede ser viable tengo que aprender muchas cosas y empezar a
hacer investigaciones prácticas sobre el terreno. Todavía no me he planteado cuáles
podrían ser los límites de mi acción ni qué cantidades podría llegar a
conseguir, así que me encuentro ante todo un mundo nuevo que se abre ante mí para
descubrir y aprender.
LAS PRIMERAS INDAGACIONES Y LAS PRIMERAS PRÁCTICAS
Empiezo a buscar información sobre créditos en internet y pruebo
a pedir un préstamo en alguna oficina, no de forma seria sino sencillamente
para ir cogiendo práctica y saber qué me piden. Así, confirmo que con mi nómina
real no voy a ninguna parte. También me preocupa el tema de que me pidan tener
una propiedad como aval. El hombre misterioso me había dicho que 1.500 euros de
nómina domiciliada durante tres meses seguidos en una entidad servían para
conseguir un préstamo de 9.000 euros sin ningún avalador ni garantía, que es precisamente
lo que necesito.
Tras estas primeras
investigaciones llego a la conclusión de que para empezar el proceso y poder ir
consiguiendo préstamos, ahora que la burbuja inmobiliaria todavía está
creciendo, me iría bien tener un piso hipotecado y utilizarlo como garantía. Pero
no sólo eso, sino que también aventuro que crear una empresa me podría ser útil
porque sospecho que los préstamos como empresa los podré esconder cuando pida
un préstamo personal. Con las primeras indagaciones realizadas también he comprobado
que para calcular si te pueden dar un préstamo, una norma general para las entidades
es que no puedes tener cuotas mensuales por deudas de más del 40 por ciento de
tu sueldo, es decir, que si cobras 1.000 euros no puedes tener más de 400 euros
en cuotas mensuales, contando lo que estás pidiendo en ese momento.
Así, haciendo mis
cálculos, llego a la conclusión de que antes que nada necesitaré:
— Una nómina de 2.200 euros mensuales
con contrato fijo.
— Una empresa que me transfiera la
supuesta nómina desde su cuenta. ¡Esta empresa no puede ser mía!
— 3.000 euros que pueda inmovilizar
durante casi dos meses, para el proceso de creación de una empresa.
Con la excusa de que
tenemos problemas de tesorería en el Infoespai, me resulta fácil que un
familiar me preste 6.000 euros que le devolveré pronto y de esta manera ya
puedo empezar a actuar, ya que percibo que no hay tiempo que perder. Así que
decido elegir un primer banco donde ir a domiciliar una nómina.
A finales de agosto
de 2005 entro en una oficina de Caixa Terrassa y abro una cuenta para
domiciliar mi nómina de 2.200 euros. Soy informático, contrato fijo. El
director de la oficina aprovecha para preguntarme una cosa de enrutadores, que precisamente
es un tema que domino, así que no hay problema. Al mismo tiempo había creado
otra cuenta en Caixa Manlleu, donde tenía que ingresar el dinero para hacer las
transferencias hacia mi nómina.
El 1 de septiembre
recibo en esta cuenta la primera nómina de Infoespai, SCCL. He elegido la
cooperativa donde trabajo realmente y de la que soy presidente, pero no habrá
ningún problema porque tiene una cantidad importante de socios y por tanto no
podrán interpretar que es «mi» empresa.
CREANDO EMPRESA Y...
¡HACIENDO HIPOTECA!
En septiembre también,
elijo Bancaja para depositar los 3.000,12 euros necesarios para crear una
empresa. Con el comprobante de este depósito, un certificado negativo de nombre
que había solicitado unas semanas antes y unos estatutos de una S.L. sacados de
internet y adaptados, firmo la creación de mi primera empresa ante un notario.
Días después realizaré las gestiones ante la Agencia Tributaria para tener un
CIF de empresa y darla de alta del IAE. Con esta documentación iré a preguntar
enseguida a Bancaja si ya me pueden conceder un crédito que necesito para poder
empezar a operar con la empresa, pero me responden que en mis condiciones (sólo
3.000 euros de capital social y sin propiedades) sólo cuando lleve al menos un
semestre facturando habrá alguna posibilidad de que me lo concedan.
Septiembre y octubre
me los paso intensamente buscando un piso que sea lo suficientemente barato en
relación con su posible tasación para que me puedan hacer una hipoteca que incluya
los impuestos y los costes de notaría, que suelen ser del 7 por ciento para un
joven menor de 32 años como era yo en aquel momento. Además, el precio del piso
no puede superar los 190.000 euros para que me salga una cuota de hipoteca que
pueda hacer que acepten mi nómina de 2.200 euros como ingresos suficientes.
Después de moverme
mucho por las ciudades de los alrededores de Barcelona, encuentro por 185.000
euros un piso de cuatro habitaciones en el barrio de Llefià de Badalona. Me parece
lo bastante barato para los más de 70 m2, y el hecho de que tenga cuatro
habitaciones puede ir bien para alquilarlo mientras lo utilizo como aval. Tengo
que decidir rápidamente si me lo quedo porque ya he aprendido en estas semanas que
las gangas vuelan, así que doy una pequeña paga y señal en la misma visita.
Aquél será el
momento de preparar por primera vez mi documentación para conseguir un
préstamo, y no un préstamo cualquiera: ¡ni más ni menos que una hipoteca!
Puesto que tengo que poner 3.000 euros antes de firmarla en concepto de contrato
de arras, se me ocurre que tendría que hacer alguna prueba previa con la documentación
que quiero presentar, porque si descubren que los documentos no son auténticos mejor
que sea allí, donde no tengo nada que perder, en vez de arriesgar los 3.000
euros que son más de la mitad del dinero que tengo. Así, hago una solicitud por
teléfono con una entidad financiera cualquiera que encuentro por internet y
empiezo después a preparar lo que serán mis primeras hojas de nómina. También
preparo mi contrato indefinido a partir de un PDF editable en internet, pero me
entero de que necesito un sello de la Oficina de Trabajo de la Generalitat para
que parezca lo bastante verídico. Este sello lo consigo escaneándolo de un
contrato impreso ya sellado y utilizando un poco de diseño para separarlo y
adaptarlo a mis necesidades.
En el sello tenía
que poner una fecha que marcaría el momento desde el que tengo contrato indefinido
y que podría afectar a otros documentos que me pidiesen, como por ejemplo la
declaración de la renta y la vida laboral. En el caso de la declaración de la
renta, yo no la había hecho aquel año, ni nunca, de hecho, así que no tenía y
ya me imaginaba que me resultaría más difícil de falsificar porque se trataba
de un documento del Estado, así que pensé que sería más interesante dar una
buena justificación para no tenerla. La que se me ocurrió en aquel momento fue que
en 2004 no trabajaba porque había estado estudiando, de forma que el sello del
contrato de trabajo lo hice con fecha de marzo de 2005. La vida laboral no me
la pidieron aquella vez y en general es un documento que por lo que fui viendo
no se suele pedir demasiado. De hecho, algunas veces pedían la vida laboral,
aunque no tanto como los demás documentos. En mi caso, como yo no he trabajado nunca
para nadie que no sea yo mismo, sólo salía el puesto de trabajo en la
cooperativa desde 2004, de la que me había dado de baja a media acción
expropiadora. La vida laboral te la envían a casa en color y resulta muy difícil
de falsificar, pero también la puedes pedir presentándote en la Seguridad Social,
donde te darán una en blanco y negro hecha con impresora láser. Como la empresa
era real y la nómina no salía, sólo tenía que cambiar los días trabajados de
manera que pareciera que seguía dado de alta y quitar la fecha de finalización
de contrato. Cuando lo tuve preparado lo guardé para no tener que buscar cada
vez la misma tipografía.
Los de aquella
financiera también me pidieron el extracto de la cuenta corriente de los tres
últimos meses, pero como la había abierto a mediados de agosto les di lo que
tenía. Con los nervios a flor de piel por la primera prueba de mi habilidad de hacer
manualidades, envié las fotocopias de los documentos por fax y al cabo de unos
días me llamaron para decirme que no me habían dado el crédito, aunque no me
dijeron nada que me hiciera pensar que habían descubierto que la documentación
no era auténtica, y eso me dio una mínima confianza para seguir adelante con la
firma de la hipoteca.
A principios de
noviembre, finalmente, entregaba en Caixa Terrassa las tres nóminas y el contrato
de trabajo. Como tenía la nómina domiciliada en esa entidad ya no me pidieron
nada más. ¡Mentira! Al cabo de un par de días me llamaron y me preguntaron si
yo tenía una deuda con una empresa de comunicaciones. ¡Primero no sabía de qué
me hablaban, pero entonces caí en la cuenta! ¡Ostras, si se trataba de la
factura de teléfono de Vodafone de la Campaña contra el Banco Mundial que había
dejado impagada en 2001! Mientras pensaba una explicación para este tema, le
pregunté si aquello era un problema grave para la operación y me dijo que no,
que si le hacía llegar alguna justificación de por qué aquella deuda seguía impagada
no habría problema, porque ya están acostumbrados a que muchas personas tengan
conflictos con empresas de este tipo...
«¡De acuerdo! —le dije—. ¡Ya te lo
haré llegar por escrito!»
Este teléfono móvil del
cargo lo abrió un amigo mío inmigrante senegalés, con mi nombre porque él tenía
problemas para conseguir un móvil de contrato y lo necesitaba para estar en
contacto con su familia, con el acuerdo de que él me lo iría pagando a mí.
El problema llegó
cuando se juntó con un grupo numeroso de inmigrantes, y todavía no entiendo muy
bien cómo, todos empezaron a utilizar el móvil para comunicarse con sus
respectivas familias y amigos.
Si Vodafone os
pasara un extracto de aquel período, veríais que hay un predominio de llamadas
a países lejanos con los que yo no tengo ninguna relación. [...]
La documentación fue
aceptada y la hipoteca concedida por valor de 201.000 euros, todo incluido.
Inmobiliaria, antiguos propietarios y yo fuimos a ver al notario para firmar el
cambio de nombre y la hipoteca, que en aquel momento me salía por una cuota de
775 euros mensuales. La caja vallesana me consideró suficientemente buen
cliente para ofrecerme además una tarjeta de crédito de 6.000 euros que acepté
gustosamente. Me iría bien para pagar las primeras cuotas de la hipoteca y las
operaciones siguientes. Empezaba, así, a girar la rueda en el sentido que yo deseaba.
Los meses siguientes
seguí con mis investigaciones. En Caixa Terrassa, antes de concederme la
operación, me habían hecho firmar un documento para autorizarles a buscar en
una base de información llamada CIRBE, que después supe que significaba Centro
de Información y Riesgos del Banco de España, en la que figura información
sobre la situación deudora de las personas. Eso me hizo pensar que tal vez
sería difícil endeudarme mucho en el ámbito particular, aunque seguía esperanzado
en poder hacerlo como empresa.
…Mientras buscaba a
unos inquilinos para mi piso, que no encontré hasta febrero de 2006, y seguía
cobrando la «nómina» en Caixa Terrassa, me dedicaba sobre todo a valorar la
situación para acabar de tomar una decisión definitiva sobre mis actuaciones.
Después de hacer las primeras pruebas veía que seguir con mi acción era perfectamente
posible, aunque sabía que desde entonces, si seguía pidiendo créditos, ya no
habría marcha atrás.
En aquel momento,
justamente, leyendo la web de Crisis Energética, en la que a veces hay información
relacionada también con el funcionamiento del sistema financiero, descubrí un cuento
que me acabó de abrir los ojos para motivarme a seguir:
QUIERO TODA LA TIERRA
MÁS EL 5 POR CIENTO*
Érase una vez un país que existía en algún rincón de este
planeta. El máximo problema del país era, sin embargo, saber exactamente cómo
valorar sus intercambios vitales. ¿Un cuchillo valía uno o dos cestos de maíz?
¿Valía una vaca más que un carro? Durante generaciones la gente utilizó el
sistema de permuta: una persona mantenía a su familia proporcionándole todas
sus necesidades o bien se especializaba en un comercio en particular. Los
bienes excedentes de su propia producción los intercambiaba por los excedentes
de los demás.
En aquel país vivía
Fabián, un artesano que trabajaba el oro y la plata. Pensando, pensando, Fabián
llegó a una conclusión y la quiso presentar a los demás. «Tengo la solución a
nuestros problemas de permuta y os invito a todos a una reunión pública
mañana», anunció un buen día.
A la mañana
siguiente, sobre un escenario de la Plaza Mayor de la ciudad, Fabián explicó el
nuevo sistema, al que llamó «dinero». La idea sonaba bien. «¿Cómo empezaremos? »,
preguntó la gente. «El oro que utilizo en los ornamentos y la joyería es un metal
excelente. No se desluce ni se oxida y durará muchos años. Fundiré un poco de mi
oro en monedas y llamaremos a cada moneda “dólar”», explicó Fabián. Aquel dinero
pasaría a ser realmente el medio para el intercambio, un sistema mucho mejor
que la permuta.
Uno de los gobernadores
planteó entonces: «¡Algunas personas pueden encontrar oro y hacerse las
monedas!» Pero Fabián ya tenía la respuesta preparada: «Sólo las monedas
aprobadas por el gobierno se podrán utilizar, y tendrán estampada una marca
especial.» Aquello parecía razonable, y se propuso que se le diera a cada
hombre una cantidad igual de monedas. «Sólo yo merezco la mayoría», dijo el
fabricante de velas. «No —dijo el granjero—, sin alimento aquí no hay vida,
nosotros tenemos que tener la mayor cantidad de monedas.» Y la discusión
continuaba.
Fabián les dejó
discutir un rato y finalmente dijo: «Teniendo en cuenta que ninguno de ustedes
llegará a un acuerdo, les sugiero que cada cual obtenga de mí la cantidad que
quiera. No habrá ningún límite, excepto el de su capacidad para retornarlas.»
«¿Y qué le tendremos que pagar?», le preguntó la gente a Fabián. «Puesto que
les proporciono un servicio, eso me da derecho al pago por mi trabajo. Digamos
que por cada 100 monedas que ustedes obtengan, me devolverán 105 por cada año
que mantengan la deuda. Las 5 monedas serán mi paga, y llamaré a esta paga
“interés”.»
Fabián no perdió ni
un minuto e hizo monedas noche y día, y cuando las monedas fueron examinadas y
aprobadas por los gobernadores, el sistema empezó. La mayoría pidieron pocas
monedas y se dispusieron a probar el nuevo sistema.
Encontraron que el
dinero era maravilloso y pronto lo valoraron todo en dinero o dólares de oro.
El valor que le pusieron a cada cosa se llamó «precio» y el precio dependía principalmente
de la cantidad de trabajo que se requería para producir el bien. Si hacía falta
mucho trabajo, el precio era alto, pero si se hacía con poco esfuerzo el precio
era bajo. Los clientes elegían siempre el que creían que era el mejor trato,
tenían libertad de elección. El estándar de vida se elevó, y al cabo de poco
tiempo la gente se preguntaba cómo lo habían hecho hasta entonces sin «dinero».
Al terminar el año,
Fabián salió de su tienda y visitó a toda la gente que le debía monedas.
Algunos tenían más de las que habían pedido, pero eso significaba que otros
tenían menos, ya que sólo había un número concreto de monedas repartidas desde
el principio. Los que tenían más de lo que habían pedido devolvieron lo pedido
más las 5 monedas adicionales por cada 100, pero una vez devueltas sus monedas
tuvieron que pedir otra vez para poder continuar.
Los demás descubrieron
por primera vez que tenían una deuda. Antes de dejarles más dinero, Fabián hizo
una hipoteca sobre algunos de sus activos, y todos volvieron a salir para
tratar de conseguir aquellas 5 monedas extras que parecían tan difíciles de
encontrar.
Nadie se dio cuenta
de que, conjuntamente, el país nunca podría salir de su deuda hasta que se devolviesen
todas las monedas, pero aunque se retornasen todas las monedas siempre quedarían
aquellas 5 adicionales por cada 100 que jamás se habían puesto en circulación.
Nadie aparte de Fabián podía ver que resultaba imposible pagar el interés. El
dinero adicional nunca se había puesto en circulación, así que siempre le
faltaría a alguien.
Por otro lado,
Fabián tuvo otra idea. En la parte posterior de su tienda hizo una caja fuerte
y a la gente le pareció adecuado dejar algunas de sus monedas allí como depósito
de seguridad. Fabián cobraba un pequeño honorario dependiendo de la cantidad de
dinero depositado y la cantidad de tiempo que lo dejaran en la caja fuerte, y
daba al dueño de las monedas un recibo por cada depósito.
Cuando una persona
iba a hacer las compras, normalmente no llevaba demasiadas monedas de oro. La
persona le daba al comerciante uno de los recibos de Fabián, de acuerdo con el
valor de las mercancías que quería comprar. Los comerciantes reconocían el
recibo como genuino y lo aceptaban con la idea de llevarlo después ante Fabián
y recoger la cantidad correspondiente de monedas. Los recibos pasaban de mano
en mano en vez de transferirse el oro en sí mismo. La gente tenía total
confianza en los «recibos» y los aceptaba como si fueran monedas de oro.
Al poco tiempo,
Fabián se dio cuenta de que era bastante raro que alguna persona le pidiera
realmente sus monedas de oro, así que pensó: «Estoy en posesión de todo este
oro y debo continuar trabajando duro como artesano. No tiene ningún sentido.
Hay docenas de personas que estarían contentas de pagarme el interés por
utilizar este oro, que está depositado allí y que sus propietarios pocas veces
reclaman. Ciertamente, el oro no es mío, pero lo tengo yo, que es lo que
importa. Ya no tengo que hacer más monedas de oro para dejar, puedo utilizar
algunas de las monedas almacenadas en la caja fuerte.»
Al principio iba con
mucho cuidado y dejaba sólo unas cuantas monedas de oro, y sólo cuando tenía
mucha seguridad de que le serían retornadas. Pero gradualmente cogió confianza
y dejó cantidades mayores.
Un día le pidieron
un préstamo muy grande. Fabián sugirió: «En vez de llevarse todas estas
monedas, le puedo hacer un depósito a su nombre y entonces le daré varios
recibos con el valor de las monedas.» El prestatario estuvo de acuerdo, y se
fue con un fajo de recibos. Había conseguido un préstamo y, aun así, el oro
seguía en la caja fuerte de Fabián. Una vez el cliente estuvo fuera, Fabián
sonrió. Podía tener la tarta y además comérsela. ¡Podía «prestar» el oro y
mantenerlo en posesión!
Los amigos, los
extranjeros e incluso los enemigos necesitaron fondos para llevar a término sus
negocios y, siempre que pudieran asegurar su devolución, podían pedir en
préstamo lo que necesitasen. Simplemente escribiendo recibos, Fabián podía «prestar»
tanto dinero como varias veces el valor del oro de su caja fuerte, del que ni siquiera
era el propietario. No pasaría nada mientras los auténticos propietarios no
pidieran su oro y la confianza de la gente se mantuviera.
La posición social de
Fabián dentro de la comunidad aumentaba casi tan rápidamente como su riqueza.
Se estaba convirtiendo en un hombre de importancia y pedía respeto. En materia
de finanzas, su palabra era sagrada.
La gente ahora
aceptaba los recibos como una cosa tan buena como el oro mismo, y muchos
recibos fueron depositados para mantenerlos seguros de igual modo que las monedas.
Cuando un comerciante quería pagar a otra persona por mercancías, simplemente
escribía una nota corta dirigida a Fabián en que le pedía transferir dinero de
su cuenta a la del otro comerciante. Fabián sólo necesitaba unos minutos para
ajustar los números en el libro en que anotaba los movimientos de cada cual.
Este nuevo sistema se hizo popular, y las notas con la orden de transferencia
se llamaron «cheques».
Un día, Fabián se
reunió con el gobernador y le expuso una preocupación: «¡Algunos recibos están
siendo copiados por falsificadores, y esto tiene que parar!”» El gobernador se
alarmó. «¿Qué podemos hacer?» Fabián contestó: «Mi sugerencia es: antes que
nada, hagamos que sea tarea del gobierno imprimir nuevas notas en un papel
especial con diseños enrevesados, y cada nota la firmará el gobernador principal.
A las notas las llamaremos “billetes”. Los orfebres ya pagaremos los costes de
impresión, ya que nos ahorrará mucho del tiempo que pasamos escribiendo nuestros
recibos.» El gobernador razonó: «Bueno, mi tarea es proteger a la gente contra
los falsificadores y su propuesta parece realmente buena.» Y decidió imprimir
los «billetes». La idea sonaba bien, y sin pensárselo demasiado imprimieron
gran cantidad de flamantes billetes nuevos. Cada billete tenía un valor impreso:
1 $, 2 $, 5 $, 10 $... Los pequeños costes de impresión los pagaron los
orfebres. Los billetes eran mucho más fáciles de transportar y rápidamente
fueron aceptados por la gente.
Empezó la etapa
siguiente del plan. Hasta entonces, la gente pagaba a Fabián por guardar su
dinero. Para atraer más dinero a la caja fuerte, Fabián ofreció pagar el 3 por ciento
de interés sobre los depósitos. La mayoría de la gente pensó que si dejaba el
dinero a Fabián, en realidad estaba dejando aquel dinero a los deudores al 5
por ciento y por eso su beneficio era del 2 por ciento, la diferencia. Además, la
gente no se lo preguntó demasiado, ya que obtener el 3 por ciento era mejor que
estar pagando por depositar el dinero en un lugar seguro.
La cantidad de
ahorros creció, y con el dinero adicional en las arcas, Fabián podía dejar 200
$, 300 $, 400 $ y hasta 900 $ por cada 100 $ en billetes y monedas que tuviera
en depósito. Tenía que ir con cuidado de no exceder este factor 9 a 1, porque
normalmente una de cada diez personas le pedía retirar su dinero. De no haber
suficiente dinero disponible cuando alguien se lo pedía, la gente habría
empezado a sospechar, ya que las libretas de depósito mostraban en teoría
exactamente lo que tenían depositado.
Más allá de esto,
sobre los 900 $ que Fabián había dejado en préstamo escribiendo los cheques él
mismo, podía pedir hasta 45 $ de interés (el 5 por ciento de 900). Cuando se
devolvían el préstamo más los intereses (945 $), los 900 $ se cancelaban de la
comuna de débitos y Fabián se guardaba los 45 $ del interés. Por tanto, estaba
encantado de pagar el 3 por ciento de interés sobre los 100 $ depositados originalmente,
que nunca habían salido del arca. Eso significaba que por cada 100 $ que
mantenía en depósito, era posible obtener 42 $ de beneficios, mientras que la mayor
parte de la gente pensaba que sólo ganaba el 2 por ciento. Los demás orfebres
estaban haciendo lo mismo. Creaban dinero de la nada, sólo con su firma en un
cheque, y además cargaban el interés.
Es cierto, ellos no
hacían los billetes, el gobierno imprimía billetes y los entregaba a los
orfebres para distribuirlos. El único gasto de Fabián era el pequeño coste de
impresión. Sin embargo, ellos estaban creando dinero de «crédito», que salía de
la nada y encima le cargaban intereses. La mayoría de la gente creía que Fabián
estaba dejando el dinero que alguien más había depositado, pero había algo
raro: ningún depósito se reducía cuando Fabián entregaba el préstamo. Si todos
hubieran querido retirar sus depósitos a la vez, se habría descubierto el
fraude.
No había problemas si
alguien pedía un préstamo en monedas o billetes. Fabián simplemente le
explicaba al gobierno que el incremento de la población y la producción requería
más billetes, y los obtenía a cambio de un pequeño coste de impresión.
Un día, un hombre
que solía pensar mucho fue a ver a Fabián. «Esta carga de interés está mal —le
dijo—. Por cada 100 $ que deja está pidiendo que le retornen 105 $. Los 5 $ de
más no se pueden pagar nunca, porque no existen. Muchos campesinos producen
comida, muchos industriales producen bienes y así lo hace el resto, pero sólo
usted produce dinero. Supongamos que sólo hay dos empresarios en todo el país,
y que nosotros damos trabajo al resto de la población. Le pedimos en préstamos
100 $ cada uno, pagamos 90 $ en sueldos y gastos y nos quedamos con 10 $ de beneficios
(nuestro sueldo). Eso significa que el poder adquisitivo total de toda la
población es de 90 $ + 10 $, que multiplicado por dos son 200 $. Pero, para
pagarle a usted, nosotros tenemos que vender toda nuestra producción por 210 $.
Si uno de nosotros tiene éxito y vende todo lo que produce por 105 $, el otro sólo
puede esperar obtener 95 $. (Si el poder adquisitivo total es de 200 $ y uno de
los empresarios vende 105 $, sólo quedan 95 $ en manos de la gente para
comprarle al otro empresario). Además, parte de los bienes no pueden venderse,
ya que no quedaría más dinero en manos de los consumidores para comprarlos. Vendiendo
por 95 $, el segundo empresario todavía le debería a usted 10 $ y sólo podría
pagarle pidiéndole más en préstamo. El sistema es imposible. —El hombre
continuó—: Seguramente usted tendría que emitir 105 $, es decir, 100 para mí y
5 para que los gaste usted. De esta manera habría 105 $ en circulación y se
podría pagar la deuda.»
Fabián le escuchó en
silencio y al terminar dijo: «La economía financiera es un tema muy profundo,
amigo mío, hacen falta muchos años de estudio. Usted tiene que ser más
eficiente, incremente su producción, reduzca sus gastos y conviértase en un
mejor empresario. Siempre estaré dispuesto a ayudarle en estos asuntos.»
El hombre se marchó
sin estar nada convencido. Había algo mal en las operaciones de Fabián, y se
había dado cuenta de que había respondido a su pregunta con evasivas. No
obstante, la mayoría de la gente respetaba la palabra de Fabián. «Él es el
experto, los demás deben estar equivocados. Miren cómo se ha desarrollado el
país, cómo ha aumentado nuestra producción. Mejor dejar que sea él quien lleve
estos temas.»
Para pagar los intereses sobre los préstamos que habían pedido,
los comerciantes tuvieron que subir los precios. Los asalariados se quejaron de
que sus sueldos eran muy bajos (al subir los precios no podían comprar tantos
bienes con su salario). Los empresarios se negaban a pagar mejores salarios, diciendo
que se irían a la quiebra. Los campesinos no podían obtener precios justos para
su producción. La gente se quejaba de que los alimentos estaban muy caros.
Finalmente algunas
personas se declararon «en huelga», algo de lo que no se había oído hablar
nunca. Otros habían llegado a la pobreza y sus amigos y parientes no tenían
dinero para ayudarles. La mayoría se había olvidado de la riqueza real a su
alrededor —las tierras fértiles, los grandes bosques, los minerales, el
ganado—. Sólo podían pensar en el dinero, que siempre parecía faltar. Pero
jamás cuestionaban el sistema bancario. Ellos creían que el gobierno lo
gestionaba.
La situación
económica empeoró. Los asalariados estaban seguros de que los patrones tenían
grandes beneficios. Los patrones decían que los trabajadores eran gandules y no
rendían honestamente en su jornada laboral, y todos culpaban a todos los demás.
Los gobernantes no pudieron encontrarle una respuesta y, además, el problema
inmediato parecía ser combatir la pobreza creciente.
El gobierno puso
entonces en marcha órganos de beneficencia e hizo leyes obligando a la gente a
contribuir en ellos, lo que molestó a mucha gente, que creía en la vieja idea
de ayudar al vecino voluntariamente. Estos órganos de beneficencia aliviaron la
situación de entrada, pero al cabo de un tiempo el problema de la pobreza se
agravó nuevamente y se necesitaba más dinero. El coste de los órganos de
beneficencia aumentó más y más y la medida del gobierno creció.
La mayoría de los
gobernantes eran hombres sinceros que trataban de hacerlo lo mejor posible. No
les gustaba pedir más dinero a su pueblo (aumentar los impuestos) y, finalmente,
no tuvieron más opción que pedir dinero a Fabián y sus amigos. No tenían ni
idea de cómo lo harían para devolverlo. La situación empeoraba, los padres ya
no podían pagar a los maestros de sus hijos. No podían pagar a los médicos y
las empresas de transporte estaban entrando en quiebra. Uno por uno, el
gobierno se vio obligado a responsabilizarse de ofrecer estos servicios por su
cuenta. Los maestros, los médicos y muchos otros se convirtieron en
funcionarios públicos.
La situación no mejoraba
demasiado y, desesperados, los gobernantes decidieron pedirle consejo a Fabián.
Le consideraban muy sabio y parecía que sabía cómo resolver asuntos de dinero.
Fabián escuchó mientras le explicaban sus problemas y finalmente respondió:
«Mucha gente no puede resolver sus problemas por sí misma y necesita a alguien que
lo haga por ella. Seguramente ustedes estarán de acuerdo con que la mayoría de gente
tiene derecho a ser feliz y a ser proveída con lo básico para vivir. Uno de
nuestros grandes dichos es “Todos los hombres son iguales”, ¿no es cierto? Pues
bien, la única manera de nivelar las cosas es tomar el exceso de riqueza de los
ricos y darla a los pobres. Introduzcan un sistema de impuestos. Cuanto más
tenga un hombre, más tendrá que pagar. Recojan los impuestos de cada persona
según su capacidad, y den a cada cual según sus necesidades. Los colegios y los
hospitales tienen que ser gratuitos para quienes no se lo puedan permitir.»
Les dio una larga
charla sobre grandes ideales y acabó diciendo: «Ah, por cierto, no se olviden
de que me deben dinero. Hace mucho tiempo que llevan pidiendo en préstamo. Lo
mejor que puedo hacer para ayudarles es, como deferencia a ustedes, que sólo me
paguen el interés. Dejaremos el capital como deuda, sólo hace falta que me
paguen el interés.»
Mientras las cosas
iban a peor, intentaron el control de los salarios, el control de los precios y
todo tipo de controles. El gobierno trató de conseguir más dinero con un
impuesto a las ventas, aportaciones patronales, aportaciones salariales y todo
tipo de impuestos. Alguien observó que en el camino desde la cosecha del trigo
hasta la mesa de las casas, había cerca de cincuenta impuestos sobre el pan.
Los «expertos» se
presentaron y algunos fueron elegidos para gobernar, pero después de cada
reunión anual aparecían sin soluciones, a excepción de la noticia de que había
que «reestructurar» los impuestos, aunque siempre, después de las
reestructuraciones, la suma total de impuestos aumentaba.
Fabián empezó a
exigir el pago de los intereses, y cada vez hacía falta una porción más y más
grande de impuestos para pagarlos. Entonces llegó la política partidaria —la gente
discutía sobre qué partido político podría solucionar de mejor manera sus problemas—.
Discutieron sobre las personalidades, el idealismo, los eslóganes, todo excepto
el problema real.
En una ciudad, el
interés de la deuda excedió la cantidad de impuestos que se recaudaron en un
año. En todo el país, el interés sin pagar siguió subiendo y se cargó interés sobre
el interés impagado.
Gradualmente, mucha de
la riqueza real del país fue comprada o controlada por Fabián y sus amigos, y
con eso aumentó el control sobre la gente. Aun así, el control todavía no era
total. Sabían que la situación sería no segura hasta que cada persona fuera
controlada. La mayoría de la gente que se oponía al sistema era silenciada por
presión financiera, o sufría el ridículo público. Para conseguir esto, Fabián y
sus amigos compraron la mayoría de periódicos, televisiones y emisoras de
radio. Y seleccionaron con mucho esmero a la gente que los gestionaría. Muchas
de estas personas tenían un deseo sincero de mejorar el mundo, pero jamás se
dieron cuenta de hasta qué punto les utilizaban. Sus soluciones se ocupaban
siempre de los efectos del problema, nunca de la causa.
El plan de Fabián
estaba a punto de llegar a su cenit — el país entero le debía dinero—. Con la
educación y los medios, tenía el control de las mentes de la gente. Podían pensar
y creer sólo lo que él quería que pensasen. Los medios marcaban los temas y los
debates. Indirectamente, Fabián tenía tal control sobre el gobierno que éste se
veía obligado a seguir sus instrucciones. Él solía jactarse: «Dejadme controlar
el dinero de una nación y no me importa quién haga las leyes.» No importaba
demasiado qué partido fuera elegido para gobernar. Fabián tenía el control del dinero,
la sangre vital de la nación.
El gobierno obtuvo
el dinero, pero el interés se cargó siempre en cada préstamo. Cada vez se
gastaba más y más en órganos de beneficencia y en seguros de paro, y no pasó demasiado
tiempo antes de que el gobierno tuviera dificultades incluso para pagar el
interés, por no hablar del capital.
Aún había gente que se preguntaba: «El dinero es un sistema
hecho por el hombre. Seguramente se puede ajustar para ponerlo al servicio de
la gente, y no que la gente esté al servicio del dinero.» Pero cada vez había
menos personas que se hacían esta pregunta y sus voces se perdieron en la
locura de buscar el dinero inexistente para pagar el interés.
Los gobiernos
cambiaron, los partidos también, pero las políticas de base continuaban. Sin
importar qué gobierno estaba en el «poder», la meta final de Fabián se acercaba
más y más cada año. Las políticas de la gente no significaban nada. La gente
pagaba impuestos hasta los límites, no podían pagar más. Se acercaba la hora
del movimiento final de Fabián.
El 10 por ciento del
dinero todavía estaba en forma de monedas y billetes, cosa que tenía que
suprimirse sin levantar sospechas. Mientras la gente utilizara el efectivo, estaría
libre para comprar y vender como quisiera —la gente todavía tenía cierto
control sobre sus vidas—. Pero no resultaba siempre seguro llevar billetes y
monedas. Los cheques no eran aceptados fuera del país y, por tanto, se buscó un
sistema más convincente. La organización de Fabián le dio a cada cual una tarjeta
de plástico que mostraba el nombre de la persona, la fotografía y un número de
identificación.
En cualquier lugar
donde presentara esta tarjeta, el comerciante llamaba al ordenador central para
controlar el crédito. Si tenía crédito, la persona podía comprar lo que deseara,
hasta una cierta cantidad.
Al principio, a la
gente se le permitió gastar una pequeña cantidad a crédito, y si se pagaba
dentro del mismo mes no se cobraba ningún interés. Esto estaba muy bien para el
asalariado, pero, ¿qué pasaría con los empresarios? A éstos les hacía falta
instalar maquinaria, fabricar mercancías, pagar salarios, vender todas sus
mercancías y acabar de pagar el crédito. Si sobrepasaban el mes, lo cargaban
con un 1,5 por ciento por cada mes que estuviera pendiente la deuda. Esto
ascendía a un 18 por ciento cada año.
Los empresarios no
tenían más opción que añadir este 18 por ciento sobre el precio de venta. Pero
todo este dinero o crédito adicional (el 18 por ciento) no se había dejado en
préstamo a nadie (el dinero no estaba en circulación). En todo el país, los
empresarios tenían la tarea imposible de pagar 118 $ por cada 100 $ que se
habían dejado en préstamo, ¡pero los 18 $ adicionales jamás se habían creado en
el sistema! No existían.
Fabián y sus amigos
aumentaron todavía más su posición social, eran considerados como pilares de
respetabilidad. Sus declaraciones sobre finanzas y economía eran aceptadas con
una convicción casi religiosa.
Bajo la carga de impuestos cada vez más altos,
muchas pequeñas empresas se hundieron. Se necesitaban licencias especiales para
diversas operaciones, de forma que las empresas restantes encontraban muy
difícil participar. Fabián poseía y controlaba todas las grandes compañías, que
tenían cientos de subsidiarias. Éstas parecían estar en competencia las unas
con las otras, aunque Fabián las controlaba todas. Eventualmente, todos los
demás competidores se vieron obligados a cerrar. Los fontaneros, los
carpinteros, los electricistas y la mayoría de las pequeñas industrias tuvieron
el mismo fin: fueron engullidas por las gigantescas compañías de Fabián, que
contaban con la protección del gobierno.
Fabián quería que
las tarjetas de plástico sustituyeran a los billetes y a las monedas. Su plan
era que cuando todos los billetes se hubieran retirado, sólo los negocios que
utilizasen el sistema de tarjetas conectadas al ordenador central pudiesen
funcionar... Con todo esto, al final, Fabián y sus amigos lo controlaban casi
todo.
La historia que
narraba este cuento, junto con otros textos con un contenido complementario que
iba encontrando por internet, me acabó de hacer ver el sentido que tenía mi apuesta
por la acción. La mía ya no era sólo una idea de acción para financiar a
movimientos sociales, o para dar ejemplo de una nueva manera de hacer acción
directa, sino que, además, podría servir para sensibilizar sobre un tema, el
del dinero y el sistema financiero, a la vez tan importante como desconocido y
que empezaba a intuir que podía tener también mucho que ver con la crisis
energética y ecológica que últimamente me había impactado tanto comprender. Mi
acción podía ser, pues, una herramienta de financiación, inspiradora y de
denuncia al mismo tiempo. Ir pidiendo créditos e irlos pagando con este mismo
dinero para ir pidiendo más era un sistema piramidal similar al que explicaba
cómo funcionaba el sistema financiero, pero, además, poder ir liberando buena
parte de este dinero para dedicarlo a la transformación social acababa de dotar
de pleno sentido a mi hito.
Asumir
definitivamente la decisión de actuar implicaba que habría un día en que decidiría
que ya había llegado lo bastante lejos y que entonces sacaría todo el dinero de
las cuentas y dejaría de pagar los préstamos. Para poder hacer un buen acto de
sensibilización de esta acción, tenía que hacerlo público y con ello reconocer
que lo había hecho adrede y, por tanto, corriendo el riesgo de ser denunciado
al menos por un delito de estafa, con una pena probablemente de más de dos años
y con la posibilidad de ir a la cárcel. Aunque durante los meses que llevaba
pensando en el tema, esta posibilidad no me había quitado el sueño. De hecho,
ya llevaba suficientes experiencias en los movimientos sociales para que la
hipótesis de la detención no me sorprendiera y, además, confiaba en mi
capacidad para adaptarme a las circunstancias fueran cuales fueran. Incluso en
el peor de los casos, desde la cárcel, seguro que encontraría alguna cosa que
hacer que fuera útil o que me permitiera seguir aprendiendo. Las posibilidades que
me ofrecía esta acción eran demasiado grandes para echarme atrás. La decisión
estaba tomada.
En aquellos meses,
como la empresa había estado prácticamente inactiva, había cerrado la cuenta de
Bancaja porque me parecían poco abiertos a dar nada a una empresa tan nueva y había
abierto otra cuenta en Caixa Catalunya. Allí tuve que presentar un documento
bastante superficial de lo que quería hacer con mi empresa: «Servicios comerciales,
servicios gráficos y de publicidad para empresas pequeñas y asociaciones» y explicar
y justificar que todavía trabajaba en otro lugar y que seguía teniendo la
nómina de 2.200 euros, pero que con este dinero que pedía pensaba poder irme
volcando progresivamente en mi empresa y reducir las horas dedicadas a la otra.
Después de todo esto, documentación inicial de la empresa, entrega de nóminas,
contrato y recibo de la hipoteca, me aceptaron un préstamo de 20.000 euros que
ya me daría suficiente líquido para empezar a destinar parte a otros proyectos,
mientras seguía buscando oportunidades en este nuevo mundo de los bancos y sus
créditos.
Poco después caí en
la cuenta de que tal vez no había seguido la mejor estrategia en esta primera
empresa, ya que al conseguir un solo crédito desde ésta, cuando quisiera pedir más
tendría más cargas que justificar y menos posibilidades de obtener nuevos
créditos. También recordé que el tiempo de actividad era un factor importante,
así que me vinieron las prisas por crear una segunda empresa y esta vez
prepararla mejor. Mi segunda Sociedad Limitada vio la luz en julio de 2006.
La organización de
mi tiempo se iba enfocando cada vez más hacia estas operaciones, y antes de
lanzarme de pleno a mi nuevo trabajo, me organicé mejor. Me compré un fax y lo
instalé en casa, para poder enviar todos los documentos pertinentes en cada
caso sin necesidad de ir a una tienda y que me viera todo el mundo. También
adquirí una segunda línea de teléfono móvil para utilizarla únicamente con los
bancos, de este modo evitaba llamarlos desde un teléfono de mi cooperativa,
aunque sobre todo si algún día tenía que evitar que me llamaran ellos, la cosa
sería tan sencilla como abandonar aquella tarjeta. Así, la tarjeta dual que me
permitía conectarme a una línea u otra en función de qué número quería utilizar
para llamar, simbolizaría mejor que nada el inicio de mi doble vida. También lo
simbolizarían mis zapatos negros y relucientes, mi camisa y a veces americana y
mi maletín negro en mano.
Aquel mismo verano
fue cuando mis operaciones de crédito empezaron a crecer. Pensé que las
entidades financieras que dan crédito a distancia podrían ser «víctimas
propiciatorias» de mis acciones, ya que no tenía que tener cuenta corriente en ellas
ni mucho menos la nómina domiciliada, sino que bastaba demostrarles que tenía
mi ingreso periódico domiciliado en Caixa Terrassa. Aquel mes de julio, de
manera bastante sencilla, cayeron 10.000 euros de Cetelem y 5.000 de Cofidis, y
la financiera de la Caixa, Finconsum, cayó con 3.000 euros en septiembre.
Paralelamente, ya me había preocupado de pedir a todas las entidades de no
pagar las cuotas a través de la cuenta de Caixa Terrassa, que de esta manera
seguiría «limpia» y, por tanto, siempre que me pidiesen el extracto, sólo
saldrían en él las cuotas de la hipoteca y la tarjeta de esta caja. En vez de eso,
les di una cuenta de «La Caixa» que tenía desde hacía años (la antigüedad de la
cuenta la preguntaban y podía ser un factor decisorio), que se empezó a llenar
de cuotas. Para que la aceptasen hacía falta que al menos tuviera un recibo
domiciliado: suerte de la factura del agua que se cobraba por allí.
LAS VISITAS AL CIRBE
Agosto de 2006 fue
el primer mes que llevé a cabo una práctica que se convirtió en habitual en mi
estrategia de aquel momento y en adelante. Fui a la delegación del Banco de España
de la plaza de Cataluña y pregunté por el CIRBE. Me hicieron subir a la primera
planta y una vez allí, en un largo mostrador en que sólo había una persona
delante de mí, pregunté por mi situación de crédito. En aquel momento salían los
200.000 euros de la hipoteca, que casi no se habían reducido porque los bancos
tienen la mala costumbre de utilizar el método francés, que consiste en hacer
que los primeros años de cuotas pagas la mayor parte de los intereses y muy
poca parte del capital, y los últimos años, si llegas, la cosa funciona al
revés. También salían los 6.000 euros de límite de mi tarjeta, de los que había
dispuesto ya de 5.000 euros. Curiosamente no salían ni el crédito de Cetelem ni
el de Cofidis, ni mucho menos el aval personal del préstamo de empresa de Caixa
Catalunya de hacía ya unos meses. Me daba la sensación de que estaba
descubriendo algo importante, pero todavía no sabía exactamente qué era. Tuve
que esperar hasta principios de septiembre, cuando puntualmente me presenté
nuevamente ante el mismo mostrador del primer piso del Banco de España. Aquella
vez en el CIRBE aún salían la hipoteca y la tarjeta... ¡y salía también el
préstamo de Cetelem, pero, en cambio, no salía el de Cofidis! Con esto había
descubierto dos cosas de una tirada que serían fundamentales para mi estrategia
desde aquel preciso momento: en primer lugar, que la información de
endeudamiento del CIRBE, la fuente de información de los bancos, tardaba dos
meses en actualizarse, y en segundo lugar, que los préstamos de menos de 6.000
euros no aparecían.
Aquella información
me abría un abanico de posibilidades muy amplio, aunque al mismo tiempo me daba
cuenta de que a corto plazo mi situación era bastante delicada porque con una
hipoteca, un préstamo y un crédito a la vista, se me haría difícil cerrar
nuevas operaciones.
Así fue,
efectivamente. En los meses de octubre y noviembre de 2006 todo fueron
fracasos. Además de en alguna entidad financiera como persona, hice algunos
intentos desde mi flamante segunda empresa, pero consternado comprobé que el hecho
de tener una hipoteca, que para más inri me había subido a 907 euros la cuota,
en aquel momento me iba más en contra que a favor. Me di cuenta de que parte
del camino que había hecho hasta aquel momento lo tenía que retroceder, ahora que
ya había aprendido unas cuantas cosas, aunque no estaba demasiado seguro de si
económicamente sería capaz de hacerlo.
Pero no todo fueron
desgracias aquel otoño. Una tarea que pude hacer fue la de pasar con mi segunda
empresa por el Servicio de Autoempresa de la Generalitat, a través del centro adscrito
al Instituto Químico de Sarriá. Esta vez mi empresa era una productora de
vídeo, y mis conocimientos del tema y también los de los planes económicos
fueron suficientes para que me sellaran el proyecto sin haberle dedicado
demasiado tiempo. Ésta es una información que, más tarde, el 17-S, le di a un
periodista y que hizo que la Generalitat lo negase diciendo que sí, que me
había presentado, pero que no había acabado mi proceso; pensándolo bien, se
confundían, porque el proyecto inacabado del que ellos hablaban había sido con
mi cooperativa real, la primavera anterior. Aun así, la verdad es que
finalmente no conseguiría gran cosa gracias al documento que salió de este
proceso. Después de varios intentos, sólo el Deutsche Bank quiso trabajar con
mi empresa, pero con una situación ridícula: me pignoraban 10.000 euros (es
decir, que tenía que dejarlos depositados sin tocarlos) y me daban una póliza
de crédito por la misma cantidad, lo que quería decir que en realidad no me
prestaban nada, pero lo acepté porque me prometieron que tras unos meses en
estas condiciones sí que caería algo.
A finales de
diciembre de aquel año, ya bastante apurado de pagos diversos, decido que en mi
nueva comunidad de vecinos de Llefià (me había empadronado previamente en
Badalona) hay que rehacer todo el sistema de aguas y que resulta que los pocos
vecinos de la finca tendremos que soltar más de 5.000 euros por cabeza. ¿Tal
vez Caixa Terrassa, de la que soy buen cliente, se avendría a financiármelo?
Esta operación sí que funciona, excepto por el pequeño detalle que, no recuerdo
por qué motivo, me dicen que el préstamo será de 6.900 euros. Con todos los
pagos que tengo que hacer, no sé decir que me lo rebajen por debajo de la cifra
fatídica y ya me veo con una mancha más en mi CIRBE. Para acabar el año,
además, los de Cetelem están generosos y fácilmente se avienen a hacerme una
tarjeta de crédito de 3.000 euros más de los que debía.
¿AÑO NUEVO, VIDA NUEVA?
Afortunadamente, en
enero de 2007 hice un paso importante en la corrección de mi camino: dejar
vendido el piso hipotecado a una inmobiliaria. En realidad, el acuerdo al que llegamos
fue muy curioso, ya que resultaba que ellos en el momento de la firma me
avanzaban 6.000 euros y se daban seis meses para comprarme el piso. Si antes de
esta fecha le encontraban comprador, el contrato sería entre éste y yo, y en
caso contrario me lo comprarían ellos en julio. Además, mientras no lo vendieran,
la cuota de la hipoteca me la irían ingresando, de modo que no tenía que
preocuparme si se atrasaban. Lo único que me preocupaba era que mientras no estuviera
vendido, mi CIRBE seguiría con una mancha bien gorda.
A partir de este
momento pasé sin duda los meses más difíciles de mi periplo de activismo
bancario. Me paseaba por bancos donde todavía no tenía cuenta, con una hipoteca
y tres créditos confesados bajo el brazo y con un papel privado que decía que
el piso estaba medio vendido y que la hipoteca ya no la pagaba, pero no era
suficiente. También trataba de obtener préstamos a través de una y otra
empresa, pero la primera tenía demasiadas deudas para muy poca actividad
económica y la segunda todavía era demasiado reciente. Además de las dificultades
de préstamo, pagaba 1.300 euros al mes en créditos y todavía no me veía con
suficiente empuje para utilizarlos para cancelar el CIRBE.
¿Y si necesitaba
líquido para poder acceder a más operaciones de crédito? Efectivamente, esto
ocurrió. En marzo de 2007 frené los dos meses de sequía que llevaba gracias a
una póliza de crédito de 12.000 euros con Cajamar, a nombre de mi primera
empresa. ¿Cómo lo había logrado? Pues poniendo 6.000 euros de depósito y
especialmente haciéndoles creer que facturaba diez veces más de lo que había
justificado alguna vez antes. El tema me costó horas y horas de madrugada
«arreglando» el extracto bancario de la empresa en Caixa Catalunya para, a
partir de los números del mismo extracto en internet, añadirles un 0 a todos
éstos. Los IVA trimestrales y los balances que había entregado eran coherentes
con estos números. Como veis, iba aprendiendo que con ordenador, impresora, fotocopias,
tijeras y cinta adhesiva se pueden hacer maravillas.
En abril me llegaba
un préstamo de 5.000 euros, mi número favorito, con otra empresa de crédito
telefónico, Mediatis. En este caso no fue demasiado complicado obtenerlo,
excepto por el problema que sólo me aceptaron la cuenta de Caixa Terrassa para
recibir el préstamo, de manera que esta cuenta me quedaría demasiado quemada y
por otro lado veía que necesitaría meses para tener otra a punto. Tratando de
ser previsor, bien pronto caería otra nómina mensual, esta vez de 1.500 euros
en Caixa Penedès, otra cuenta de esas que tenía muerta de asco desde hacía
años. ¿De dónde venía esta nómina? De la misma cuenta que la otra, la que mi
«yo colectivo» tenía en Caixa Manlleu y que como nadie se la miraba, pues se me
ocurrió que podría enviar dos nóminas seguidas a mi nombre a dos cuentas diferentes
y que nadie notaría nada, como así fue.
VERANO DE CREATIVIDAD Y
MANUALIDADES
Como hacen falta
tres meses de historial en una cuenta para poderla presentar cuando te lo pide
una financiera, recuerdo todavía aquellos meses de mayo y junio como los de más
manualidades de todos. Desde el mes de marzo arrastraba un intento de préstamo
con una intermediaria que curiosamente me recomendaron en la oficina de Caixa
Terrassa cuando les pedía un nuevo préstamo. La intermediaria, después de semanas
de mirar diversos bancos, me dijo que había uno que me concedía el préstamo con
la condición de que cancelase mi deuda con Vodafone. Sí, aquella deuda
telefónica de 1.600 euros que arrastraba desde 2001 y que había ido trampeando a
costa de inventarme historias, ahora seguía pasándome factura, y nunca mejor
dicho. En aquel momento, lo que me ofrecía la financiera me pareció una buena
opción en la línea de ir mejorando mi situación de endeudamiento visible antes de
empezar a ir más en serio en mis acciones, así que acepté por mucho que me
pesara pagar aquella deuda. De este modo, aquel junio pude firmar un préstamo
personal con Caixa Sabadell de 5.200 euros, 1.800 de los cuales fueron para
pagar a Vodafone e intermediarios.
En aquella época, mi
creatividad a la hora de responder como quería a los documentos que me pedían
las entidades aumentaba. Así, con Citifinancial, la financiera del ahora
rescatadísimo Citibank, recuerdo que cuando me pidieron el recibo del préstamo
de Cetelem, en vez de darles el que correspondía, que era de 353 euros, les
entregaba el de la tarjeta, que era de 120. Igualmente, aquella gente me lo
puso difícil porque después de entregarles el extracto de Caixa Terrassa bien
manipulado, me dijeron que aquel extracto era informático y que lo querían de
la caja, con lo que me vi en una situación complicada, ya que no encontraba la
manera de convertir el extracto real en lo que tenía que ser. Le estaba dando
muchas vueltas y no sabía qué hacer para solucionar este tema, hasta que se me ocurrió
lo siguiente: ¡si realizaba alguna retirada concreta de dinero de aquella
cuenta, los números de base cambiarían y entonces sería mucho más fácil de
manipular!
Al día siguiente, a
primera hora de la mañana, fui a una oficina de Caixa Terrassa e hice una
curiosa petición:
—Querría sacar 64,89 euros.
—Ningún problema —dijo la cajera,
preparando el dinero euro a euro.
—Muchas gracias.
Rápidamente volví a
mi centro de operaciones e hice la intervención deseada. Después me fui a la
oficina de Citibank con la documentación pendiente y me concedieron el préstamo
al instante. Respiré aliviado.
Un junio muy activo
me aportó también un nuevo préstamo de Euro Crédito, que recuerdo que se pedía
a través de una empresa de seguros que me solicitó los documentos originales, con
lo que estaba un poco nervioso mientras se miraban mi contrato con el sello de
impresora láser, aunque finalmente no hubo ningún problema. Al mismo tiempo
abrí una línea de crédito de Accordfin y una segunda operación con Cofidis. En
total, 5.000 por cada una de las tres operaciones. Fantástico. Estas
operaciones de mayo y junio, de 5.000 en 5.000, me sirvieron para poder hacer
determinadas acciones que me irían muy bien para lo que vendría después. Un
buen día fui a Caixa Terrassa y ofrecí una amortización del préstamo por 1.100 euros,
de forma que la cantidad a deber quedó en 5.500. Más o menos hice lo mismo con
el primer préstamo de Cetelem: de los 7.000 euros que me quedaban por pagar
cancelé 1.500. De este modo, a los dos meses, ambos préstamos habían
desaparecido ya del CIRBE.
Para acabar de
dejar mi CIRBE bonito y precioso, en julio firmé la venta del piso y la
cancelación de la hipoteca, justo antes de que se le acabase el plazo del
contrato a la inmobiliaria. Económicamente quedé en paz, aunque al día
siguiente recibía una llamada de Caixa Terrassa y me decían que la tarjeta de
6.000 euros que me habían concedido ya no tenía razón de ser y que me la
cambiaban por una de 1.000. El golpe fue duro, pero tenía que estar contento
porque todo eso podría significar a la práctica que el siguiente septiembre mi
CIRBE presentaría un bonito 0 en los datos oficiales de mi endeudamiento. Aun
así, como la perfección no existe, resulta que el 0 no fue absoluto porque el
aval que había hecho con Cajamar en marzo sí que salía. Si me preguntaban de
qué se trataba ese aval, como que no tenían que saber que tenía aquella
empresa, tendría que decir que era un aval de un préstamo personal que habían
hecho a una amiga mía y si me pedían la documentación de la operación, diría
que no la tenía porque ella estaba de Erasmus y no me lo podía enviar. Este
aval no significó ningún problema en la práctica, ya que como no se trataba de
una deuda directa, las entidades siempre cedían.
Así pues, entraba
en verano de 2007 con una situación que mejoraba por momentos. Tenía todo el
aprendizaje que había adquirido durante los primeros dos años de acción y una
situación de deuda «confesada» mejor que nunca. Era, pues, el momento de
aprovechar mi segunda empresa, de la que sólo había conseguido una póliza cien
por cien garantizada del Deutsche Bank y una tarjeta de crédito de 5.500 euros
con la misma entidad, que era lo que finalmente me habían concedido después de
ponerme pesado reclamando que se arriesgasen un poco.
Esta segunda empresa
estaba económicamente activa desde el tercer trimestre de 2006, de modo que en
junio había tenido que entregar por primera vez un impuesto de sociedades, es decir,
un documento que es como la declaración de la renta pero para empresas, y que
debería servir también para los bancos, ya que para realizar operaciones me lo
pedirían. El impuesto de sociedades eran unos documentos llenos de números que
se podían enviar a través de internet y de los que imprimías una copia. A Hacienda
les envié la información cierta según los trimestres que había ido presentando.
El trabajo duro sería «montar» una hoja de impuesto de sociedades que quedase
bien «mona» para los bancos. Nuevamente, el documento real me sirvió de
plantilla para el documento falsificado y tuve que hacer muchos cálculos para
que cuadrasen todas las sumas y todas las restas, cálculos que me llevaron toda
una noche. Los IVA inventados estaban hechos también para que cuadrasen y de
hecho habitualmente eran los oficiales añadiéndoles un número delante.
Mi declaración de
renta personal también fue curiosa, y es que yo debía ser de las únicas
personas que, en el borrador de la declaración de la renta, a los 7.000 euritos
anuales que constaban en ella, les añadía casi 7.000 euros más de ingresos
atípicos. El motivo, hacer que me salieran 14.000 euros en la declaración y de
esta manera, cuando lo entregaba en los bancos, cuadrasen un poco más los
números con el hecho de que supuestamente yo llevaba tiempo trabajando con
contrato fijo.
La idea
que tenía con la segunda empresa era llevar a cabo tantas operaciones como
pudiese en el margen de dos meses, siguiendo el mismo patrón: pedir un préstamo
de 15.000 euros destinado a inversiones para aumentar la actividad de la
empresa y hojas de factura proforma de la tienda donde se realizarían las
compras, por este valor más el IVA. Si me pedían un extracto de la empresa
entregaría el del Deutsche Bank, banco con el que había ido intentando recibir
ingresos que simulasen actividad: ahora un ingreso en efectivo, ahora una
transferencia desde la primera empresa, ahora otra desde mi cuenta de la cooperativa...
Si me pedían los datos personales, entonces yo era director comercial y cobraba
1.500 euros, tenía contrato fijo desde marzo de 2006, pero hacía algunos meses
que me habían ascendido y me habían subido el sueldo, por eso por desgracia mi
declaración de la renta (de 2006) todavía reflejaba el sueldo antiguo. La
experiencia que había adquirido tratando con bancos y cajas a lo largo de dos
años ya hacía que tuviera la confianza de tener todas las respuestas preparadas
a todas las preguntas posibles. Además, para no perder el tiempo haciendo
copias cada vez que me pedían los mismos documentos, por aquella época ya me
había puesto a hacer fotocopias en serie y cada contenido lo guardaba en una
carpeta de un color diferente. Mi estrategia estaba completamente
sistematizada, como si mis actuaciones fueran parte del trabajo en una cadena
de montaje dentro de un sistema de producción fordista.
MÁS ACTIVIDAD
EMPRESARIAL
El primer éxito con
la segunda empresa fue gracias a Caja Navarra, a la que llegué a través de un
intermediario que se llevó su 10 por ciento. Había entregado todos los
documentos excepto el impuesto, que de momento no hacía falta. Procuré que la
firma fuera a principios de mes para tener los dos meses enteros por delante.
Curiosamente, una sede de Barcelona de esta entidad me había negado
repetidamente el préstamo que ahora finalmente me concedía una oficina nueva
abierta en Sant Cugat. Esta firma significó la fecha de inicio de mi primer esprint
empresarial, ya que a partir de aquel momento entregué la misma documentación
en cosa de pocas semanas en Bankinter, Banco Guipuzcoano, Bankpyme, Caixa
Penedès y CAM. Previamente también la había entregado en una franquicia de
Credit Services. Una intermediaria lo que hace es tener un abanico de oficinas
de confianza de diferentes bancos y según el carácter de cada operación las
coloca en una u otra a cambio de un porcentaje de beneficio que oscila entre el
5 y el 10 por ciento según el caso. Luego, al banco tienes que devolverle el
préstamo entero, así que no es demasiado buen negocio lo que haces, ya que
acabas pagando capital e intereses tanto del dinero que has recibido como del
que se ha quedado el intermediario. Yo había descubierto y probado las entidades
mediadoras en la época de más dificultades, aunque cada vez me daba más cuenta
de que este juego era peligroso, porque las entidades con las que había tenido
contactos o alguna operación en marcha ya eran un buen puñado y no siempre había
presentado la misma documentación, así que decidí que aquel intermediario sería
el último. Un intermediario desastroso, por cierto. Mientras yo iba
consiguiendo préstamos, él, con la misma documentación, no era capaz de
conseguir ni uno. Yo reaccionaba a sus malas noticias con una sonrisa interior y
pensaba que si no hubiera tenido nada mejor que hacer en la vida ya habría
encontrado una nueva profesión en la que me habría ido bien.
Aunque no todo el
monte es orégano, no os creáis. Un buen día me llamaron de Caixa Penedès y me
dijeron que había un problema con la documentación que había entregado y que
pasara por la oficina lo antes posible. Cuando llegué ya me temía lo peor, y
cuando empezamos a hablar, resulta que casi lo era.
—¡En este impuesto de sociedades hay
algunas sumas que no cuadran!
—¿Qué? ¿Cómo es posible? ¡Si se ha
encargado mi gestoría!
—se me ocurrió decir.
—Pues vaya gestoría que tienes,
chico, porque esto está mal, ya se lo puedes decir.
—¿Y qué puedo hacer ahora?
—Ve a mirar dónde está el error y
cuál es la explicación. La operación estaría aprobada si no fuera por esto, así
que todavía tienes posibilidades.
—De acuerdo, espero poder volver
mañana mismo con una explicación —dije un poco aliviado.
Me di cuenta de que
me había dejado de sustituir un número cuando había estado haciendo la
falsificación y que por eso la suma no cuadraba. Lo peor del caso era que todas
las entidades, excepto Bankpyme y Bankinter (a las que había dicho que todavía
no lo tenía y no me lo habían vuelto a pedir), tenían el impuesto de sociedades
con el error sobre la mesa y no sabía si todas, al darse cuenta, reaccionarían
tan bien como ésta. Al repasar los datos vi que el problema podía parecer un
error en la trascripción del balance al ordenador, ya que éste estaba
«correcto», pero uno de los números no lo había pasado al nuevo papel. Así lo
justifiqué y les dije también que había notificado el error a Hacienda.
Sorprendentemente, después de la corrección Caixa Penedès me concedió el
préstamo. En este caso tal vez contaba mucho que, como recordaréis, la nómina
particular de 1.500 euros la tenía domiciliada en esta entidad. Pero, ¿y en los
demás casos?
En Banco
Guipuzcoano decidí corregirles la documentación antes de que ellos me lo
reclamaran y de esta manera les daba más confianza. Aun así, no obtuvieron la
suficiente confianza de su departamento de riesgos y como desde la oficina querían
realizar la operación, solicitaron apoyo a Avalis. Esta entidad de «garantía
recíproca» con participación pública y privada avala operaciones a empresas, de
modo que el cliente tiene que hacerse socio de la entidad y si después el
deudor no paga, es ésta quien lo asume y es a la empresa a la que finalmente le
debes el dinero. Así pues, la operación pasó por dos entidades, pero finalmente
fue aprobada.
Con la CAM no llegué
a tiempo de avisar yo mismo del error y a pesar de la benevolencia del director
de la oficina el préstamo me fue denegado. CAM volvía así «a la reserva», a la lista
de entidades pendientes. En Bankpyme el préstamo se convirtió en una póliza de
10.000 euros, lo que significa que no pagas cuota sino únicamente los intereses
y que cada año se tiene que renovar, mientras que en Bankinter el préstamo se
convirtió en un leasing, es decir, que los equipos presupuestados los tuve que
comprar realmente y hacer la factura a su nombre. En esta última entidad, a
última hora entregué el impuesto de sociedades para su archivo, pero como ya
habíamos firmado no me molesté a rehacerlo porque era demasiado trabajo y así
se quedó, porque ya pensaba que en este caso no se lo mirarían.
Días después, en el
Guipuzcoano, me pasó una buena anécdota: cuando quise retirar el dinero del
préstamo en efectivo me dijeron que no podía ser, que tenía que hacer una transferencia
a la cuenta de la entidad donde había comprado material o bien que ellos me
podían hacer un cheque que yo podía utilizar para pagar mis compras. Yo insistí
que en la tienda donde quería comprar me habían pedido que pagase en efectivo y
finalmente lo aceptaron, pero me dijeron que tenía que presentar la factura.
Mientras les decía que sí, iba pensando cómo lo haría esta vez para salirme con
la mía. Al día siguiente me presentaba en la misma tienda donde ya había comprado
equipos y materiales a nombre de Bankinter otras veces y compraba tres
complementos muy baratos, que pedía que me facturasen por separado. Eso era lo
que necesitaba para presentar las facturas al banco: en la parte inferior
aparecerían los productos financiados y en la parte superior estarían los datos
de las facturas creadas expresamente.
Ya empezaba a
hacerse divertido eso de encontrar soluciones ingeniosas a los problemas que se
me iban presentando y, además, me iba llenando los bolsillos. Por primera vez
en esta historia, realmente la rueda giraba ya claramente a mi favor y las
cantidades expropiadas empezaban a ser importantes.
En vista del éxito y
para preparar una posible repetición para el año siguiente, ya había creado
durante aquellos días de verano mi tercera empresa.
MONEY AS DEBT, EL
DINERO COMO DEUDA
Aquel verano, aparte
de práctica, también hice mucho trabajo teórico. Un día, navegando por
internet, encontré un documental que se llama Money as Debt* (El dinero como deuda)
y al visualizarlo me emocioné. Se trataba de un contenido muy similar al del
cuento Quiero la Tierra más el 5 por ciento, pero en un formato que se hacía
muy digerible para difundirlo a un número mayor de gente. Mi cabeza empezó a hervir
con ideas. Antes que nada le escribí al autor del documental y le pedí que me
lo enviara en una versión de calidad. Lo mismo hice con la autora del libro Web
of debt que encontré a partir de un enlace de la página del documental y que realmente
tenía buena pinta. Ambos me respondieron enseguida que me lo enviaban y así lo
hicieron.
El vídeo era en
inglés, aunque la versión castellana ya estaba acabando de ser traducida y
había un equipo de gente interesada en el doblaje. Entre la gente que conocí
virtualmente a raíz de estos hallazgos había dos personas de referencia en el tema
de las monedas alternativas, la argentina Heloísa Primavera y el japonés Miguel
Yasuyuki, y es que el vídeo Money as Debt, además de la crítica implacable a la
banca y al sistema monetario, introducía algunas de las alternativas en que
estas personas estaban trabajando.
Viendo el
documental me quedaba más claro que nunca que el dinero era una convención que
funcionaba por la confianza que todo el mundo depositaba en él, y que el
sistema funcionaba en la actualidad para el mantenimiento de los intereses de
una minoría, pero que en realidad podría funcionar de una manera muy diferente
que fuera en beneficio de la gente, y además eso se podría conseguir de una
manera relativamente sencilla. Yo ya había participado anteriormente en grupos
de trabajo para construir sistemas monetarios alternativos que no habían salido
adelante a causa del muchísimo trabajo que supone difundir la idea en la que te
has puesto de acuerdo entre un número lo bastante grande de participantes como
para que se pueda poner en marcha.
Además, mientras
leía el impresionante libro Web of Debt,** empezaba a escribir un documento
titulado «Planteando una economía contrahegemónica», que quería que fuera una
buena base para reflexionar sobre un nuevo sistema monetario. Del libro sacaba
mucha información que desconocía. ¿Sabías que El mago de Oz había sido una
alegoría de la lucha en Norteamérica por construir un sistema monetario al servicio
de la población? ¿Que ésta había sido una de las causas principales de la
Guerra de Independencia y que los que habían ganado tenían el apoyo de los
banqueros europeos para construir una sociedad a su medida en aquel continente?
¿Sabías que el modelo de reserva fraccionaria se había ido imponiendo durante
el siglo XX en prácticamente todo el mundo, excepto en China, que tenía un
modelo aprendido de Lincoln, que en el siglo XIX había creado los greenbacks,
una moneda que se prestaba sin intereses y que se consideraba que sería la mejor
para cubrir las necesidades de la población? Tal como aparecía también en el
documental, los vencedores habían hecho silenciar toda aquella realidad en la
educación, los estudios universitarios y los medios de comunicación.
Me daba la
sensación de que ahora, en el siglo XXI, esta censura ya no era tan necesaria
porque la historia nos era tan desconocida que nadie repararía en el hecho de
que fuera cierta. Además, desde siempre nos habían enseñado la economía como
unos conocimientos complicados y exclusivos, que sólo algunos especialistas
podían interpretar, y el hecho que ésta se pudiera basar en un sistema sencillo
de explicar y al mismo tiempo tan perverso costaba de aceptar para la mayoría
de las personas. Precisamente en este sentido, el documental Money as Debt
sentenciaba: «El proceso mediante el cual los bancos crean dinero es tan
sencillo que nuestra mente lo rechaza de pleno» (John Kenneth Galbraith). Otro
de los aspectos que sobre todo el vídeo dejaba muy claro era cómo este sistema
de creación de dinero e intereses obligaba a necesitar cada vez más actividad
económica para poder crear más dinero, para que se pudieran pagar los intereses
que se habían comprometido a pagar los deudores. Es decir, que el sistema de
crecimiento, aquel que estábamos criticando de raíz a través del movimiento por
el decrecimiento, en realidad funcionaba de esta manera porque el crecimiento
era una necesidad del sistema monetario para que la gente, las empresas y los
estados endeudados pudieran seguir pagando sus deudas. Si el sistema se paraba,
las deudas no se podrían pagar. Si el sistema continuaba su camino de
crecimiento, los recursos naturales del planeta y la supervivencia de nuestra
especie tenían los días contados. En el fondo, palabras como democracia y libertad
perdían toda su razón de ser en un sistema prácticamente calcado a la
estructura feudal, donde los bancos eran los señores feudales y la población,
los vasallos que tenían que rendir cuentas a través de la deuda que los
esclavizaba.
Mientras estaba
pensando cómo aprovechar todos los recursos que tenía para difundir toda esta
información que había descubierto y la que ya he explicado en el capítulo
anterior, un hecho desencadenado en Estados Unidos afectaría de manera decisiva
a mis planes. Los días 9 y 10 de agosto, las bolsas de todo el mundo bajan de
manera estrepitosa.
Pocos días antes
habían quebrado diversos fondos de inversión del banco Bear Stearns, así como
el American Home Mortgage, el décimo banco hipotecario de Estados Unidos, y la
National City Home Equity. También había estado a punto de hacerlo el banco
alemán IKB, que fue salvado con dinero público, y a partir de aquí la crisis se
había extendido también a Europa. Pocos días después, los principales bancos
centrales de todo el planeta comienzan acciones coordinadas de inyección de
liquidez, que no hacen más que poner de manifiesto que estamos ante una grave
crisis financiera. ¿Cómo se había llegado hasta aquí? Los fondos especulativos
estaban garantizados por deudas provenientes de hipotecas subprime, hipotecas que
habían dejado de existir en los últimos tiempos. Sólo en 2006 hubo más de
1.200.000 ejecuciones hipotecarias en Estados Unidos, lo que significa
1.200.000 personas embargadas que se quedan sin casa. En otras palabras, el
endeudamiento creciente del sistema había tocado techo y ya no se podía mantener.
Este suceso y su
agravamiento a medida que iban pasando los días me hicieron empezar a pensar en
poner una fecha de finalización a mi acción bancaria. Si no estaba equivocado,
esta crisis incipiente se iría agravando cada vez más hasta ponerme en grandes
dificultades para acceder al crédito. Además, en aquella época mis cuotas
mensuales a pagar ya estaban por encima de los 2.000 euros y me empezaba a dar
cuenta de que sólo con préstamos de 5.000 euros y teniendo que esperar un año
para volver a hacer una buena acción como empresa, podría pasarme que cada vez
tuviera que destinar más dinero del que consiguiera a pagar cuotas de préstamos
y, por tanto, podría destinar menos a proyectos de transformación social.
Por otro lado, una
idea en positivo se empezaba a dibujar en mi imaginario. Pensaba que si
realmente la esperada crisis aparecía próximamente con toda su crudeza, sería
el momento más adecuado para conseguir la máxima cantidad de dinero posible y
destinarlo a difundir todas las ideas e informaciones que yo conocía, además de
preparar el momento para hacer pública mi acción y generar el debate necesario
sobre el poder de la banca con su privilegio de crear dinero y sobre el modelo económico
basado en el crecimiento exponencial.
De este modo, me
decidí a poner fechas definitivas para la culminación de mi acción insumisa.
Entre septiembre y noviembre iría preparando el terreno. Diciembre y enero
serían los meses para recoger todo lo que pudiera de todas las entidades financieras
posibles. En febrero abandonaría la solicitud de créditos y me dedicaría
plenamente a difundir estos contenidos, y a partir de finales de marzo sería el
momento de dejar de pagar las cuotas de crédito. Entre julio y septiembre, según
como hubiera ido todo, llegaría la fecha en que haría pública mi acción.
En ese momento
recuperé una idea que ya he comentado en el capítulo anterior y que llevaba
tiempo volando por la cabeza de varias personas, entre las que me encontraba
yo: hacer una marcha por el territorio, además de crear red por el decrecimiento
y para difundir el tema de la crisis energética, podría servir también para
realizar proyecciones del vídeo Money as Debt y generar debate sobre las
alternativas económicas que podíamos construir nosotros mismos si nos lo creíamos
y nos lo proponíamos en serio. Con gente que estaba interesada en esta idea
constituiríamos el colectivo Tiempo de Re-vueltas y la marcha empezaría el 10
de febrero, justo después de que yo hubiera culminado a mansalva la petición de
créditos. Con esto me cuadraba todo, y con el curso 2007-2008 planificado
decidí pasar a la acción.
UN CALENDARIO
ABARROTADO Y PLANIFICADO
Durante las últimas
semanas del verano había ido reflexionando sobre la estrategia a seguir para
conseguir el máximo créditos posibles en los próximos dos meses, momento en que
ya no pediría préstamos personales de 5.000 euros, sino de la cantidad máxima
posible. Empecé a pensar que el hecho de tener mi nómina domiciliada en sólo
una o dos cuentas haría muy difícil que en las demás entidades me concediesen
créditos de cantidades substanciosas, así que se me ocurrió multiplicar aquella
acción tan sencilla de realizar transferencias de una cuenta a otra, de una
cuenta de empresa a mi cuenta personal, de manera que me pasé los últimos días
de agosto abriendo cuentas para domiciliar la nómina o para pasar movimientos de
la SCCL.
En aquel momento, un
día abarrotado podría haber sido así: a las 9.00 h abría una cuenta en Caja
Madrid, a las 9.30 h en el Santander y a las 10.30 h en el Banco Popular.
Entremedio o después tendría tiempo de pasar por unos cuantos cajeros a retirar
dinero y ponerlo en otras cuentas, ya que los días finales del mes se tenían
que preparar las transferencias y los pagos de todas las cuotas. De esta
manera, si a principios de septiembre me transferí seis nóminas, en octubre ya
fueron ocho. Todas eran de 1.500 euros porque no era cuestión de inmovilizar demasiado
dinero y porque había calculado que con esta cantidad y con la nómina
domiciliada era suficiente para conseguir entre 20.000 y 25.000 euros por
cuenta. La excepción era la de ING Direct, que era de 2.200 euros y que
serviría para operar con las entidades sin nómina domiciliada y especialmente con
las entidades financieras de crédito (EFC) que me quedaban.
Hacía unos meses que
había conseguido, a través de la web del Banco de España, un listado de unas
ochenta EFC legalizadas en el Estado español. Las entidades financieras de
crédito, como su nombre indica, son entidades que pueden dar créditos, pero en
las que en cambio no puedes tener una cuenta, y por tanto ellos ya esperan que
tengas la nómina domiciliada en alguna otra entidad. De estas ochenta,
alrededor de unas veinticinco o treinta eran víctimas posibles de mi acción, el
resto concedían leasings o créditos para empresas con unas condiciones a las
que yo en aquel momento no podía acceder. Con el tiempo había aprendido que
estas entidades tenían una conducta cortada por el mismo patrón: el primer
préstamo que concedían solía ser pequeño y servía para coger confianza con el
cliente. A los seis meses de pagos puntuales ya reunías las condiciones para
que te ampliaran la línea de crédito o pudieras pedir un segundo crédito por
una cantidad mayor. A menudo, lo primero era automático o a partir de una sola llamada
ya lo tenías concedido. También, para endeudarte más y más te enviaban
propaganda, a veces bastante agresiva. Cofidis, FinConsum, Mediatis,
EuroCredit, Accordfin y CitiFinancial eran las EFC que ya estaban «acreditadas»
en mi carrera y durante aquel verano se había añadido Barclaycard, que fue muy
sencilla de conseguir porque un buen día me llamaron a la puerta de casa
preguntándome: «¿Quiere una tarjeta oro Barclay?» Y yo les dije que me parecía
una oferta muy interesante y que me la explicaran. Mi caso debió ser una de las
ventas más fáciles de aquella pobre pareja de trabajadores precarios que
vendían tarjetas por las casas. En septiembre también se añadió una tarjeta de
MBNA por 4.000 euros, otra de 900 euros de Carrefour y, entre otras cajas, una
nueva operación de 5.000 euros con Caixa Galicia, que además amablemente me
«regaló» una tarjeta de crédito con 1.500 euros más.
Mi estrategia se perfeccionaba
por momentos y mi mente iba a mil planificando detalladamente mis actuaciones,
como si se tratara de una partida de ajedrez en la que yo quería resultar el
claro vencedor. Entre los bancos y las cajas había hecho un listado y en todos
los casos había indicado cuál sería su destino, para no dejarme ni uno y que
tampoco se me acumulase toda la faena al mismo tiempo. «A Ibercaja le pediré
5.000 euros en octubre, a Banesto 12.000 en enero, con Cetelem pediré un
crédito en diciembre de 18.000, y si no me lo aceptaran insistiría con una
ampliación de alguno de los que ya tengo...» Los tenía organizados desde las
posibilidades mayores a las menores, de modo que si en algunos no llegaba a
conseguir grandes cantidades, al menos que fueran pequeñas. Lástima que a La
Caixa sólo le podría quedar a deber a través de su financiera FinConsum, porque
en sus cuentas ya tenía más de media docena de préstamos domiciliados y no
pensaba que pudiera hacer un nuevo intento en estas condiciones.
Los meses de octubre
y noviembre fueron de una relativa calma tensa, mientras iba preparando el
plato fuerte de mi acción. Aun así, logré un crédito de 5.000 euros con el
Banco de Sabadell a finales de septiembre, crédito y tarjeta con Caixa Tarragona
en octubre, crédito y tarjeta también con Caixa Catalunya a principios de
noviembre y uno nuevo de 5.000 con Crédito Familiar, la EFC de Caixa Galicia,
que amenizaron aquellas semanas de otoño. Mi piso, si no se había reformado una
docena de veces, no se había reformado ninguna; de hecho, viéndolo con tiempo y
perspectiva, para obtener créditos pequeños la opción de reformas en el hogar
es muy buena, ya que nunca te piden nada que tenga que implicarte ningún gasto,
basta con un presupuesto mecanografiado con el nombre de un lampista inventado.
No todo fueron buenas noticias, sin embargo: en aquellos meses hay también
algunas opciones perdidas, como Ibercaja y Banco Pastor, que me denegaron algunas
operaciones.
En aquel periodo fui
a husmear por El Corte Inglés y no es que se me hubiera perdido nada allí, no
me había atrapado la fiebre consumista navideña ni nada por el estilo. De hecho,
desde las manifestaciones contra la guerra de Irak, cuando pasó la anécdota del
famoso jamón expropiado, que no me fijaba ni en dónde estaban esos grandes
almacenes. Pero resulta que la empresa en cuestión estaba también en la lista
de EFC de la que yo disponía, por las tarjetas que llevan su nombre. En este
caso no podías conseguir líquido, pero seguro que encontraría algo que valiera
la pena expropiar. Aprovecho para decir que si encuentras este libro en El
Corte Inglés o Carrefour será por el chantaje que hacen estos grandes almacenes
a las editoriales y distribuidoras, de modo que los autores no podemos elegir
que no se vendan porque sería un problema para las editoriales; pero en este
caso, debes saber, lector o lectora, que algo se me ocurrirá para que de cara a
estos monstruos que aplastan al pequeño comercio esto no quede así.
APUESTA POR EL TRANSPORTE MOTORIZADO: UNA NUEVA MODALIDAD
Se acercaba el mes
de diciembre e inauguré una nueva modalidad expropiadora: empecé a hacer
algunas visitas a una serie de concesionarios de coches. Y no, no me quería
comprar ninguno, hacía más de diez años que tenía claro que eso de conducir no
era para mí y mucho menos quería contribuir a agravar más la crisis energética
y la petrodependencia. El caso era que estaba preparando toda mi cilindrada de
presupuestos para los préstamos que empezaría a pedir a manta cuando el calendario
se situara en 1 de diciembre: para los de 12.000 euros querría comprarme un
Seat Ibiza de 15.000; para los préstamos de 20.000 euros o más, me quedaba con
los dos modelos más conocidos de coches híbridos, un Honda y un Toyota, que
puestos a comprar máquinas de matar, al menos tuvieran algo bueno. También
pensé en renovarme el carné de conducir que llevaba tres años caducado, no
fuera caso que algún banco me lo pidiera. Por aquellas fechas ya me habían llamado
de MBNA ofreciéndome un préstamo de 20.000, aunque sólo hacía tres meses que
era cliente suyo. Les dije, evidentemente, que se esperaran unas semanas, que
me estaba planteando comprarme un coche y que a partir de diciembre les diría
algo.
Llegamos a la fecha
señalada. Lo tengo todo preparado, de manera que guardo la cinta adhesiva y las
tijeras porque sé que a partir de ahora ya no las necesitaré para nada, ya que
para todas las peticiones que quiero hacer ya tengo un extracto a punto, su
presupuesto y su nómina. El contrato de trabajo y la declaración de la renta
que presentaré serán iguales en todos los casos. Las carpetas preparadas se
cuentan por docenas, esperando ansiosas su turno. Empiezo a pedir préstamos
para comprarme un Toyota: 18.000 a Cetelem, 22.000 al Santander, 27.000 a Caja
Madrid y los 20.000 de MBNA. En el Santander me preguntan en qué concesionario
lo compraré, porque si finalmente lo compro harían un talón, mientras que en
Caja Madrid me comentan que ellos suelen hacer el seguro con Mapfre... Me
empiezo a dar cuenta de que en algunos casos tal vez no me resultará tan fácil
como creía conseguir líquido y que podría pasar que tuviera que comprar
efectivamente el vehículo para acceder a algunos créditos. Cetelem y MBNA me
hacen el ingreso sin ningún problema. Finalmente, entre Santander y Caja Madrid
llego a la conclusión de que tendré que comprarme el Toyota, pero al menos me
servirá de justificación para ambos. La caja madrileña me hará un talón para el
concesionario, mientras que en el banco de Botín me bastará con una factura y,
a última hora, después de firmar el préstamo, les diré que el pago tiene que
ser en efectivo.
Me lo preparan para
el día siguiente y voy a retirar 22.000 euros; nunca había sacado tantos de
golpe, me siento como en una película de gánsteres. Mientras les estoy
expropiando esta respetable cantidad me dicen que, además, me llegará también una
tarjeta «oro» de 6.000 euros. Les contesto que muy agradecido y que haré un
buen uso de ella. En Caja Madrid finalmente fueron 27.000, porque no me
pidieron la factura y me financiaron el precio del coche nuevo e incluso el
seguro que ellos ponían. Les dije que el talón fuera de 22.000 y así el Toyota no
tenía que ser nuevo sino «de gerencia». Esta gente también me «regaló» una
tarjeta, en este caso sólo de 2.000 euros. Es remarcable saber que el grupo de
Caja Madrid estaba recibiendo, al mismo tiempo, otra petición de préstamo de 25.000
euros por un coche igual, ésta por su EFC Fracciona. Aquí me la jugué un poco,
aunque, para mi grata sorpresa, también fue aceptada. Se ve que el sistema de
bases de datos del grupo no prevé la opción de cruzar datos. El dinero me lo ingresaron
en la misma cuenta de Caja Madrid, ya que yo les había dicho que era donde
cobraba la nómina y para ellos eso era un punto a favor. A través de reintegros
en la ventanilla de 1.000 o 1.500 euros y también a partir del cajero
automático, el dinero iría saliendo discretamente sin que ningún trabajador de
la sucursal notara nada raro, hasta que ya fuera demasiado tarde para hacer
algo. Mientras, un coche nuevo y bonito en desuso quedaba parado en un
aparcamiento del centro de Barcelona hasta que pudiera dedicar tiempo a
venderlo...
El préstamo de
20.000 del Banco Popular, a pesar de tener la nómina domiciliada allí, parecía que
costaría más sudor. Primero surgió un problema imprevisto, y es que yo les
había dicho que no tenía ningún préstamo pero, en cambio, me encontraron uno de
6.000 en el CIRBE. ¡¿Cómo podía ser?! ¿Qué había fallado? Fui corriendo al
Banco de España y descubrí que era Caixa Tarragona la que me había jugado una
mala pasada, ya que había sumado los importes del préstamo y de la tarjeta, de modo
que juntos sumaban más de 6.000 euros. En cambio, eso no había sucedido con
Caixa Galicia ni con Caixa Terrassa, por ejemplo; me daba cuenta de que había
cosas difíciles de controlar porque se transmitían arbitrariamente. Además, por
otro lado, me seguía apareciendo el aval de mi amiga en Cajamar, pero también
me aparecía un segundo aval de una de las operaciones con mi segunda empresa.
Para este caso, si no se me ocurría una opción mejor, lo justificaría como aval
a la cooperativa donde trabajaba, de la que a veces descubrían que era
presidente, sin que normalmente eso les echara atrás. Pero en el Popular finalmente
este préstamo se me resistió y lo dejé para enero, cuando pensaba hacer un
segundo intento.
SISTEMATIZANDO LOS
PROCESOS,
EXPRIMIENDO LAS
OPORTUNIDADES,
DIVERSIFICANDO LOS PRODUCTOS...
Se acababa el mes de
diciembre y tenía numerosas operaciones abiertas, mientras que decenas de
cuentas corrientes se tenían que mantener con líquido suficiente para pagar
recibos y el puñado de cuentas que me servían la nómina se tenían que llenar para
enviarme las múltiples transferencias del salario de principios de enero. Todo
ello me exigía una sistematización muy grande de estas actividades ya en aquel
momento, y para hacerlo tenía montada una base de datos con todos los datos que
me hacían falta. En una hoja tenía todos los números de cuenta, usuarios y
contraseñas. En otra, todo el listado de bancos, cajas y EFC con la información
de lo que había pedido, si estaba concedido, cuándo fue o sería, qué datos
sensibles había dado o para qué exactamente había sido o sería el préstamo. En
una tercera hoja estaban todas las cuotas que pagaba, mes a mes, que por
aquella época ya estaban por encima de los 4.000 euros mensuales. En una cuarta
hoja ponía periódicamente información actualizada de la situación de liquidez
de cada cuenta y más abajo me apuntaba las operaciones en efectivo que tenía
que hacer los días siguientes para que me cuadraran todas las operaciones. Una
vez estuviera todo a punto, cuando llegásemos a final de mes me podía pasar
unas horas realizando transferencias entre cuentas, para tener todas las
nóminas justificadas y demostradas.
En aquella época
también me dedicaba a mirar entidad por entidad para ver qué les podía sacar
antes de que cerraran el grifo. A menudo era una buena estrategia conocer sus
productos y ofertas a través de su web antes de llamar o ir, de esta manera
podía preguntar directamente por un determinado producto, y siempre es más
fácil que te concedan lo que ellos mismos están publicitando. También era
cuestión de hacerles creer que eran el banco que yo había elegido, que serían
mi banco y que mi llamada era efecto de su publicidad. Un poco de psicología
nunca va mal.
Estas últimas
operaciones en cada banco en algunos casos sólo pudieron ser pequeñas
ampliaciones. Así, en Accordfin y CitiFinancial pasé de 5.000 a 7.000 euros. En
algunos casos me dijeron que en aquel momento no me podían conceder lo que pedía,
pero que en una determinada fecha de la primavera sí que se podría activar. Yo
iba tomando nota para ver qué podría hacer al respecto. En ocasiones, las
fórmulas que encontré para obtener financiación fueron más rocambolescas e
imaginativas. Así, en Cofidis cancelé un préstamo del que debía 3.000 euros, ya
que me aseguraron que así podría hacer una nueva petición. Ésta fue de 10.000
y... aceptada. En otros casos me había despertado demasiado tarde y sólo
aceptaban una primera petición no demasiado grande. American Express, 3.800
euros que debía gastar en especies. ING, una tarjeta de 1.200. La CAM, un nuevo
intento logrado me permitió sacar 6.000 euros a través de su EFC, CAMGE.
También tuve unos
días para pasearme por algunos grandes almacenes y conseguir tarjetas
vinculadas. La tarjeta del Decathlon, 900 euros, estaba hecha con Accordfin; la
de Miró, de 2.000, con Finconsum. Con estas tarjetas se podía comprar en la
tienda, pero si hacía falta también se podía sacar dinero en efectivo de un
cajero. La de Media Market, que sólo se podía gastar haciendo compras allí, era
de 2.000 euros con Cetelem, ¡que ya era la cuarta operación con ellos! Me
paseaba por estos lugares con una carpeta llena de nóminas y recibos de la cuenta
en ING, para poder cerrar las operaciones en una sola visita y que tampoco me
hicieran perder más tiempo de la cuenta.
En algunas entidades
con las que ya tenía préstamo, logré otro nuevo con mucha más facilidad de la
que esperaba. Finconsum, segundo préstamo de 6.000 euros. Mediatis, segundo préstamo
de 10.000. En Deutsche Bank, 12.000 euros, y en el Banco de Sabadell, también.
Los préstamos de entre 12.000 y 15.000 euros iban vinculados al presupuesto del
Seat Ibiza que me quería comprar. Este deseo de coche dio mucho de sí y también
me sirvió para conseguir un préstamo de 12.500 en Barcklays y uno de 15.000 en
Bankinter, donde hacía poco había abierto una cuenta personal por internet
después de conseguir la operación para la segunda empresa en una oficina. Teniendo
en cuenta que en ninguno de estos lugares habían condicionado la operación a un
cheque para el concesionario, decidí volver al Banco Popular. Les dije que me
lo había repensado y que esta vez quería un coche más económico, para el que
necesitaba un préstamo de sólo 12.500 euros y finalmente me dijeron que sí,
pero que me harían un cheque. Como ya tenía la experiencia de que a última hora
podía pedir que el cheque no fuera por todo el importe del préstamo, fui al
concesionario de Seat y les pregunté si su financiera, Volkswagen, podía
financiar 6.000 euros de la operación. Ante la aceptación, en la compra del
coche finalmente 9.500 eran del cheque del Popular y 6.000 eran suyos. Un
segundo coche nuevo quedaba aparcado por las calles de Barcelona, habría que ir
moviéndolo de vez en cuando hasta que le encontrase alguna utilidad.
Con la firma de
tantas operaciones en tan pocos días, pensaba que no sería raro que me pasara
alguna vez lo que finalmente me acabaría pasando. Y es que de notarios hay
muchos, con tantos contratos con bancos, pero yo ya iba conociendo a todos los
del Eixample de Barcelona. ¿Qué pasaría si me hacían ir a firmar más de un
préstamo a la misma notaría? Al final, aquel enero tuve la ocasión de
descubrirlo. En tres semanas me tocó ir a firmar el préstamo del Deutsche Bank,
el de Bankinter y el del Banco de Sabadell a la misma notaría, que tenía tres
notarios diferentes. ¿Tal vez pensaréis que tuve la suerte de que me tocara
cada firma con un notario diferente? No tanta, la primera y la tercera fueron
con el mismo, y firmé ambas veces por los dos préstamos por una cuantía
semejante, sin que ocurriera nada. Creo que, la tercera vez, uno de sus ayudantes
me miró con cara extraña, ya que era el mismo que me había atendido la semana
anterior para otro préstamo, pero yo no perdí las formas ni un momento, que de
sangre fría a aquellas alturas ya tenía mucha. Gangas del oficio.
Me quedaban todavía
algunas operaciones que pretendía que fueran importantes porque eran con
entidades donde tenía la nómina domiciliada; era el caso del BBVA y Bancaja. Les
presenté la operación del Honda híbrido. El BBVA no me puso ningún problema
para un préstamo de 18.000 euros, del que no había que pagar ninguna cuota
hasta el mes de julio. Teniendo en cuenta la facilidad y lo bien que me había
ido en otras operaciones, acepté esta opción sin tratar de pedir una cantidad
más elevada; además, me concedieron una nueva tarjeta para mi colección, aunque
ésta de sólo 1.200 euros. En Bancaja, en cambio, las primeras peticiones que
hice por 25.000 euros fueron denegadas. Aproveché la sabiduría que me daba la
experiencia y acudí nuevamente al concesionario pertinente, donde me explicaron
con qué financieras trabajaban. Había una que era nueva en mi currículo: ¡GE
Money Bank, EFC del grupo General Electric! Allí me prestarían 8.000 euros y
así al final llegaría al acuerdo con Bancaja de que su préstamo fuera de sólo
15.000, a través de un cheque. Un tercer coche nuevo esperando en un
aparcamiento de Barcelona. Gangas del oficio.
Quedaban pocos días
para acabar el mes de enero y me puse a repasar las opciones que me quedaban
antes de que sonara la campana anunciándome que era el momento de dejar de
actuar. Investigando, investigando, iba viendo que había unas cuantas EFC que
eran financieras de marcas de coches y pensé que, ya puestos, si había comprado
tres coches tampoco pasaría nada si al final eran cuatro, así que me fui a un
concesionario de Fiat y pedí un coche por un presupuesto de unos 19.000 euros,
si me lo podían financiar. Ellos me hablaron de su financiera Tarcredit EFC,
como yo ya esperaba que hicieran, y con pocas gestiones el nuevo préstamo y el
nuevo coche fueron realidad. También me dieron una nueva tarjeta, ya que éstos
también ofrecían, aunque curiosamente no era de Tarcredit, sino de Santander Consumer
Financer, una gente que me había negado una compra financiada en PC City pocas
semanas antes.
Una de las tareas
que menos gracia me hacía, de hecho, era vender los coches. Primero pensé en
hacerlo en concesionarios, eso sí, diferentes de donde los había comprado,
aunque veía que podía ser un riesgo si hacían demasiadas preguntas en un tema
que era nuevo para mí. Además, antes de hacer nada tenía que comprobar que no
tuvieran «reserva de dominio». Este concepto expresaba que en el registro de la
Dirección General de Tráfico aparecía que un cierto coche no se podía vender
antes de cancelar un determinado préstamo. Se ve que a menudo las financieras
lo añadían sin comentártelo en el momento de la compra. Para limitar este
riesgo, el Honda y el Fiat los había querido ir a matricular yo directamente.
Con el Toyota pensé que no hacía falta porque el concesionario no se había
implicado en la financiación, y con el Seat lo querían hacer ellos y tal vez no
insistí lo suficiente, el hecho es que efectivamente comprobé que éste sí que
tenía reserva de dominio, mientras que los demás no. Una vez sabido esto, los
puse en venta; finalmente fue a través de internet y empecé a recibir correos.
Como tenía otras cosas más importantes que hacer que dedicarme a vender coches,
los puse a precios más baratos que las demás ofertas que había para coches
igual de nuevos y de esta manera, en dos o tres semanas de difusión virtual y
con pocas visitas, vendí tres, el Honda por 15.000, el Toyota por 14.000 y el
Fiat por 13.000. Me quedaba por decidir qué hacía con el Seat y finalmente
decidí ofrecérselo al mismo concesionario que tenía la reserva de dominio. Les
dije que había perdido el trabajo y que ahora no lo podía pagar y me lo
recompraron por unos escasos 8.000 euros (entre la cancelación del préstamo de
Volkswagen, la comisión de cancelación y otros, en realidad me acabaron pagando
menos de 1.000 euros). La anécdota es que no tuvieron en cuenta en sus cálculos
que yo no había pagado el último recibo que acababan de enviarme, de manera que
de aquí vienen los 175 euros impagados que he quedado a deber a Volkswagen Finance.
No todo fueron
éxitos, sin embargo, no os creáis. ¡Algunas solicitudes se quedaron en el
intento! En Banesto, cuando les pedí un préstamo de los que concedían por
teléfono, me derivaron a una oficina que tenía cerca de casa y allí me dijeron que
la información que les había entregado no coincidía con la que ya tenían. ¿Ya
tenían información? Sí, y es que habían recibido la propuesta por parte de uno
de los intermediarios con los que yo había contactado y se quejaban de que no
hubiera mencionado nada de la segunda empresa que tenía. Les demostré que el
hecho de tener una empresa no contradecía el hecho de cobrar una nómina, pero
aun así no quisieron entrar en mi juego. En Carrefour me denegaron el préstamo
probablemente porque hacía menos de seis meses que era cliente; pocas semanas
después, sin embargo, me ampliarían la tarjeta automáticamente hasta los 1.200
euros, ¡mejor que nada!
En cuanto a otras
entidades, sobre todo cajas de fuera de Cataluña y con poca implantación aquí,
ya no lo pude probar porque había que ser cliente bastante tiempo antes. Se dio
el caso de una nueva EFC, Celeris, propiedad de distintas cajas de todo el
Estado, que no me pudo prestar porque iban anunciando que se pondrían en
marcha, pero se iban retrasando y finalmente no tuve tiempo para hacer tratos
con ellos.
LOS ÚLTIMOS MESES DE LA
ACCIÓN
Llega el inicio de
febrero y, mientras estoy firmando los últimos préstamos, el cómputo total
obtenido de estos dos meses de acción es de 270.000 euros, 70.000 por encima de
los 200.000 que me había marcado como objetivo inicial. Recordaba todo lo que
había pasado para llegar hasta ese momento, los errores cometidos al empezar a
actuar, todas las horas de madrugada destinadas a trabajos manuales y, especialmente,
cómo después de un primer año en que casi no había logrado salir adelante, al
llegar el verano todo había cambiado y, justamente cuando a escala global nacía
la conciencia de la crisis, para mí había sido el momento de la oportunidad de
utilizar todos los conocimientos adquiridos en el primer periodo para conseguir
más préstamos de los que jamás habría imaginado. Aunque, de hecho, lo que ahora
parecía un final, en cierto modo era un nuevo principio, un nuevo momento de mi
plan entraba en acción, ya que me preparaba para dejar de pagarlo todo
prácticamente de golpe.
Había decidido
finalmente pagar aún las cuotas de finales de febrero y de principios de marzo.
No lo tenía claro, pero ya que mi decisión de hacerlo público probablemente
tendría que llevarse a cabo en septiembre, me parecía que si dejaba de pagar demasiado
pronto serían demasiados meses antes del verano, y que me arriesgaría a que hubiera
citaciones judiciales o hipotéticas filtraciones de la información.
¡También tenía mucho
trabajo que hacer! Eran muchas las cuentas que había que vaciar lentamente y
con discreción. Decidí dejar algunas cuentas operativas con suficiente líquido para
facilitarme las cosas; por ejemplo, la del BBVA, como su préstamo no tenía que
empezar a pagarlo hasta julio, me iba como anillo al dedo.
También podían
cumplir esta función algunas cuentas que habían servido para funciones distintas
a la de pedir préstamos, antes de que hubiera riesgo de embargo. Otra tarea
curiosa, que fue sistemática estos meses de febrero, marzo y abril, fue la de ir
vaciando las tarjetas que tenían crédito. Antes de hacerlo, calculaba de qué
manera perdería menos dinero en comisiones, si con un ingreso en cuenta, si de
600 en 600 o como fuera.
Mientras iba
convirtiendo dinero virtual en metálico, me encontré con algunas sorpresas que
me hacían tener ingresos inesperados. Un par de buenas noticias se produjeron
en la primera cuenta del Deutsche Bank y luego en la de La Caixa. En el primer
caso, mientras consultaba la cuenta para vaciarla descubrí que me habían preconcedido
otro crédito de 3.000 euros y que sólo tenía que tocar un botón para que me lo
ingresaran en la cuenta. Dicho y hecho. En La Caixa, más o menos lo mismo, pero
la cosa aún tenía más gracia: en una cuenta donde cada inicio de mes estaba pagando
media docena de créditos, ahora me concedían otro de forma automática gracias
al elevado saldo que tenía, derivado de los últimos meses de estrés para la obtención
de nuevos préstamos. ¡Un solo botón desde internet y 2.000 euros más en mi
cuenta! Estos dos casos me hicieron pensar que tal vez me había precipitado a
cerrar el tenderete... Aunque mi CIRBE de febrero ya computaba todos los
préstamos de diciembre, muchas entidades con las que ya había trabajado
previamente no consultaban de nuevo el CIRBE cuando recibían nuevas peticiones mías,
especialmente si eran pequeñas, así que de cara a éstas todavía tenía
posibilidades hasta que no entrara en el registro de morosos, cosa que no tenía
que pasar hasta junio o julio.
Así pues, a partir
de pensar en esta posibilidad, aunque estaba empezando a dejar de pagar
recibos, conseguí algunas tarjetas de crédito nuevas. ¡Una nueva tarjeta con el
BBVA, otra con la CAM, también una nueva operación financiada en unos grandes
almacenes de informática a cargo de Santander Consumer! Era el mes de abril y
la tarjeta dual que utilizaba para tener dos números ya se había convertido en
dos tarjetas en dos móviles diferentes. El móvil de los bancos a menudo estaba
apagado y cuando lo abría tomaba nota de los mensajes del contestador y
respondía a algunos. El motivo es que ya empezaban a llamarme las preocupadas o
amenazadoras entidades financieras. Como quería ganar tiempo para que no emprendieran
demasiado deprisa acciones judiciales, trataba de llamarlos después de que insistieran
y les decía que mi jefe todavía no me había pagado la nómina y mientras no lo
hiciera no les podría pagar, que ya le iba detrás y que les avisaría cuando estuviera
solucionado. Aun así, algunas entidades se hacían realmente muy pesadas y cada vez
tardaba más en responder a sus mensajes. En algunas ocasiones, las entidades
pretendían hacerme un interrogatorio y coserme a preguntas, con lo que sobre
mediados de mayo ya decidí abandonar el teléfono móvil y cortar totalmente la
comunicación.
Antes de ese
momento, sin embargo, aún tuve la oportunidad de conseguir otro préstamo. Había
recordado que, en noviembre, en Caixa Catalunya me habían dado un préstamo sin
presentar casi ninguna documentación y había decidido seguir pasándome la nómina
desde mi propia empresa, que tenía cuenta allí hasta el momento. Al hacerlo
había arriesgado el pago de dos cuotas de préstamo y de tarjeta, pero me salió
a cuenta porque, tal como sospechaba, un nuevo crédito de 5.000 euros se
incorporó a mi saco. Esta vez el límite en la cantidad concedida no fue el
CIRBE sino la excusa que había dado para la solicitud: se trataba de un viaje
de estudios a Estados Unidos y, claro, me parecía que por más de esta cantidad no
se lo tragarían.
En aquel momento
llegué al punto en que creía que ya estaba finalizada mi etapa de recibir préstamos,
ya que cada vez tenía más tarjetas bloqueadas y en algunas cuentas ya no podía
ni entrar. Pero me aguardaban todavía sorpresas que no me habría imaginado. Un
tranquilo día de junio, mientras repasaba una de las cientos de cartas
bancarias que se amontonaban en mi buzón hasta inundarlo, me encontré con una
agradable noticia: los de ING me anunciaban que me habían subido el límite de
la tarjeta de 1.200 euros a... ¡6.600! ¿Cómo podía ser? ¡Yo creía que ya les había
dejado de pagar, a éstos! Pues resulta que gracias a mi antigüedad y sobre todo
al saldo de mi cuenta de los últimos meses. ¿Al saldo de mi cuenta de los
últimos meses? Fui a consultar la cuenta y comprobé que, efectivamente, ya no había
saldo y se habían devuelto los recibos de los préstamos de otros bancos, pero
las pequeñas cuotas de su tarjeta las habían pagado... ¡quedando el saldo de la
cuenta en negativo! Cálculo rápido de la situación: 5.500 euros para sacar y
cualquier día de éstos me bloquean la cuenta. Me organicé rápidamente y en tres
o cuatro días el dinero de la tarjeta había volado. ¡Más dinero para financiar
a movimientos sociales!
Parece que no pueda
ser verdad, pero paralelamente unos días antes había recibido otra fantástica
sorpresa y es que después de vaciar una tarjeta del BBVA de 1.200 euros y
volver al día siguiente a la web de la entidad para comprobar si quedaba todavía
alguna parte de la tarjeta por vaciar, vi con emoción que el dinero que había
retirado el día anterior... ¡ya volvía a estar disponible! ¡Repetí la misma
operación, no fuera caso que no me hubiera fijado bien, pero efectivamente al
día siguiente se repitió la cosa! O aquella web se había vuelto loca o yo había
encontrado la gallina de los huevos de oro. A partir de entonces iría
repitiendo la operación cada día, excepto el fin de semana, que me di cuenta de
que no funcionaba, pero al lunes siguiente volvería a tener los 1.200 euros
disponibles. Y así fueron pasando los días, sin saber a ciencia cierta si aquel
dinero que la cuenta de internet y yo íbamos creando cada día de la nada tenía
algún límite. Pronto traté también de sacar 1.500 y como vi que luego volvía a
tener esta cantidad disponible también, me aboné a esta cifra, de manera que
cada día laborable me iba puntualmente a un cajero, no siempre el mismo, por si
acaso, y sacaba 600 euros con la tarjeta, 600 más con la libreta y 300 más de
nuevo con la tarjeta (ya que 600 era el máximo para una misma operación). Así
pues, sin tener que pasar por ningún contacto humano, yo iba expropiando 1.500 euros
al día con la complicidad del sistema informático del BBVA y de sus cajeros. No
sabía cuándo terminaría esta rifa, hasta que un día, cuando hacía un mes que
tenía mi «nómina» diaria siempre a punto, el contador de la tarjeta registró - 19.800
euros de saldo y me avisaba del cobro de un recibo de la tercera parte, es
decir, de 6.600 euros, de golpe, en el plazo de una semana. Había comprobado
que las cosas buenas no duran eternamente, aunque tampoco me podía quejar de un
sobreingreso inesperado que serviría para invertir en nuevos proyectos, los que
tenían que venir y no dudaba que surgirían.
A finales de junio
recibí los primeros folletos del archivo Equifax, que gestiona la empresa
Asnef, y del archivo Badexcug, que gestiona Experian. Estos archivos, conocidos
popularmente como los «registros de morosos», me avisaban de que me habían
incluido en aquellas «listas negras» por razón de alguna de mis operaciones
impagadas. Después del primer día fui recibiendo muchos más, evidentemente;
algunos días llegaba a recibir media docena de golpe, para que os hagáis una idea
de la situación. En cambio, pese a las muchas cartas de preaviso que me
amenazaban con llevarme a juicio de embargo, a la hora de la verdad estuvieron
unos cuantos meses insistiendo sin pasar a la acción. Finalmente, el 15 de
septiembre, cuando me fui del país, aún no estaba ni siquiera embargado. Pero
para llegar a este momento, antes habían pasado muchas otras cosas y muchas más
pasarían, pero no ya a nivel de expropiación a la banca sino en cuanto a la
visualización de esta acción y a sus consecuencias.
17 de septiembre de
2008
El 17 de septiembre
de 2008 no fue un día cualquiera. En un día cualquiera, la mayoría de la gente
se levanta, se ducha, desayuna y sale de casa pitando para ir a trabajar. Si
vive en la gran ciudad de Barcelona, es muy probable que coja el metro y
entonces se encuentre sin saber muy bien cómo con un 20 minutos o un Metro en
las manos, donde puede leer cada día, poco más o menos, los mismos contenidos
mientras bosteza todavía adormilado. Si vive en cualquier otro lugar tal vez
comprará su periódico habitual, que le dirá habitualmente lo mismo que siempre
le ha dicho, o bien escuchará en la radio las últimas noticias de todo el mundo,
que le hablarán de guerras, hambres, gobiernos corruptos y accidentes, mientras
seguirá pensando qué mal que está el mundo y seguirá lamentando no poder hacer
nada por cambiar el rumbo de las cosas.
El 17 de septiembre
fue un día rompedor en este sentido, una ranura informativa se filtró por las
calles de muchos pueblos y ciudades catalanes y algo diferente cayó en las
manos de la gente, una publicación única y provocadora con unas ideas bastante
originales.
El 17 de septiembre,
200.000 ejemplares de la publicación CRISIS (publicación gratuita para
sobrevivir a las turbulencias económicas) salieron a la calle y fueron
repartidos en más de 200 poblaciones de Cataluña y, en menor medida, las Islas Baleares
y la Comunidad Valenciana, por más de 500 voluntarios, entre personas
individuales y colectivos, la mayoría de los cuales no conocían el contenido de
lo que iban a distribuir porque se había mantenido en secreto hasta el último
momento por motivos de seguridad. Una publicación que preguntaba desafiante al
lector:
¿Crees que los bancos te roban? Descubre cómo lo hacen y cómo darle la
vuelta
La publicación
centraba sus páginas en explicar el trasfondo de las diferentes crisis de la actualidad,
así como en el poder de la banca como estamento central del sistema capitalista
actual que ostenta el privilegio de la creación de dinero y que con éste
domina, entre otros, a empresas transnacionales, partidos políticos y medios de
comunicación. CRISIS explicaba cómo, a partir del hecho de la creación de
dinero en forma de deuda y de sus intereses, la banca roba a los ciudadanos y las
ciudadanas de múltiples maneras. Además, el diario también dedicaba unas
cuantas páginas a explicar lo que hacen los movimientos sociales para poner en
marcha una alternativa al sistema actual.
Con todo, eran
veinte páginas llenas de información que no hemos visto nunca junta en los
medios de comunicación de masas, ya que va en contra de las corporaciones que
los controlan y financian.
ANTES DEL 17 DE SEPTIEMBRE
La idea de hacer
una publicación de gran tirada para hacer pública mi acción, denunciar a la
banca y proponer alternativas de sociedad fue una idea meditada desde hacía un
buen puñado de meses, ya desde principios de año, mucho antes de que CRISIS se
hiciera realidad. A medida que se va acercando el momento en que sé que dejaré
de pagar mis deudas y querré defender mi acción política y públicamente, la
idea de cómo llegar a este objetivo se va materializando en mi cabeza. Es
importante pensar bien de qué manera quiero hacer público lo que he hecho,
porque según cómo, podría ser que los medios no se hicieran el suficiente eco,
o peor aún, que se silenciara o se manipulara la noticia tratándome
sencillamente de delincuente y evitando hablar del carácter activista y
político de la acción y de las motivaciones que me han llevado a realizarla.
Además, es difícil
explicar bien las motivaciones de mi acción y el destino del dinero sencillamente
con una corta noticia de prensa, ya que no he financiado algo concreto que
puedan divulgar fácilmente los medios, como ONGs o proyectos de solidaridad,
sino que he financiado luchas y movimientos mucho más desconocidos y que se
dedican a potenciar un cambio real en la sociedad; además, por seguridad no
podría dar sus nombres y, por tanto, el mensaje que tengo que dar no es un
mensaje fácil de masticar ni de digerir para los medios oficiales, por lo que
es muy difícil que las personas lleguen a entender bien los porqués de mi
acción.
Antes de pensar en
la publicación escrita llego a pensar en algunos momentos en organizar un acto
público y contar lo que he hecho, pero pienso que también podría haber
problemas, porque podría llegar a muy poca gente y porque, de nuevo, los medios
podrían hacer su lectura particular.
Por tanto pienso:
«Si tengo dinero y se trata de asegurar que la gente reciba el mensaje, ¿qué
mejor que hacérselo llegar directamente y de manera masiva?» Y así decido que
será a través de una publicación única, impresa y distribuida para que llegue a
cuanta más gente mejor. Así, además de explicar mi acción, podré explicar muchas
más cosas, como el tema de cómo se crea el dinero, por ejemplo, muy desconocido
hasta ahora, y lo que hay detrás de la crisis sistémica que estamos viviendo
actualmente. Si únicamente tuviera la oportunidad de anunciar mi acción a secas
y no tuviera el tiempo ni el espacio suficiente para explicarla bien, la cosa
habría perdido mucho. Pienso también que el hecho de que la publicación sea
gratuita facilitará mucho las cosas y me vienen a la cabeza ejemplos varios de
distribuciones con una idea parecida, como L’Altaveu, del que se hicieron tres
ediciones de 20.000 ejemplares cada una para la campaña contra la Europa del
capital y la guerra en 2002.
También, semanas después
de pensarlo, entre abril y mayo conductores de autobuses de TMB explican su
reivindicación de los dos días de descanso semanales haciendo correr 60.000 ejemplares
de ocho páginas por autobuses, metros y calles de Barcelona.
Sobre el momento en
que lo haré público, creo que vale la pena arriesgarse a pasar el verano (y
digo arriesgarse porque desde final de marzo, como sabéis, dejo de pagar mis
deudas y no sé muy bien qué consecuencias puede tener esto y hasta qué punto;
si llegasen acciones policiales o judiciales previas, podrían impedirme llevar
a cabo una estrategia de comunicación como la que planteo). En verano es
difícil hacer actividades que tengan eco y donde haya suficiente gente que se
quiera implicar en ellas, y por eso lo dejo para el mes de septiembre, para
cuando la gente empiece a despertar del cálido sueño del verano y vuelva a la
carga de nuevo. Además, no tendría tiempo para prepararlo antes de estas
fechas, ya que hasta mediados de julio estaré muy ocupado, como sabéis, en
otras campañas.
RETOS Y POSIBLES
OBSTÁCULOS
La idea de hacer
una publicación presenta unos retos nada despreciables. Por ejemplo, ¿cómo
hacer que un contenido, cuya parte más importante es secreta y no se puede
decir por seguridad, sea distribuido por todas partes? Primero pienso en contratar
a personas que se puedan dedicar a llevar buzón por buzón la publicación por todas
partes sin hacer demasiadas preguntas y si hace falta repartirla por la calle,
pero esta opción resulta muy cara y se pierde el componente colectivo y de
solidaridad con la acción que de otras maneras se puede conseguir. Tengo claro,
por otro lado, que cuento con muchos contactos que pueden estar interesados en
colaborar en la difusión de mi acción y de todas las ideas que hay detrás, pero
no sé cómo motivarles a participar si no les puedo contar de qué se trata hasta
el día en que la publicación estará lista para ser repartida.
Además, por otro
lado, ¿cómo anunciar esta acción que querría que fuera espectacular sin
despertar sospechas ni llamar demasiado la atención? No puedo explicar que se
distribuirán 200.000 ejemplares, cosa que ya es una cifra que motiva por sí
sola, pero al mismo tiempo sospechosa por excepcional, sino que sólo diré que
serán decenas de miles. Por tanto, el gancho de la acción no puede ser la
enorme difusión que puede tener la publicación a causa de la impresionante
tirada que se hará de ella. También quiero llamar la atención sobre el hecho de
que se trata de una acción (la del reparto) que tiene que llevarse a cabo un
día en concreto, tanto por miedo a que cuando se sepa su contenido pueda haber
problemas con su difusión, como porque creo que en el terreno simbólico el hecho
de que se estén repartiendo tantos ejemplares al mismo tiempo en varios lugares
da la impresión de que está pasando algo gordo. «¿Cómo centrar la atención en
la importancia del hecho que el reparto se haga en un mismo día en todas
partes?», me pregunto. Pues haciendo que sea precisamente el día lo que se
convierta en el reclamo de la acción. Así será como el 17 de septiembre pasará
de ser un día anónimo a ser el día D, y a ser, si todo sale bien, una día para
la posteridad, como mínimo en nuestro país.
REACCIONES FAMILIARES
La idea general de
cómo hacer pública la acción, pues, ya la tengo a principios de año, pero la
recuperaré para materializarla a partir de mediados de julio. Es evidente que
antes de hacer público lo que he hecho, hay alguien más, aquella gente a la que
quiero, que también tiene que recibir sus oportunas explicaciones. Así pues, a
principios de agosto voy hablando con diversos miembros de mi familia para
explicarles lo que he estado haciendo durante los dos años y medio que ha
durado mi relación con la banca y lo que pienso hacer en un futuro muy cercano.
Las reacciones son
variadas... Mi madre y mi hermano, cada uno reacciona a su manera. Mi madre, de
buenas a primeras reacciona bastante bien, pero al cabo de unos tres días viene
a verme a Barcelona muy preocupada y, sobre todo, con un gran sentimiento de
impotencia. Me explica que hasta entonces ella siempre ha encontrado soluciones
para los problemas de sus hijos, pero en este caso no sabe qué tiene que hacer
para ayudarme. Yo la tranquilizo diciéndole que soy muy consciente de lo que he
hecho y de por qué lo he hecho y que estoy dispuesto a asumir las consecuencias
hasta donde haga falta. También le dejo claro, a ella en aquel momento, y al
resto de mi familia más tarde, que no pienso devolver el dinero ni negociar la
deuda, ya que precisamente quiero que la fuerza de mi acción recaiga en el
hecho de denunciar este sistema y no someterme a él después de desafiarlo.
Mi hermano Marc
reacciona de una manera muy natural, él me conoce muy bien. Sabe que si yo le
he dejado de entrenar es porque he sentido con mucha fuerza la determinación de
cambiar las cosas que no me gustan y que los riesgos y los obstáculos nunca han
sido un impedimento para mí ni para llevar a cabo los proyectos por los que
apuesto. Sabe que cuando me había dedicado al tenis de mesa había trabajado al máximo,
y que en cualquier cosa que haga en la vida, me entregaré en cuerpo y alma.
Mi padre entra en
estado de shock cuando se lo cuento, porque le cuesta mucho entender lo que he
hecho. Él siempre ha pensado que yo estoy metido en ONGs y temas de comercio justo,
y aunque muchas veces le he hablado de la crisis energética y financiera, él
sólo sabía decirme que, efectivamente, el mundo estaba muy mal, pero que por
desgracia no había nada que hacer. Con mi hermana normalmente ya no teníamos demasiado
contacto, y en esta ocasión, por tanto, visiblemente tampoco se interesa
demasiado por lo que he hecho ni por qué lo he hecho, así que hace pocas
preguntas.
Por otra parte, lo
que hace sufrir sobre todo a mi familia es que he tomado la decisión de
marcharme del país un par de días antes de que la acción se haga pública, y que
no sé cuándo volveré.
DIFUSIÓN DE LA ACCIÓN
A mediados de
julio, pues, retomo la idea de la publicación y concentro todas mis energías en
pensar cómo se puede llevar a cabo de la manera más eficaz posible. En primer
lugar me planteo un calendario de actuación, y durante el mes de agosto se
empiezan a redactar los contenidos de la publicación, se hacen las correcciones
pertinentes, se traza la maquetación y el diseño... Para hacerlo posible, nos
juntamos un equipo de gente para todo lo que tiene que ver con los contenidos y
la edición, y nos ponemos a trabajar. ¿Por qué decidimos que la publicación se
llame CRISIS? Se busca una forma de expresión que pueda llamar la atención de
mucha gente y despertar su curiosidad. Desde el mes de agosto, la palabra
crisis ya está en boca de todos los medios y los políticos, y aunque todavía lo
ven como algo que viene de fuera, ya hay rumores que hacen pensar que en
septiembre la crisis estallará de manera más cercana y real. Desde el equipo de
redacción, pues, se ve la sencilla palabra CRISIS, en mayúsculas, como una
palabra potente y que marcará el curso que empezamos. Además, también en
primera página se quiere buscar la complicidad del lector y se propone hacerlo
en forma de una pregunta que toca un debate que ya está muy extendido en la
calle. «¿Crees que los bancos te roban?» La publicación tiene que ayudar a
responder a esta pregunta, aunque seguramente la mayoría de los lectores ya
tenía una respuesta antes de empezar a leer. Más adelante, cuando la gente de redacción
ya conoce el contenido entero que aparecerá en la publicación, se añade una
motivación más a la lectura: «Descubre cómo lo hacen y cómo darle la vuelta.»
Para reforzar la
idea del día D, la web coge el nombre del día en que se distribuirá la publicación.
Así pues, 17-s.info se pone en marcha a finales de agosto, y a partir de
entonces la gente ya se puede registrar para apuntarse a distribuir la
publicación, aunque para que lleguen a hacerlo las suficientes personas todavía
hay que hacer mucha difusión de la acción del 17 y mucha gente está de
vacaciones.
¿Por qué elijo el
17 de septiembre? Por un lado, tiene que ser una actuación rápida, ya que temo
que con mi expediente de morosidad que empieza a hacerse cada día más evidente,
empiece a tener denuncias y cobradores del frac persiguiéndome. Por otro lado,
sé que tengo que darle un margen de tiempo a la gente para volver a incorporarse
a su vida habitual, que normalmente suele ser cuando empieza de nuevo el
colegio para los niños, es decir, el 15 de septiembre. Así pues, el 17, un miércoles,
me parece el día ideal, ya que es miércoles, el día del medio de la semana,
cuando todo el mundo está allí donde vive habitualmente y, por tanto, donde más
puede moverse.
Aunque no tengo ni
idea de la repercusión que tendrá mi acción, los riesgos legales los asumo yo
al cien por cien, aunque de todos modos a principios de septiembre reúno a la
gente que también está escribiendo la revista, la gente que me ayudará a llevar
la logística del 17 de septiembre, y les explico toda mi trama de dos años y
medio de relaciones con los bancos, con tal que todo el mundo pueda entender
bien lo que está en juego y apuntarse a la idea conociendo todos los detalles.
LA CUENTA ATRÁS
A principios de septiembre, una vez la publicación ya está prácticamente
acabada, se empieza a organizar la logística del día 17 por parte de un grupo de
gente interesada puntualmente en echar una mano, formando, pues, el llamado
colectivo temporal CRISIS, que desde entonces y hasta el día esperado estará trabajando
noche y día para hacer posible, esencialmente, la participación de la gente en
la distribución y la difusión de la acción y la publicación. El colectivo se
define así:
Somos un grupo de personas muy
activas en los movimientos sociales. Se trata de una iniciativa puntual en la que
participamos a título individual.
Detrás de esta publicación no hay
ninguna institución, ni empresa, ni organización. Somos personas de las que
habitualmente encontrarás en campañas para denunciar el sistema actual y
construir alternativas, personas como podrías ser tú.
La diferencia es que este verano, en
vez de irnos de vacaciones, nos hemos quedado preparando esta acción, en la que
esperamos poder contar contigo y con tus amistades.
Si quieres llamarnos de alguna
manera, puede ser, por ejemplo, Colectivo Temporal Crisis.
Queremos demostrar que si nos
organizamos no hace falta tener al gobierno, al Grupo Prisa, al Grupo Zeta, al Grupo
Godó o al Grupo Planeta detrás para hacer llegar una información importante a
toda la población; ¿te apuntas?
El contenido
general de la publicación se mantiene esencialmente en secreto para no perjudicar
a la acción y la posibilidad de difusión que ésta brinda. Cuando algunas
personas, naturalmente, se preguntan más concretamente sobre las ideas que se difundirán,
les pasamos un índice general de lo que se difundirá, evitando, sin embargo,
hablar de mi acción bancaria.
Durante las
fiestas de Gracia estoy personalmente repartiendo folletos con la frase:
«Guárdate el 17-S», que es la coordenada que tenemos para ir motivando a la
participación de la gente en el día señalado. A partir de la propia web (www.17- s.info), a finales de agosto ya se empieza a difundir la propuesta por
la red, a la que se apunta mucha gente para participar, tanto de movimientos
sociales como de otros ámbitos. Unas 150 personas se apuntarán a través del
formulario web, y otras respondiendo al correo electrónico de contacto que
vamos enviando progresivamente junto con más información sobre la campaña. Yo
mismo envío algunos correos a mis contactos para preguntarles si quieren colaborar,
especificando que es una iniciativa en la que yo estoy implicado directamente.
La convocatoria,
colgada en la web, dice así:
Guárdate el 17 de septiembre. Buscamos a gente para ayudar a
distribuir revistas el 17 de septiembre. Se tratará de una publicación única en
formato de periódico, de la que queremos distribuir decenas de miles de
ejemplares gratuitos por todo el territorio. En la publicación, hablaremos en
veinte páginas de las diferentes crisis de la actualidad, del papel que tienen
en ellas los bancos y los distintos estamentos políticos que dependen de ellos
y nos gobiernan. Hablaremos también de los movimientos sociales y de las
alternativas que estamos construyendo, de cómo estamos poniendo en marcha el decrecimiento
para experimentar otra manera de vivir ahora y aquí. Con esta acción daremos la
bienvenida al curso 2008-2009, que todas las previsiones indican que será el año
en que la crisis energética, económica y especialmente también inmobiliaria en el
Estado español estallará hasta las últimas consecuencias. Lo haremos
explicándole a la sociedad civil catalana toda una serie de cosas que son
silenciadas por los medios de comunicación, y en todo caso jamás son
presentadas todas juntas como lo haremos nosotros. Difundiremos lo que los mass
media nos esconden. La idea es ir a los metros, trenes, mercados, institutos,
universidades, centros de trabajo y todos los lugares donde se puede encontrar
a mucha gente, para hacerles llegar el periódico.
Si puedes colaborar
el día 17 repartiendo periódicos, llena el formulario que encontrarás en la web
para ayudar en la distribución. Escríbenos a info@17-s.info para cualquier aclaración.
http://17-s.info/guardat-el-17-de-setembre http://17-s.info.
Este inicio de
septiembre se convierte, tanto para mí como para la diversa gente que ayuda en
la logística del día 17, en una cuenta atrás constante. Empezamos a difundir la
propuesta por todos los medios posibles; sobre todo buscamos tres tipos de
colaboración: personas que quieran repartir la publicación en la calle, lugares
que puedan actuar como «centros de distribución», es decir, puntos donde la
gente que repartirá pueda ir a buscar los ejemplares que le hagan falta, y
también personas que se puedan encargar del transporte desde la rotativa hasta
los diversos puntos de Cataluña donde se repartirá CRISIS.
Una anécdota
divertida es que, como no podemos decirle exactamente a la gente de cuántos
ejemplares disponemos, y la gente no tiene entonces demasiada idea del impacto
que puede tener la acción que les estamos proponiendo, cuando les preguntamos
cuántos ejemplares de CRISIS querrán recibir, algunos nos dicen 10 o 20... Entonces,
nosotros, que previamente ya hemos hecho nuestros cálculos, les orientamos: «Pues
podríamos estar hablando, por ejemplo, de una media de un ejemplar por cada
treinta habitantes... ¿Cuántos habitantes tiene vuestra población?» Y a partir
de aquí, con una sencilla multiplicación todo el mundo se puede hacer una idea de
qué cantidad puede asumir, teniendo también en cuenta, claro, su posibilidad de
repartirlos ese día, aunque no sean todos, como mínimo una gran mayoría.
Paralelamente a la
organización de la logística, vamos enviando correos informativos a los
contactos y haciendo difusión por internet de cómo está yendo la preinscripción
de voluntarios, para ir motivando a los más indecisos a participar activamente:
A 10 días de la
distribución de CRISIS, os hacemos saber algunas novedades.
Hasta ahora tenemos ya contactos confirmados en unas treinta
poblaciones donde habrá gente que repartirá ya desde el día 17. Si quieres participar
y quieres saber si ya hay otra gente de tu pueblo o barrio, escríbenos a
info@17- s.info o llena los datos del formulario.
Por otro lado, como
tal vez ya hayáis recibido en vuestro correo electrónico, el día 17 de 21.50 a
22 horas hay una apagada mundial contra el cambio climático. Por eso, aprovecharemos
la difusión masiva de la publicación CRISIS para extender y dar más contenido a
esta convocatoria.
Finalmente no podemos dejar de felicitar a Amadeu Casellas
por su valentía y determinación y a todo el mundo que ha ayudado a hacer que
cumpliera parcialmente su justo objetivo. ¡Como han dicho desde su Grupo de
Apoyo en Osona, así Moveremos Montañas!
Por otro lado,
también motivamos a la gente que no tiene tiempo de salir a la calle a
repartir, pero que tiene ganas de colaborar de alguna forma, a ayudarnos a
hacer promoción de la web del 17-S, en la que a partir del día 17 se podrá leer
la publicación
en formato digital. Así, les animamos a entrar en los foros de
las páginas de los diferentes medios de comunicación convencionales y a hacer
publicidad de la web de CRISIS.
El lunes 15 por la
noche, a punto de entrar en martes, se hace llegar por correo electrónico la
publicación entera en PDF a todos los coordinadores de cada territorio y a los
voluntarios que han insistido en ver la publicación antes de distribuirla. Así,
hacia la una de la madrugada se envía el siguiente correo:
Enviamos, pues, la
publicación definitiva para que aquellos coordinadores y repartidores que
habéis pedido leerla antes de repartirla podáis hacerlo durante el día de
mañana.
Veréis que uno de
los artículos es legalmente comprometido, y éste es el motivo por el que ha
habido tanta discreción respecto a los contenidos y el enfoque de la
publicación.
Por seguridad y
para poder llevar a cabo la distribución de esta publicación tal como se ha
previsto, confiamos que este correo no será reenviado y que el contenido del
artículo central se mantendrá en secreto hasta el día 17, en que se producirá
su distribución por todo el territorio.
A partir de este
día podréis consultar también la publicación en PDF a través de la web
www.17-s.info, donde también podréis encontrar y pedir más información.
¡Gracias por la
comprensión y por confiar en nosotros!
Publicación CRISIS.
Una vez tenemos
toda la logística más o menos cuadrada, es decir, las poblaciones donde se
repartirán ejemplares y cuántos ejemplares tenemos que llevar, además de
concretar cuándo podrán llegar, empezamos a diseñar rutas para las personas que
harán la distribución con furgonetas. De esta manera nos salen siete rutas, con
aproximadamente seis poblaciones cada una, de modo que en una tarde-noche (el
día anterior al 17), la publicación se pueda haber repartido prácticamente ya por
todas partes. Las furgonetas deberán ir llegando el martes 16 a lo largo de la
mañana a la rotativa para ir recogiendo los ejemplares y desde allí saldrán
hacia distintos puntos de Cataluña, con el número de ejemplares correspondiente
que tienen que hacer llegar a cada punto de distribución. Algunas no llegan a
puerto hasta bien entrada la noche.
EL DÍA D: 17 DE
SEPTIEMBRE DE 2008
Después de todo
este montón de trabajo, en lo que se refiere a la publicación en sí, el día 17
todo sale como era previsible. Una distribución masiva cubre distintas áreas y
localidades de Cataluña y diversas furgonetas acaban de hacer el reparto por los
centros de distribución de Barcelona y el área metropolitana. Excepto por algún
problema puntual (¡y de puntualidad!), en general todo va como una seda. Hay
puntos de la ciudad de Barcelona donde la concentración de voluntarios es tal,
porque son lugares muy céntricos y con mucha afluencia de gente, que se van
haciendo turnos para cubrir las diferentes franjas horarias. Hay gente
repartiendo en las bocas de metro, ferrocarriles y tren, por las calles, por
universidades y empresas, institutos... Las personas distribuidoras y voluntarias
tienen una carta escrita expresamente para ellas para agradecerles que se
avengan a repartir y para darles más información sobre el contenido de la publicación
para aquellos que todavía no lo conozcan:
Una
carta introductoria:
Queridas/queridos
compañeras/compañeros,
Si os llega este
escrito es porque os habéis implicado
como centro de distribución o como repartidores de la publicación
CRISIS, que a estas alturas ya podéis tener en las manos. Como ya sabéis, el
contenido exacto de estas veinte páginas lo hemos mantenido en secreto hasta
ahora, el mismo día antes de su difusión y, bueno, ahora por fin os lo podemos
explicar.
La razón la podéis leer
básicamente en las páginas centrales, donde hacemos pública una acción de
desobediencia civil a las entidades bancarias.
Esta acción
financiera, que ya se explica suficientemente en las páginas 10 y 11, ha sido
realizada exclusivamente por mí, Enric Duran, y fue la idea originaria a partir
de la cual se han puesto manos a la obra para sacar adelante estas veinte
páginas de contenido centradas en la crisis, aunque también en el poder que
tienen los bancos sobre los diferentes estamentos de la sociedad; hasta el
punto que los podemos considerar un gobierno en la sombra y responsables de la
destrucción del planeta. La publicación también se centra en explicar detalladamente
las alternativas que se están poniendo en marcha desde los movimientos
sociales.
Con todo, son
veinte páginas llenas de información que creemos que os gustará difundir. Y más
teniendo en cuenta que buena parte de esta información no la hemos visto jamás
en los mass media, ya que va contra las corporaciones que los controlan y
financian.
Era necesario que
la información no se filtrara para asegurar que se imprimieran todos estos
ejemplares y que yo, Enric, pudiera desaparecer, pasando desapercibido, justo antes
de que CRISIS saliera a la calle. ¡Si estáis leyendo estas líneas ahora es
porque de momento esto ya lo hemos conseguido!
Queremos que la
noticia llegue a la gente de la calle sin ser filtrada por los mass media, y es
con estos 200.000 ejemplares y con vuestra ayuda que lo queremos conseguir.
Así, agradecemos
la confianza de todas las personas y colectivos que os habéis comprometido con
este 17-S sin conocer del todo los contenidos de la publicación, y esperamos que
consideréis que ha merecido la pena.
Por otra parte,
para simbolizar que ésta es una acción que a pesar de que la ha hecho una
persona, hay muchas que están de acuerdo con su ética, se ha elegido un antifaz
verde como símbolo de la acción, de los que hemos repartido unos cuantos por
los puntos de distribución que acogen más ejemplares para que quien quiera se
lo pueda poner.
Y bueno, sin
extendernos más, hablamos, pues, del reparto en sí. Adjuntamos unos comentarios
en relación con las convocatorias del miércoles 17 y del viernes 19 y unas recomendaciones
legales a la hora de repartir.
Desde algún punto del planeta Tierra
Un fuerte abrazo
ENRIC DURAN
En nombre de la publicación CRISIS
http://www.17-s.info
La carta va,
además, acompañada de algunas recomendaciones legales para el momento de
repartir, visto que en algunas ocasiones anteriores había habido problemas de
requisa de materiales, tanto por alguna campaña de V de Vivienda como por las
recientes viñetas sobre el príncipe que había publicado El Jueves y que habían
sido retiradas por calumnia. No sea que haya algún banco que se sienta atacado
por los contenidos de la publicación... También hay recomendaciones prácticas, como
por ejemplo cómo actuar en caso de lluvia, que parece que se prevé para aquel
día.
Paralelamente, yo
ya me encuentro en otro rincón del mundo. Antes de contaros cómo fue mi huida,
me gustaría que entendierais por qué vi la opción de marcharme del país como
una opción importante de llevar a cabo. Por un lado, es una cuestión de
estrategia, quiero marcar los tiempos, no quiero que nadie decida por mí cuándo
tengo que dar la cara, cuándo tengo que enfrentarme a un juicio, cuándo y cómo
tengo que dar explicaciones sobre lo que he hecho. No quiero que nadie decida
cuándo tengo que separarme del ordenador que me sirve de herramienta de trabajo
y de difusión de mis ideas. Tengo respeto al posible asedio policial, pero sobre
todo mediático y social, y temo que todo ello me impida seguir difundiendo mis
propuestas y mi acción de manera masiva. Cuando dé la cara será porque quiero
darla, porque creo que ha llegado el momento de hacerlo. No porque el poder lo
decida. Además, sé que aunque esté lejos puedo seguir manteniendo la
comunicación tanto con la prensa como con los movimientos sociales, con el
contacto con la gente a través de la web. Puedo seguir haciendo mucho trabajo.
Tengo que coger el
autobús de Barcelona a Lisboa el domingo 14 al mediodía. Desde allí tengo que
coger un vuelo el lunes al mediodía hacia mi destino, donde tendré que llegar
el martes día 16 a primera hora de la mañana, un día antes de que CRISIS salga
a la luz. Pero no todo sale siempre como uno lo prepara... A última hora, no estoy
suficientemente satisfecho de cómo he dado el relevo en cuanto a la
coordinación de toda la logística, así que en vez de coger el autobús, decido
apurar unas horas más para dejar el trabajo bien hecho y coger un avión. Total,
el hecho de coger el bus es una cuestión de seguridad, pero en aquel momento me
siento con la confianza de que nadie me sigue la pista y pienso que la posibilidad
de que sea un riesgo ir en avión hasta Lisboa es muy remota. De este modo, cojo
un avión el lunes a las 8.30 de la mañana y gano unas quince horas de tiempo.
¡Y así lo hago,
pero la sorpresa es que una vez en Lisboa me encuentro que no me dejan subir al
avión que toca porque no tengo billete de vuelta! Un conflicto puntual hace que
en ese momento no dejen salir a personas de nacionalidad española sin billete
de vuelta. Esta vez sí que me pongo nervioso. ¡Toda una estrategia pensada
minuciosamente podría irse al traste si no me encontraba bien situado fuera del
continente de buena mañana el día 17!
Finalmente puedo
salir el martes por la mañana, con un gasto imprevisto en forma de billete de
vuelta que no utilizaré. Y lo que es más importante, con mucho menos tiempo del
que he previsto para preparar mi primera comunicación para el día 17.
Llego a mi destino
el martes a las 21.30, hora catalana. A la una de la madrugada consigo tener
conexión a internet y envío tres correos: uno a mi madre, otro a la persona que
me ayuda a tener a punto la web, ya que descubro que ésta todavía no está
totalmente a punto y sólo faltan unas horas para la gran noticia, y el tercer
correo... a la coordinación de la distribución, para darles ánimos y para
hacerles saber que ya he llegado a buen puerto. A la una y media decido dormir
un poco porque acumulo mucho cansancio del viaje y sé que me espera un día
movido. A las 5 vuelvo a levantarme y me vuelvo a poner al ordenador. La web todavía
no se veía bien. Envío un nuevo correo tratando de que se solucione...
En Barcelona las
cosas están movidas. Mis compañeras de organización que hace casi dos días que
no duermen siguen al pie del cañón, aunque no es fácil afrontar el alud de
novedades que llegan. La repercusión mediática es inmediata e impresionante. A
las 6.50, el periódico El Mundo publica la noticia, porque un periodista de
este medio ya se había enterado el día antes a través de un amigo suyo que lo
sabía y se lo hizo saber. A partir de entonces, pero sobre todo a partir de las
9 de la mañana, los teléfonos de la organización no dejan de sonar y la prensa
pregunta por mí, ante el susto de mis compañeras que no saben demasiado bien
qué decirles. Pero, ¿qué estoy haciendo yo? Pues trato de encontrar un lugar
seguro donde poder ponerme en contacto con la prensa a través de mi ordenador, que
tiene instalado un sistema de seguridad importante. Voy recibiendo correos de
la prensa insistiendo en entrevistarme, pero yo todavía no tengo todo mi equipo
montado. A las 8.30 tengo a RAC1 pidiéndome audiencia. Esta entrevista no se
podrá hacer hasta las 11, ya que hasta media hora antes no logro tener a punto
todo mi kit seguro de comunicación virtual. A partir de la experiencia de RAC1,
la dinámica se empieza a ver clara. Las entrevistas se realizan a través de
Skype hacia un número de teléfono fijo o hacia otro usuario Skype. Los medios
dejan de insistir tanto llamando a los teléfonos de Barcelona y se dedican a
enviarme masivamente correos para concertar entrevistas. La segunda que puedo
hacer la hago con Josep Cuní, para TV3.
Esta entrevista
provocará un poco de alboroto, esencialmente por la actitud provocativa y
arrogante del presentador, que indignará a muchas personas (probablemente es lo
que busca). Pero, sobre todo, hay un aspecto fundamental y es que, durante la
entrevista, Josep Cuní me pregunta si financio al «colectivo ocupa». Con el
poco tiempo que me deja el presentador para explicarme, no puedo decir mucho
más que un «no», aunque más tarde me doy cuenta de que es necesario que
políticamente y mediáticamente quede claro, para evitar posibles rumores y
malentendidos, que el dinero que he conseguido forma parte de mucho otro dinero
que se consigue autogestionadamente y que ningún grupo depende de este dinero, es
decir, quiero que se sepa que los proyectos de los movimientos sociales tienen
vida y financiación propias, que no me necesitan; por ello, enviaré a través de
Liberinfo el siguiente comunicado de prensa:
Buenas tardes,
Una aclaración a partir de opiniones y debates que están surgiendo.
Las actividades cotidianas de muchos movimientos sociales, especialmente
las de los centros sociales okupados, funcionan básicamente gracias a la
autogestión económica, a los conocimientos colectivos y al tiempo voluntario de
mucha gente. Los 360.000 euros no han ido a parar a estos proyectos, no porque
no esté de acuerdo con ellos, que lo estoy, sino porque los centros sociales no
los necesitan.
Una cantidad como ésta sería una nimiedad si tuviera que financiar la
inmensa labor que cada día hace tanta gente desde lo que la prensa llama
movimientos alternativos.
El dinero ha ido a proyectos diferentes que, por ser incipientes o por
tener más gastos económicos, no podrían haber arrancado sin él.
El capital humano de gente que cree en lo que hace es más potente que
cualquier capital económico, y ésta es nuestra mejor fuerza, así seguiremos.
Las primeras
apariciones en la prensa, sumadas a la distribución del periódico que se está
realizando masivamente, tienen una consecuencia directa en nuestra estructura,
y es que la página web recibe tantas visitas a la vez que no puede asumirlas y
la gente no puede entrar. De las 9 a las 10.30 había ido cada vez peor, hasta
que se colapsa. Los técnicos, que ya estaban avisados de que habría muchas
visitas, pero que no se imaginaban que fueran tantas, reaccionan rápidamente y
hacen una migración de emergencia de la web hacia otro servidor. Hacia las
11.30, ésta vuelve a estar operativa, y por fin en buenas condiciones. El
indicador señala mil visitas a la vez. Los técnicos están impresionados, uno de
ellos escribe:
El problema se encuentra con 17-s.info, que tiene un tráfico
de más de 4.000 visitantes activos por hora. Está sirviendo 30 archivos/segundo
y hace subir la carga de la máquina hasta las nubes, es decir, hasta que deja
de responder. [...] La verdad es que ésta ha sido una subida de tráfico «bestial»
[...].
Esta migración tan
precipitada hará que las visitas a 17 s.info se redirijan automáticamente a
polaris.moviments.net, que durante unos meses será la dirección visible de la
web.
Hacia las dos de
la tarde insisten en pedirme el pasaporte y sé que no es seguro dejarlo, así
que tengo que abandonar el lugar donde me encuentro, no sin antes enviar una
carta a las 18.000 direcciones suscritas a la lista de moviments.cat, el
boletín electrónico semanal de acciones y propuestas de los movimientos sociales,
que yo coordinaba desde su creación.
Soy Enric,
creador y redactor del boletín cat@moviments. cat. Esta semana no sale el
boletín habitual, porque es una fecha señalada. La próxima semana me volveré a encargar
desde allí donde esté, intentando volver el lunes como al inicio.
Hoy, 17 de septiembre, hago pública la acción
de desobediencia civil a la banca que llevaba más de dos años llevando a cabo.
Tal vez a estas
alturas ya lo sepáis, porque la noticia ha sorprendido a la prensa y no ha
habido hasta ahora los filtros que nos encontramos en otras ocasiones.
He expropiado
492.000 euros a 39 entidades bancarias a través de 60 operaciones de crédito.
Incluyendo intereses de demora; la cifra actual de la deuda es de más de
500.000 euros que no pagaré.
Ha sido una acción
individual de insumisión a la banca que he realizado premeditadamente para
denunciar el sistema bancario y para destinar el dinero a iniciativas que alerten
de la crisis sistémica que estamos empezando a vivir, y que traten de construir
una alternativa de sociedad.
Se trata de una
acción ajena a ningún tipo de violencia, que reivindico como una nueva forma de
desobediencia civil, a la altura de los tiempos que corren. Cuando la
financiación al consumo y la especulación son dominantes en nuestra sociedad,
¿qué mejor que «robar» a los que nos roban y repartir el dinero entre los
grupos que lo denuncian y construyen alternativas?
Podéis encontrar
toda la información detallada de esta acción en: http://polaris.moviments.net:8000/ca/he-robat- 492000-euros-als-quemes-ens-roben-denunciar-los-i-construir-alternatives-de-societat
y en las páginas de la publicación CRISIS.
También podéis
contactar conmigo en enric@enricduran. cat.
No es hasta las
16.30 que encuentro un cibercafé, pero como no me dejan conectar mi ordenador
sólo me dedico a responder correos a los medios como ADN, Público, La
Vanguardia, Televisión Española o Catalunya Radio, explicando que tal vez hasta
la noche o hasta el día siguiente no me será posible conceder entrevistas. Es
el precio que estoy pagando por no haber tenido el tiempo suficiente en mi
destino para instalarme en un lugar seguro desde donde poder comunicarme con mi
ordenador, que tengo configurado para poder comunicarme sin que se sepa dónde
estoy.
Pocos días antes de
marcharme, había rodado con dos personas de confianza una entrevista que me
permitiera explicar mi acción a través de un vídeo por internet. La intención
inicial era que no se editara sólo la entrevista sino que en el corto hubiera
algunas explicaciones en off e imágenes que lo completasen. Habíamos quedado
que el vídeo saldría tres o cuatro días después del 17-S. Grande fue mi
sorpresa cuando lo vi colgado en internet la misma madrugada del 18. ¿Qué había
pasado? Según me enteré más tarde, ante el impacto social y mediático que
habían tenido la acción y la misma publicación, sobre la marcha se había
decidido editarlo y colgarlo en internet la misma noche del miércoles. Gracias
a ello, y a que numerosas páginas web y algunos medios añadieron un enlace con
el vídeo, decenas de miles de personas pudieron ver la entrevista en todas
partes. En sólo unas horas, el canal Subtitles de internet lo había traducido
al castellano y al inglés y el vídeo rodaba por la red.
Es bonito recordar,
también, que desde buena mañana del día 17 empecé a recibir centenares de mensajes
de correo electrónico. Primero, a través del correo de la web de 17-s.info, y a
partir de las dos del mediodía, cuando difundí mi nuevo correo electrónico
mediante el boletín moviments.cat, a través de las dos vías. En la mayoría de
los casos, los mensajes mostraban sobre todo felicitaciones, agradecimiento y
sorpresa.
En muchos casos,
quien escribía expresaba con palabras bonitas las ideas, reflexiones y
emociones que le había llevado el significado de mi acción. Muchos mensajes
similares pueden encontrarse en los blogs y foros de internet que informaron de
la acción. Al final del libro podréis encontrar una muestra de todo lo que
estas personas, impactadas por el momento, llegaron a escribir.
Como ya os he
contado anteriormente, la coincidencia del desarrollo y la culminación de mi acción
con la crisis financiera mundial la tenía prevista en sus líneas generales
desde que empecé a actuar y sobre todo desde agosto de 2007. Lo que no me podía
imaginar es la coincidencia de la publicación de mi acción con el punto de
inflexión en que la economía financiera iniciaría el crac que se alargaría todo
el octubre.
La semana antes del
17-S, las dos principales entidades de garantía hipotecaria de Estados Unidos
se declararon en quiebra y tuvo que salir el gobierno con dinero público a
rescatarlas.
Días más tarde, el
lunes 15, mientras yo estaba tratando de llegar a mi destino, Lehman Brothers,
uno de los principales bancos de inversión del país norteamericano, se
declaraba en quiebra y el gobierno reaccionaba no dejando que un monstruo con los
pies de barro se desplomara. Cuando los 200.000 ejemplares de CRISIS se estaban
distribuyendo en el territorio catalán para tomar las calles y mientras yo me
aproximaba al lugar donde tenía que reaparecer virtualmente, el capitalismo
internacional se despertaba conmocionado por estos hechos. Desde primera hora
del miércoles por la mañana, cuando miles de periódicos con el título CRISIS
invadían las calles, su nombre confirmaba la realidad que ya era tema de conversación
en la calle. Dos días después, el 19 de septiembre, saltaba a los titulares la
mediática noticia de que Bush anunciaba un gran plan de rescate de la banca con
dinero público. Aquel titular «¿Crees que los bancos te roban?» no podía haber
sido más premonitorio. El mismo día 17 me había encontrado que esta gran
coincidencia no había dejado indiferente a nadie y daba más fuerza a mi acción,
y los periodistas me preguntaban cómo podía ser.
Convocatorias
En primera página
de la publicación había un par de convocatorias públicas para el mismo día 17
por la noche y para el día 19. La del miércoles 17 se trataba de sumar a un
apagón mundial para que respire el planeta, que ya estaba convocado por otras
vías, una cacerolada reivindicativa contra los bancos.
¡APAGA LA LUZ, NO
PAGUES LAS DEUDAS Y ENCIENDE LA CACEROLA!
Para el viernes 19,
dos días después de hacer pública mi acción, se convocaban concentraciones de
respuesta a los contenidos de la publicación. Se trataba de intentar fomentar
un espacio de encuentro a escala local de aquellas personas que se hubieran
interesado por los contenidos y tuvieran ganas de compartirlos.
La motivación de la
convocatoria es que la gente no organizada y la gente organizada podáis tener
un espacio común a escala local, para encontraros y aprovechar la difusión que
tenga la convocatoria. La propuesta sería después de la concentración en la
plaza del Ayuntamiento (en los barrios de Barcelona que quieran puede ser la
sede del distrito) y desplazarse ante la oficina de alguna entidad financiera importante,
para leer allí el manifiesto que os hacemos llegar y/o aquel escrito que a
escala local os apetezca añadir.
La convocatoria del
miércoles no tiene demasiado eco, según me consta, probablemente porque habría
sido algo muy inaudito que el mismo día de la publicación provocara un impacto tan
fuerte que hiciera que la gente se empezara a movilizar por algo que todavía no
conocía demasiado y tal vez ni siquiera había tenido tiempo de leer. Tampoco me
consta, de hecho, que el apagón de luces fuera extremadamente secundado. En
cuanto a las concentraciones del viernes, se hacen en algunas poblaciones, pero
son más bien en apoyo a mi persona y a mi acción y sirven para volver a
repartir publicaciones, no tanto para encontrarse. Mi interpretación es que
seguramente esperar a que la gente en tan pocos días se sienta motivada para salir
a la calle a buscar a otra gente, probablemente es pedir demasiado y hay que
dejar que las cosas tengan sus propios ritmos. Por otro lado, creo que tal vez
no queda lo bastante claro cuál es el sentido de la convocatoria y por eso la
gente que no está ya bastante implicada o que no me conoce personalmente no se
moviliza.
DESPUÉS DEL 17-S
El día 18, al día
siguiente de la distribución, siguen llegando reacciones de todo tipo. La
Vanguardia publica el artículo «¿Desobediencia o farsa?», explicando que
algunos bancos afirman que mi historia es falsa; la verdad es que no me extraña
que les cueste creérsela... Además, parece que algún otro banco dice que soy un
ladrón. ¡Veo que no se ponen de acuerdo en cómo tienen que reaccionar, ya está
bien que sea así! ¡Les he pillado por sorpresa! Por internet también hay gente
que se cree que mi acción es una acción publicitaria para difundir los contenidos
del periódico... También habría estado bien, ¿no? ¡Pero lo mejor es que la
realidad supera a la ficción!
El viernes 19, El
Periódico publica que ya hay dos denuncias contra mí: una de la financiera de
Carrefour, y la otra no saben de quién. Hay quien reacciona rápidamente y
empieza a hacer un llamamiento a través de internet para boicotear a Carrefour,
aunque yo no animo a hacerlo porque antes tengo que confirmar los hechos por fuentes
verídicas. No es hasta al cabo de dos semanas y a través de mi abogado cuando
me entero que de momento no hay ninguna denuncia en los juzgados, cosa que hago
saber a mi entorno más directo para que no se promuevan reacciones antes de
tiempo. Por su parte, toda la clase política guarda silencio ante esta acción.
Hay un dicho que seguramente conoceréis que dice que «quien calla, otorga», y
el hecho es que esta actuación y la información que me va llegando por internet
y de toda la gente que me escribe me hace pensar que el impacto ha sido tan
fuerte que ningún político se ha atrevido a criticar públicamente mi acción,
para no hacerme publicidad y para hacer como si la cosa no fuera con ellos,
pero en cambio la noticia ha llegado poco a poco a toda Cataluña y, poco a
poco, se va extendiendo por el resto del Estado y en menor medida a otros
países.
Viendo lo que veo,
temo que coja fuerza mediática la idea de que nada sea cierto y pido a Barcelona
que organice información que pueda demostrar la veracidad de mi acción. Cuando lo
tengo a punto, escribo a los medios de comunicación:
Hola a todo el mundo, Escribo sólo
para informar que tenemos a disposición de los medios de comunicación
documentación que acredita la veracidad de los créditos que anuncié el día 17
de septiembre, que no pagaré. Se trata de cartas de entrada en los registros de
morosos y cartas de algunos de los bancos que declaran las deudas como
impagadas. Quien quiera acceder a esta documentación nos tendría que facilitar
una dirección física donde le haremos llegar las fotocopias por correo postal.
Atentamente,
ENRIC DURAN
La respuesta no se
hace esperar y pronto media docena de medios de comunicación piden estos
documentos. Aun así, en el ámbito de los grandes medios de comunicación no se
publica nada más sobre esta cuestión durante los días siguientes.
Por eso empiezo a
pensar que debería preparar un comunicado con la suficiente fuerza mediática
para hacer llegar esta información al público. Al mismo tiempo, dudo que
realmente la cosa quede sin tan siquiera ninguna denuncia, porque sería una
muestra muy clara de su «bajada de pantalones» y yo puedo encontrar maneras de que
mucha gente se entere de lo que quiero comunicar. Decido preparar un comunicado
provocativo, que anuncie que no tengo ninguna denuncia y que por este motivo
volveré muy pronto al país. Lo acompañaré de dos materiales audiovisuales que,
de manera más contundente y sin necesidad de que lo digan los medios de
comunicación, demuestren la veracidad de mi insumisión bancaria. Por un lado,
investigando entre mis cuentas corrientes, veo que todas están bloqueadas excepto
tres. Dos de éstas son de las que utilizaba para pagar múltiples créditos, una
cuenta de La Caixa y la de ING, la tercera es de Caja de Navarra con mi segunda
empresa. Me gravo en vídeo enseñando mis cuentas corrientes, ya que llevaba
conmigo una pequeña cámara precisamente por si necesitaba hacer algo así, de
modo que nada me lo impide. La segunda prueba la consigo entrando virtualmente en
la lista de morosos de Asnef. Así, me bajo el documento que demuestra mi situación
de morosidad y encuentro además el registro que también lista las consultas que
hacen los bancos; éste tuvo un punto de inflexión de consultas el 17 de septiembre,
incluso de bancos que no estaban afectados por mi acción. Eso me demuestra
hasta qué punto se sintieron afectados desde un primer momento por la noticia
que anunciaba CRISIS.
Para aprovechar su
fuerza simbólica, espero al 17 de octubre para publicar este comunicado.
También le añado valoraciones personales en relación con la crisis y cómo el
hecho de que los bancos estén siendo salvados por los estados demuestra que son
ellos los que más nos roban. Poco antes de enviarlo, el abogado me vuelve a
confirmar que en los juzgados no hay ninguna denuncia contra mí.
Entre otras cosas,
en el comunicado digo lo siguiente:
Hoy hace un mes que di a conocer mi
acción de expropiación de casi 500.000 euros a 39 entidades financieras y todavía
no se ha confirmado ninguna denuncia en mi contra. Las informaciones que se van
haciendo públicas en algunos medios de comunicación no se han traducido en
ningún proceso judicial. Este hecho, junto con el silencio mediático de
políticos y banqueros en relación con el tema, me hace sospechar que tal vez
están dispuestos a no acusarme con tal de que no se hable más del tema. ¿Qué
motivo podría haber, si no, para no denunciarme? Si creen que es un delito, ¿no
tendrían que denunciarlo, como es el deber de todo buen ciudadano? Tal vez ya
es demasiado evidente para la gente quiénes son los verdaderos delincuentes. Y
es que han pasado cosas muy graves alrededor de la crisis financiera
internacional desde que la publicación CRISIS vio la luz. El titular de la
revista del 17-S: «¿Crees que los bancos te roban?» ha sido respondido sin
medias tintas por las ayudas de más de 2 billones de euros que Estados Unidos y
los países de la UE han garantizado a la banca privada, con dinero que es de
los ciudadanos o le perjudicarán a través de la inflación. Mientras los
agujeros de los bancos se apuntalan con dinero público, los principales
inversores y ejecutivos del sector financiero han visto engrosar su patrimonio
personal con ingresos miles de veces por encima de los de las personas
trabajadoras. Así pues, los acontecimientos han hecho que queden cortas las
denuncias que hacíamos el 17 de septiembre. Ya no son sólo los banqueros, sino
que se ha demostrado que políticos y banqueros van de la mano, para expoliar la
riqueza de la gente. Banqueros financian a políticos, políticos financian a
banqueros. Ante estas evidencias parece claro que mi acción de insumisión bancaria
ha despertado demasiadas simpatías y muestras de apoyo entre la sociedad civil
como para ser denunciada por unas entidades financieras totalmente
desprestigiadas (y con razón). ¿Son conscientes, los poderes financieros, que
si mi acción sale judicialmente inmune será una clara demostración de que la
banca ha perdido toda legitimidad y que ésta la tenemos quienes luchamos por
transformar la sociedad? ¿O tal vez creen que la gente no se enterará? Que no
se equivoquen. Si los poderes fácticos pretenden silencio, es que tenemos que
hacer ruido y lo tendrán. Este atraco a mano armada en que se ha convertido la crisis
financiera actual está indignando cada vez a más gente. Millones de personas
endeudadas están viviendo la situación de ver cómo se les abandona, por no
hablar de la gente que se muere de hambre, mientras se ayuda a los ricos. Todos
hemos visto de qué parte están los gobiernos. Entretanto, desde el poder nadie
quiere reconocer que la verdadera solución pasa por el cambio de sistema. El
capitalismo dependiente del crecimiento exponencial está agotado porque hemos
llegado a los límites del consumo de los recursos naturales y se ha demostrado
con la crisis actual que la especulación financiera sin una base real acaba convirtiéndose
en nada. Ninguna supervisión ni control convertirá el dinero virtual en energía
o comida. Desde la gente y especialmente desde los movimientos sociales cada
vez más personas lo tenemos claro: las verdaderas soluciones pasan por el
decrecimiento y la justicia social. Para llegar a estas soluciones hay que abolir
el sistema financiero actual. La liquidez que necesitan las personas y los sectores
productivos se puede cubrir de otras maneras. No necesitamos bancos privados ni
empresas financieras. Por mi parte, ante la falta de denuncias y para poder estar
activo en las movilizaciones sociales en esta coyuntura histórica en que nos encontramos,
pronto saldré de la clandestinidad y volveré a la actividad pública.
ENRIC DURAN
Insumiso a la
banca, 17 de octubre de 2008
¿Todo un desafío al
poder, verdad? A los Mossos d’Esquadra (policía autonómica catalana) no les
debía gustar demasiado este comunicado porque sólo tardaron tres horas en
responder públicamente a través de Europa Press:
Un total de dieciocho entidades
financieras han presentado denuncias por los retrasos en los pagos de los
créditos concedidos al activista Enric Duran. [...] Los Mossos d’Esquadra están
investigando el caso y centralizando todas las denuncias de las entidades,
según explicaron a Europa Press fuentes policiales, que confirmaron que todas las
entidades que habían concedido sumas «importantes» a Duran ya han denunciado el
caso por la vía penal.
Curiosamente, la
nota se completaba con información sobre los créditos impagados según el
registro de morosos que habían sacado de la documentación que yo les había
hecho llegar, aunque lo presentaban como si se la hubiera hecho llegar la
policía.
Al contrario de lo
que podría parecer ante esta mala noticia legal, escrita en respuesta a mi
comunicado, me impregnó un sentimiento de satisfacción. El comunicado había
servido, por un lado, para provocar que algunos medios diesen la información que
demostraba la veracidad de mi caso y, por otro lado, para que yo mismo supiera
que en principio sí que habría cargos penales contra mí, información que me
serviría para concretar mi estrategia. Si yo había dicho que «como se ha
demostrado que los bancos nos roban, pronto volveré a la actividad pública» es
porque pensaba hacerlo, con denuncias o sin ellas.
Ciertamente, dos
motivos de peso me habían hecho cambiar mis planes a las pocas semanas de estar
en el extranjero. Por un lado, el éxito del 17-S y el impacto social que había tenido
mucho más allá de los movimientos sociales me hacían pensar que habría muchas
posibilidades de que el apoyo social fuera demasiado grande para que me
pudieran llegar a encarcelar. Por otra parte, la aceleración de la crisis
vivida desde mediados de septiembre me motivaba a dedicar todas mis energías
para aprovechar la oportunidad del cambio social que representaría esta crisis.
Aun así, no podía precipitarme, porque si volvía demasiado pronto, no habría
nada preparado a nivel de movilización social, y precisamente confiaba mucho en
lo que pudiese organizar teniendo tantas horas del día, ahora que ya no tenía
que dedicarme a expropiar bancos. Así pues, desde muy pronto sonó en mi cabeza
la fecha del 17 de marzo, seis meses después del 17-S, como el momento más adecuado
para mi regreso público a tierras catalanas montando un nuevo día D, el 17-M. Tenía
muchas ideas de cosas que preparar para aquel momento, muchas propuestas
nuevas. Os lo cuento en el capítulo siguiente.
Seamos el cambio que
queremos
En algún lugar de
este pequeño planeta, y a medida que recibía noticias de lo que pasaba en
Cataluña, mi enfoque del tiempo que tenía que estar fuera del país iba
cambiando muy rápidamente. Si al principio me había despedido creyendo que al
menos estaría un año fuera, ya que era el tiempo que había creído necesario
para preparar un hipotético regreso a casa donde me esperase un juicio seguro,
pronto vi que esto no estaba tan claro.
Lo primero que hice
fue dudar que me hiciera falta tanto tiempo para volver, aunque mantenía la
idea de que lo más probable a mi regreso sería tener que afrontar un juicio.
Así, en la carta a los movimientos sociales que publiqué el 22 de septiembre,
pedí la opinión de otros activistas:
Mi objetivo a la larga y a partir de
ahora es preparar el terreno para llegar a convertir mi juicio en un juicio
popular a la banca y todo lo que representa y, por tanto, por extensión, al
actual sistema capitalista. Un juicio que pueda ser al mismo tiempo una nueva
herramienta de reencuentro y fortalecimiento de todos aquellos y aquellas que
estamos por construir una sociedad alternativa a la actual. Si se lleva a cabo
esta idea y vuelvo algún día para materializarla, será si una mayoría de
vosotros también lo creéis, si también estáis dispuestos a ganar este juicio,
si pensáis que será una acción beneficiosa para nuestras luchas. Espero ponerla
en práctica algún día, porque será la manera de volver y no dudéis que tengo
ganas de volver a estar entre vosotros, pero creo que no soy yo solo quien lo tiene
que decidir. Pediría que se hablara del tema en las asambleas de los colectivos
y en los espacios de encuentro y que fuera a partir de aquí que pudiéramos
tomar una decisión.
Así pues, la idea de
contrarrestar y ampliar mi juicio con un juicio popular a la banca había tomado
fuerza ya aquellos primeros días. De hecho, la idea de dar un carácter ético y
político a un hipotético juicio contra mí, ya lo comentaba en mi declaración en
las páginas centrales de la publicación CRISIS:
Más adelante, me reservo la
posibilidad de volver a aparecer físicamente en territorio catalán, si se
demuestra que la sociedad civil catalana está preparada para defender la
libertad de quienes nos enfrentamos públicamente a los poderes económicos y
políticos de nuestra sociedad. Y si algún día, por voluntad mía o no, soy
juzgado, aviso que el único veredicto que aceptaré será la absolución por
consideración del tribunal de que mi acción no es constitutiva de delito, a
causa de su motivación ética y solidaria contra los actores que más daño causan
a esta sociedad y en pro del bien común. Fuera de esto, no negociaré penas
menores para evitar cumplir condena, ni pagaré una fianza, ni multa, ni
negociaré la deuda. Si el Estado es incapaz de salir de la presión de los
poderes fácticos, que todo el mundo lo vea manteniendo a una persona como yo en
la cárcel.
Por otro lado, días
después del 17-S seguían entrando muchas personas en la web, escribiéndonos y
comentando ideas, problemas, felicitaciones. Algunas preguntaban qué se pensaba
hacer a partir de ahora, después de la publicación. Decían que tenían ganas de
participar y que la cosa no se quedase aquí; otros hicieron propuestas más
concretas: «¿Por qué no creáis un foro y facilitáis que la gente participe?»
¡Nada más lejos de
mi voluntad que cortar las ganas de participación de la gente! Como no nos
habíamos imaginado una respuesta tan fuerte a la publicación, la cuestión de la
continuidad de Crisis la habíamos dejado en segundo término, concentrados como
estábamos en llevar a cabo el proyecto concreto del 17-S. De todos modos,
viendo ahora las reacciones de la gente, veíamos una oportunidad de seguir
funcionando y proponiendo nuevas ideas.
Por mi parte, yo sí
que había pensado en crearme un blog personal y que éste se fuera actualizando
y sirviera para suscitar debate, pero había habido problemas técnicos para
crearlo como yo lo quería y no estaba a punto, así que pensé que la participación
se podría generar directamente en la web de CRISIS, http://www.17-s.info, y en
pocos días tuvimos el foro creado.
Entre los apartados
de este foro, fuimos creando los siguientes:
Artículos y
materiales de referencia: Apartado de enlaces de artículos, textos, vídeos,
etc., que nos aporten reflexiones e ideas en relación con los temas que estamos
tratando, en especial la desobediencia y la no-colaboración con la banca, pero también
otros relacionados más indirectamente.
Alternativas
económicas y de vida (después de la huelga de bancos, ¿qué?): Foro en que hablamos
de alternativas que existen para vivir sin la banca, sin las transnacionales y
de una manera ecológica y socialmente viable. También desarrollamos nuevas
ideas para llevar a la práctica los participantes en la huelga de usuarios y
usuarias de los bancos.
Comunidad de
morosos: Espacio del foro para que las personas morosas compartan dudas e ideas
para no tener que pagar a las entidades financieras y puedan vivir sin ellas.
Insumisión
financiera: Foro para hablar de temas relacionados con la acción de insumisión
financiera que realicé yo. Consecuencias, denuncias, movilizaciones,
reflexiones, opiniones...
¡Cuéntanos lo que
has hecho!: Foro en el que cada cual puede explicar las grandes o pequeñas
iniciativas que ha hecho a raíz de conocer la publicación CRISIS o también las
que había llevado a cabo anteriormente y pueden interesar a otros participantes.
Espacio de
propuestas: Espacio en que cada cual escribe su propuesta o idea para que todo
el mundo pueda conocerla y debatirla. Pueden ser ideas generales de acciones o
proyectos para el futuro, o pueden ser cosas muy concretas que se pueden hacer
ahora mismo.
Acciones en marcha:
Aquí añadimos novedades y debates de acciones, campañas y propuestas que ya han
superado la fase de la discusión previa y se han empezado a poner en práctica.
Acción territorial:
Foro en el que hacemos difusión de las acciones que se llevan a cabo desde una
ciudad o territorio concreto. De esta manera será más fácil encontrarlas y que sean
una herramienta de autoorganización para las acciones en relación con la crisis
y la respuesta desde la sociedad civil.
Otros temas: Temas
abiertos que no se puedan meter en ninguno de los demás foros.
A partir de la
puesta en marcha de estos foros y viendo, pues, que la web seguía siendo una
herramienta que tendría continuidad, se creó el colectivo permanente de Crisis,
que sería el encargado de dar continuidad y contenidos al llamamiento de la
publicación CRISIS. Como las tareas a realizar serían de coordinación de la web
y de vehiculización de propuestas que saliesen del foro, dadas las
circunstancias y teniendo en cuenta que participaría gente de lugares muy
diferentes, sería un colectivo que funcionaría en red a través de internet.
En el espacio «Quiénes
somos» de la web, dejamos constancia de esta evolución en el tiempo:
Actualización 20-11-08 Tras el interés que ha despertado la publicación y las propuestas
recibidas, hemos dado continuidad al colectivo a través de tareas como:
— Ofrecer la web como espacio de
información, debate y propuestas, mediante los foros sobre temas relacionados con
los bancos, la crisis, el sistema económico actual y sus alternativas.
— Dar información de las
movilizaciones que se preparan ante la crisis.
— Iniciar nuevas campañas y acciones
como la campaña por una huelga de usuarios y usuarias de los bancos. El
colectivo Crisis se organiza actualmente a través de internet, así que para
participar puedes contactarnos mediante el formulario de contacto.
En aquella última semana
de septiembre también escribí un artículo de opinión sobre el enorme plan de
rescate bancario que el presidente Bush había presentado en el Congreso de Estados
Unidos.
En un extracto se
podía leer:
Bush vuelve a aprovechar la situación
hegemónica de su moneda y de su país para poner en práctica un plan con el que
se financiarán las deudas de empresas privadas a costa de buena parte de la
ciudadanía del resto del mundo. O dicho de otra manera, se pretende salvar la
economía financiera a costa de perjudicar totalmente a la economía productiva,
y esto dicho en palabras que cualquier persona entienda significa que los costes
de comprar comida, de tener servicios energéticos, vivienda, etc. aumentarán
sin que aumenten los sueldos para que las entidades financieras puedan mantener
sus beneficios y su situación privilegiada en el mundo.
Pensaba que ante un
robo tan monumental y la indignación general que este hecho provocaba, era una
oportunidad para montar una campaña internacional contra la banca. Al mismo
tiempo, tanto en el foro como en los correos que yo recibía, diversas personas
proponían cosas como sacar todo el dinero del banco o empezar una huelga de
hipotecas.
A menudo escribían en
respuesta al llamamiento a la acción que yo había hecho en la publicación
CRISIS:
Un llamamiento a la acción Esta
acción quiere ser sobre todo un llamamiento para que cada cual se plantee qué
puede y quiere hacer para cambiar el estado de las cosas entre lo que sea
posible o incluso lo que parecería imposible... Si yo he realizado esta insumisión
financiera, arriesgando mi libertad para demostrar que el sistema económico es más
vulnerable de lo que parece y para conseguir todo este dinero para la
construcción de alternativas, tal vez muchas otras personas pueden hacer algo
más si creen en sí mismas, si saber liberarse de los falsos miedos en que se
nos educa premeditadamente dentro del sistema, y piensan decididamente que sólo
desde la gente, desde debajo, podemos cambiar el estado de las cosas. Poniendo
como ejemplo el estilo de acción que yo he hecho, tal vez cada cual, según su
contexto personal y económico, pueda darse cuenta de que hay cosas que están a
su alcance: Los inquilinos que sufrís el encarecimiento de los precios de
alquiler (que acostumbra a venir tras el encarecimiento de los precios de compra),
podéis uniros para llevar a cabo un huelga de inquilinos como la de los años
1930 y 1931; me consta que ya hay gente que se lo está planteando. Si estáis
pagando una hipoteca desde hace pocos años, y os queda mucho tiempo de trabajar
en un trabajo que no os gusta, tal vez podéis dejar de pagar la hipoteca y
okupar vuestra casa. Si lo hacéis solos tal vez tendréis un problema, aunque no
mayor del que ya teníais, y además podréis plantear dedicaros a lo que os guste
y sea coherente con vuestras ideas y vocaciones. Si mucha gente se organiza, será
la banca la que tenga el problema... Si ya estáis en camino de tener que vivir
sin cuentas bancarias, porque os han puesto una pena-multa (que tanto abundan
actualmente) que no queréis pagar, ¿por qué no expropiáis algún dinero a la
banca antes de que llegue el momento de dejar de tener cuentas corrientes? Eso
sí, con estas diversas opciones y otras que se os puedan ocurrir seréis morosos
toda la vida (o mientras aguante el sistema financiero en crisis), de manera
que sería aconsejable que os lo plantearais como idea acompañada de un plan
personal para vivir de otra manera, sin cuentas corrientes ni propietarios. Ahora
bien, si no podéis o no queréis realizar ninguna de las acciones anteriores, hay
dos cosas más sencillas que todo el mundo puede hacer y tendría que hacer
cuanto antes mejor: no pedir ningún crédito y sacar el dinero del banco.
Manteniendo préstamos, tarjetas de crédito y cuentas corrientes estamos siendo
cómplices de unos bancos que son el corazón de un sistema capitalista que está
sembrando la destrucción del planeta, la pobreza y la esclavitud de nuestras
vidas en todas partes. Sacar el dinero del banco es algo que cualquier persona
puede hacer si simplemente se organiza un poco para gestionar sus pagos y
cobros de otra manera. Y si este llamamiento te llega tarde porque hay deudas que
no has podido pagar y ya apareces en las listas de morosidad de los bancos..., ¿por
qué no contactas conmigo y montamos un sindicato de morosos? Que hay más
personas morosas que paradas..., ¡y vivir sin cuentas corrientes es un arte que
valdría la pena compartir!
Muchas de las
propuestas que me llegaban a raíz de este escrito me parecían lo suficientemente
válidas, pero veía que era importante articularlas y evitar su dispersión, así
que empecé a escribir sobre el proyecto de lo que acabaría siendo la primera
campaña del colectivo permanente Crisis.
CAMPAÑA UNITARIA POR UNA HUELGA
DE USUARIOS Y USUARIAS DE BANCOS
Septiembre y octubre de 2008 pasarán a la historia por lo que muchos
analistas han calificado como el mayor golpe de estado financiero de nuestra
época. El plan consiste en «salvar» Wall Street con deuda del gobierno de
Estados Unidos: 850.000 millones de dólares es lo que afirma que se gastará el
gobierno para «salvar» el sistema financiero de su país. Lo dice el presidente
de un país que tiene una deuda externa de 9,6 billones de dólares. [...] Bush
vuelve a aprovechar la situación hegemónica de su moneda y de su país para
sacar adelante un plan con el que se financiarán las deudas de empresas
privadas a costa de buena parte de la ciudadanía del resto del mundo. [...] Mientras,
en Europa, las mismas políticas de «socialismo para los ricos y capitalismo
para los pobres» se llevan a cabo de manera menos evidente; pero los bancos
importantes amenazados por la quiebra son rescatados también con dinero
público. En total, las ayudas europeas son incluso mayores que las
norteamericanas. ¡Qué vergüenza! Así, se salvan las inversiones de los más
ricos y, mientras, millones de personas de todo el mundo están perdiendo sus
casas o están esclavizadas por el trabajo a causa de deudas muy duras de pagar,
y hay 2.900 millones de personas que ni siquiera tienen deudas porque malviven
con menos de dos dólares al día. Con 850.000 millones de dólares se acabaría
con el hambre en el mundo y se daría acceso a la salud y a la educación a toda
la humanidad. Así pues, los estados demuestran ahora claramente de qué bando
están, ya que permiten que la gente lo pierda todo para que gane la banca. No
se puede aceptar. Ante esta situación tenemos que plantarnos, tenemos que decir
basta. ¡Hay que pasar a la acción directa! Por eso convocamos una huelga
mundial de usuarios y usuarias de la banca. Esta huelga será de carácter indefinido
y no terminará hasta que se cancelen las deudas de las personas trabajadoras,
del mismo modo que se han cancelado las pérdidas de los especuladores de Wall
Street. Si cientos de miles de personas de todo el mundo nos ponemos de acuerdo
en no pagar nuestras deudas y nos apoyamos unos a otros, no nos podrán parar.
Si mucha más gente participa de la convocatoria sacando el dinero de los
bancos, pararemos este sistema que nos esclaviza. De este modo reclamaremos que
sea abolido el actual sistema financiero internacional y se vuelva a crear de
nuevo con unas reglas justas, que sean para cubrir las necesidades de las
personas y no de los especuladores. ¿Qué poder puede tener un registro de
morosos si estamos todos en él? ¿Qué fuerza tendrán sus embargos si nos afectan
a millones? ¿Con qué especularán si sacamos el dinero de los bancos? ¡Participa
en la huelga indefinida! ¡Saca el dinero del banco, que no especulen con
nuestros ahorros! ¡¡¡No pagues tu hipoteca y quédate a vivir en casa, no pagues
tus créditos personales, la crisis que la paguen los ricos!!! [...]
Así pues, durante
las primeras semanas de octubre, mientras continuaba escribiendo artículos en
relación con la crisis económica global, como uno titulado «Se consuma el golpe
de estado financiero en EE.UU.»* y otro con el título «Ante la crisis
financiera, ¿por qué los estados no crean su propio dinero?»,** iba cambiando
mi punto de vista inicial y mi cabeza se estaba concentrando sin darme cuenta
en unos planes muy diferentes de los que había previsto al marcharme.
Poco a poco fui
viendo que la idea de que la huelga fuera realmente internacional era demasiado
ambiciosa para nuestras capacidades, porque los primeros contactos con
organizaciones de todo el mundo y especialmente norteamericanas no tuvieron
demasiado éxito. Entonces nos planteamos no cerrar la puerta a la
internacionalización, aunque sí centrar nuestros esfuerzos en la notable
difusión que podíamos tener en territorio catalán. Tal vez lo que pasara en Cataluña
y a partir de aquí en la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y el resto de
territorios ibéricos podía generar la semilla para que la iniciativa que se
llevara a la práctica se copiara en otras tierras más lejanas.
Las semanas
siguientes nos dedicamos a preparar la puesta en marcha de la campaña. La herramienta
básica de este inicio consistiría en un sistema de preinscripciones, mediante
el cual, cuando hubiera suficientes personas en cada territorio dispuestas a
realizar acciones como las propuestas, sería cuando empezaría allí la huelga.
Alrededor de esto habría mucho trabajo para facilitar información y recursos
que permitieran
* Encontraréis el artículo en la web de CRISIS, en el
siguiente enlace:
http://www.17-s.info/es-consuma-el-cop-destat-financer-als-eeuu-catcast.
** Encontraréis el artículo en la web de CRISIS, en el
siguiente enlace:
http://www.17-s.info/davant-la-crisi-financera-que-els-estats-no-creenels-seus-propis-dinerscat-cast.
a los potenciales huelguistas entender y reflexionar sobre lo que les
proponíamos.
¡QUE LA CRISIS LA PAGUEN ELLOS!
Hacia finales de
octubre saltaba a la actualidad pública la noticia de la reunión del G-20 de
los días 15 y 16 de noviembre, que según los jefes de Estado implicados debería
servir para parar la crisis y para empezar a debatir reformas del sistema financiero
internacional. Nicolas Sarkozy demostró de nuevo su interés por el protagonismo
mediático definiendo el encuentro como una reunión para «refundar el
capitalismo», aunque nadie se acababa de creer que se quisieran cambiar tantas cosas,
como se demostró semanas más tarde. Ante esta noticia, muy pronto se hizo correr
un llamamiento a hacer concentraciones públicas el sábado 15 de noviembre en
unas cuarenta poblaciones del Estado español, con el lema «Que la crisis la
paguen ellos».
No fui yo quien hizo
correr esta convocatoria, aunque alguna gente lo creía y varias personas me lo
preguntaron. En cambio sí que creí oportuno reforzarla, y más teniendo en cuenta
que era anónima, que no había ningún colectivo detrás, y que nuestra web era un
espacio de encuentro adecuado para articular movilizaciones a gran escala. Así,
enseguida desde el colectivo Crisis difundimos esta convocatoria y le dimos un espacio
destacado en la web. Además, enseguida vi que esta convocatoria estaba quedando
muy caótica, porque al estarse comentando en diversos blogs y foros, había
quien añadía su población al listado en uno de los foros pero nadie se
encargaba de actualizarlo en una web central, porque ésta no existía. Así que
me dediqué a ir repasando web por web todas las poblaciones que alguien había
añadido e hice un listado que sería de unas 65 poblaciones, para irlo
difundiendo. Desde ese momento, la web de Crisis se tomó como una web de
referencia de esta movilización, y las convocatorias que iban llegando las
fuimos añadiendo hasta ser 75, incluidas algunas concentraciones que se harían
en distintos países del mundo, donde en general las movilizaciones no se habían
extendido tanto.
Además, diez días
antes de esta reunión del G-20 escribí un artículo sobre el tema, titulado:
«Este 15 de noviembre el G-20 decidirá por todos y todas. Ésta es su
democracia.»
En el artículo
decía, entre otras cosas:
Los veinte jefes de Estado presentes
tampoco hablarán en nombre de la población de sus países, ni siquiera de aquellos
que en su día les votaron, ya que los acuerdos a los que lleguen en la cumbre
no formaban parte de ninguno de sus programas políticos. Aun así, a ninguno de
ellos le habrá pasado por la cabeza someter sus propuestas a un referéndum de
la población de estos veinte países, y mucho menos todavía de la población
mundial. Así pues, ¿en nombre de quién decidirán realmente Bush (presidente en
funciones), Sarkozy, Merkel, Lula y compañía? Podemos pensar que lo harán en
nombre suyo y de sus asesores. En representación de las estructuras burocráticas
de gobierno que mandan, y viendo las decisiones que toman seguramente estaremos
de acuerdo que en muchos casos lo harán en nombre de los mismos poderes
financieros que han causado la crisis o de las principales empresas
transnacionales. Las injustas decisiones económicas de los gobiernos a favor de
los bancos y en contra de la mayoría de la gente que habrán precedido a la cumbre
durante las últimas semanas, junto con su procedimiento antidemocrático, están despertando
por suerte múltiples respuestas entre la sociedad civil que anuncian unas
movilizaciones que se esperan masivas [...]. Estas movilizaciones son un inicio
y habrá que ir mucho más allá para que desde la sociedad civil podamos ser protagonistas
de nuestro propio futuro. No bastará con manifestarse, harán falta acciones
sostenidas, de desobediencia, de boicot y no-colaboración con el sistema
financiero. No bastará con la acción contra el sistema, habrá que plantear y,
sobre todo, construir desde ya alternativas de sociedad, con las que mostremos
que se puede vivir sin crecimiento económico y sin bancos. Desde la web
www.17-s.info estamos haciendo y haremos toda la difusión que podamos de estas
movilizaciones y participaremos promoviendo acciones que nos hagan avanzar,
ahora más que nunca, hacia otra sociedad basada en la justicia social y
ecológica. Quiero recordar para acabar un lema que movió a cientos de miles de
personas en 2002 en la campaña contra la Europa del capital y de la guerra, y
que sigue plenamente vigente: ¡Porque somos millones y el planeta no es
vuestro!
Este artículo tuvo
bastante difusión e hizo que algunos medios de comunicación digitales citasen
palabras mías cuando hablaban de la respuesta social a la crisis. Las
movilizaciones tuvieron un seguimiento irregular, aunque en Barcelona, Madrid,
Washington, Zúrich y Reykjavik (el estado islandés había entrado en quiebra) se
movilizaron miles de personas. El día 17 de noviembre aparecía en Público una
entrevista mía en que Magda Bandera me preguntaba en relación con la cumbre, la
crisis y las movilizaciones. Este hecho era interesante porque se me empezaba a
coger de referente no ya en concreto por mi acción insumisa y el 17-S sino
también para otros temas de actualidad relacionados. De hecho, diversos medios
de comunicación alternativos me han pedido artículos concretos o periódicos las
últimas semanas, entre éstos: Diagonal, El Viejo Topo, Polémica, llibertat.cat
y decrecimiento.info.
La campaña para la
huelga de usuarios y usuarias de bancos la habíamos puesto en marcha ya
oficialmente el 12 de noviembre, abriendo las preinscripciones y difundiéndolas
por la lista de correo que unas semanas antes habíamos creado con todas las
personas que habían ayudado a distribuir la publicación CRISIS y las que se
habían registrado en la web.
Toda la información
de este tema desde entonces la hemos ido añadiendo al menos en catalán,
castellano e inglés. En inglés nos cuesta más seguir el ritmo, pero tenemos un
núcleo lo bastante activo en Estados Unidos que colabora con nosotros y ha
creado la web www.bankstrike.net.
EL TRABAJO CONSTANTE EN LAS PROPUESTAS ALTERNATIVAS
Los primeros días de
campaña se inscribió mucha gente de la que va visitando nuestra web. Había
muchos perfiles diferentes: activistas, solidarios, personas muy endeudadas,
gente que lleva mucho tiempo en lista de morosos, etc. Había mucho trabajo por
delante.
Además, por otro
lado, no queríamos que la propuesta se viera como una acción de carácter
«destructivo» o como una acción que una vez hecha no sabíamos dónde nos
llevaría. Mucha gente tiene miedo de lo que pueda pasar si quiebran los bancos,
es un miedo que el sistema dominante ha sabido poner muy bien en nuestros
cuerpos y nuestras mentes, y sabíamos que tenemos mucho trabajo por delante para
demostrar, con propuestas muy claras y experiencias piloto, que podemos vivir
mucho mejor sin bancos y no en un hipotético sistema alternativo sino ahora y aquí,
organizarnos en los barrios o en nuestras comunidades.
Por eso, en el texto
de metodología de la campaña, habíamos escrito lo siguiente:
Puesto que las personas participantes,
especialmente las que dejan de pagar deudas y tienen viviendas embargables, asumen
un riesgo personal, la manera que tendremos como colectivo de huelguistas para
superar este riesgo es la solidaridad y el apoyo mutuo. A todo el mundo que se apunte
a participar se le pide que pueda ser solidario. Así pues, entre todas las
personas participantes crearemos una red de apoyo interpersonal para asegurar
que a nadie le falte techo ni un plato en la mesa. Más allá de esto, la huelga misma
pretende incentivar la puesta en marcha de las alternativas de sociedad. Demostrar
que se puede vivir bien, y de hecho mejor, sin bancos, será uno de los
objetivos principales de la campaña. De este modo, retirar el dinero del banco
se convertirá en un paso para reforzar las alternativas, con la posibilidad de
invertir dinero en éstas, y dejar de pagar las deudas podrá ser una manera de
implicarse en soluciones comunitarias para tener cubiertas las necesidades
básicas.
Para promover estas
alternativas, en los foros de la web habíamos ido añadiendo, ordenadas por
temas, todas las propuestas concretas que aparecían en el artículo sobre los
movimientos sociales de la publicación CRISIS, entre éstas las propuestas de
banca ética, que habían de ser una de las principales opciones que se
promovieran desde la campaña.
Para hacer un resumen
de la situación de estas alternativa financieras, decíamos esto:
Completamos la información: podéis
contactar con coop57 en http://www.coop57.coop (se pueden dejar los ahorros,
pero no abrir cuentas corrientes; no es un banco y por eso es muy recomendable
para los ahorros, también). Tiene presencia en Cataluña, Aragón, Madrid y
Andalucía. Es un proyecto cooperativo. Podéis contactar con Fiare en
http://www.projectefiare.cat (se pueden dejar los ahorros, pero no abrir
cuentas corrientes; es un proyecto de banco, pero mientras tanto funciona como
agente de la Banca Populare Etica Italiana). Tiene presencia en Euskadi,
Navarra, Cataluña y Madrid. Es un proyecto cooperativo. Para abrir cuentas
corrientes, actualmente la única opción ética en el Estado español es Triodos
Bank (http://www.triodos.es), que tiene oficina en Madrid y Barcelona, y opera
por internet y por teléfono en todo el Estado. Es un banco ético, con capital
privado y público holandés, que se considera ético porque su financiación va
destinada a proyectos sociales, ambientales y culturales. Se puede encontrar
más información de otros proyectos de financiación ética en el ámbito catalán,
más minoritarios, en http://www.fets.org, Asociación para la financiación ética
y solidaria. También se puede encontrar información de otros proyectos similares
en el resto del Estado en la «red rufas»:
http://www.economiasolidaria.org/redes/red_rufas.
Días más tarde
creamos un foro expresamente con el fin de que los usuarios de la web aportasen
nuevas ideas y propuestas.
Este foro lo
presentábamos así:
Lluvia de ideas: Pensamos que estaría
bien que entre todos empezásemos a hacer un listado-lluvia de ideas sobre proyectos
concretos o alternativas colectivas. ¡Incluso aquellas cosas que en un
principio pueden parecer de lo más ridículo o tal vez demasiado difíciles
pueden «inspirar» ideas en otra gente que puede dar forma a la idea original y,
así, pueden salir proyectos muy concretos y alcanzables!
EL COOPERATIVISMO
De entre las
propuestas que iban saliendo, al cabo de unos días cogieron fuerza algunas
relacionadas sobre todo con la creación de cooperativas. La cooperativa es una
forma jurídica de empresa que permite aplicar la democracia económica, es decir,
una persona, un voto, por mucho que unas personas hayan aportado más capital
que otras. En el ámbito de los movimientos sociales, a menudo se llama
cooperativas a todas las formas de organización asamblearias y participativas
para gestionar una actividad económica colectivizada. Por ejemplo, las cooperativas
de consumo ecológico son aquellos colectivos en que un número de unidades familiares,
que oscila entre una docena y un centenar, se junta para realizar compras
colectivas a campesinos de producción local y ecológica. La base del trabajo acostumbra
a ser voluntaria, aunque también hay modelos mixtos con la profesionalización
que permiten ampliar el número de participantes y ser parte de ellas aunque no
dispongas del tiempo suficiente para participar activamente. Buscando e
investigando sobre las ideas cooperativas, llegué primero a pensar en este
modelo aplicado a la vivienda, es decir, en las cooperativas de vivienda de
cesión de uso.
En el ámbito de la vivienda propongo
como proyecto estratégico la creación de cooperativas de vivienda de uso, donde
los participantes son inquilinos y al mismo tiempo socios de la cooperativa que
es propietaria de la vivienda. Esta idea, que aborta la especulación, sigue el
modelo escandinavo «andel». Ahora es una buena oportunidad para generalizar
esta propuesta porque con unos pocos cálculos cualquier persona hipotecada
podrá darse cuenta de que si deja de pagar su hipoteca y apuesta por este
modelo, podrá aumentar a medio plazo su bienestar y seguridad, y reducir sus
necesidades económicas. Este modelo de cooperativa de vivienda, además de para
el acceso a la vivienda, es importante por todas las relaciones comunitarias
que puede comportar, ya que se pueden generar tareas, espacios y usos comunes
que además ayuden a reducir el impacto ecológico de nuestra forma de vida. Se
trata de realizar una expropiación ciudadana de la propiedad capitalista para
convertirla en una propiedad colectiva, y la cooperativa de uso es una manera
legal de hacerla que puede complementarse con las acciones de desobediencia
civil tipo okupaciones que ya conocemos. Será interesante calcular también,
ahora que las hipotecas afectan a viviendas que se están devaluando, cómo dejar
de pagarlas y apostar por este modelo puede hacer que una familia tenga derecho
para toda la vida a una vivienda digna, sin endeudarse y a una cuota bastante
más baja de lo que cuesta un alquiler. Así pues, creo que esta propuesta es muy
complementaria con la huelga de usuari@s de bancos, ya que las personas que por
voluntad o necesidad pasen a ser morosas se podrán implicar en la cooperativa,
ya que sus aportaciones al capital social no son embargables y en cambio se
pueden retornar si se dan de baja de la cooperativa. Este modelo antiespeculativo
de cooperativas de uso es incipiente en el Estado español, donde ya lo está
popularizando la asociación Sostre Cívic (Techo Cívico), pero es masivo en
otros países como Suecia, Dinamarca y Uruguay. Algunas de éstas son a la vez
modelos de covivienda (cohousing), que enfatizan las relaciones comunitarias
entre los vecinos y, por tanto, son doblemente interesantes. Tengo ganas de ir construyendo
una propuesta sólida sobre este tema, en tiempos de crisis. ¿Alguien se apunta?
Después de pensar en
esta idea, vimos que podíamos tener la solución para motivar a la gente a dejar
de pagar sus hipotecas, ya que si los números demostraban que era más viable, para
vivir en condiciones, dejar de perder dinero en una casa que no sería tuya
hasta de aquí treinta o cuarenta años y dedicarlos a tener pagado un techo en
cinco años, participando de un proyecto colectivo, mucha gente se podría
entusiasmar con la idea. El hecho de encontrar la solución en el ámbito del
cooperativismo fue un gran hallazgo que empezó a dotar de forma todo este
sistema de propuestas.
Investigando con
esta idea en la cabeza, para acabar de darle forma, había visto en unos
estatutos antiguos que «el capital social aportado a una cooperativa no es
embargable». Esto me emocionó, porque podíamos estar ante una piedra de toque
importante, pero antes de echar las campanas al vuelo lo había preguntado a los
abogados del Col·lectiu Ronda, que unas semanas más tarde me confirmarían «que
la aportación social a la cooperativa no sería embargable; sí que lo serían los
excedentes de la cooperativa si se generan, y los anticipos laborales (en
cooperativas de trabajo) en las mismas proporciones que los sueldos».
Después yo mismo
comprobaría que la misma Ley de cooperativas lo tiene en cuenta realmente de
esta manera.
UNA COMUNIDAD DE MOROSOS PARA APRENDER A DARNOS APOYO
A este colectivo de
abogados no sólo les pregunté sobre este tema sino sobre muchos otros, para
poder hacer una buena lista de preguntas y respuestas frecuentes sobre el
no-pago de deudas. La información que se daba era la necesaria para poder dejar
de pagar deudas de manera voluntaria y activista, pero estas respuestas servían
también para la «comunidad de morosos», personas que ya no tenían nada que
perder por probar otro modelo que les ayudara a solucionar sus problemas reales.
Desde que habíamos abierto el foro en la web, éste se había llenado de
comentarios de personas que, afectadas por la crisis u otras circunstancias,
nos exponían sus dudas sobre las deudas y las relaciones con entidades
financieras, preguntas que yo y cada vez más alguna otra persona voluntariosa tratábamos
de responder.
Cuando en el
llamamiento de las páginas centrales de la publicación CRISIS ya había dejado
ir la idea de la creación de un sindicato de morosos, ya se me había ocurrido
el potencial transformador que podía tener este colectivo si se unía, si dejaba
de sentirse mal de manera individual y veía que había muchas personas en
situaciones parecidas con las que podían buscar soluciones conjuntas. Una
persona que le queda a deber a un banco queda excluida de manera involuntaria
del sistema consumista que precisamente desde muchos ámbitos estamos tratando
de transformar. Esta persona ya no puede pedir más créditos, no puede pagar a
plazos en unos grandes almacenes, no puede tener propiedades a su nombre y si
tiene una nómina se la embargan, aunque si ésta no es muy elevada sólo en una
cantidad pequeña. Se trata, pues, de una persona que tiene muy poco que perder
y que al haber sido a menudo una derrotada del sistema está predispuesta a
verle los problemas. En verano de 2008 ya había 2,5 millones de morosos en el
Estado español y ahora la cifra se debe haber disparado, a pesar de que esto no
ocupe las portadas de los medios de comunicación como lo hacen las cifras del
paro. Aunque a menudo las personas paradas y las morosas coinciden, como
persona parada se lucha por la oportunidad de la «reinclusión laboral» y por
tanto hay opciones a parte de la exclusión total, aunque estas opciones sean especialmente
complicadas en una recesión como la que estamos viviendo. En cambio, como persona
morosa, la opción de restablecer el total de la deuda no es una opción deseada
sino un mal trago que si se pudiera evitar se evitaría.
Pensando que las
alternativas que plantea el movimiento por el decrecimiento y muchos otros
movimientos afines, que van en la línea de salir del sistema y crear ahora y
aquí otra manera de vivir, ¿qué público mejor para sumarse a esta alternativa que
las personas que ya están siendo abocadas hacia fuera por el propio sistema
capitalista?
En estos meses, la
web de 17-S se estaba convirtiendo en el principal punto de encuentro para la
comunidad de personas morosas y a menudo embargadas del Estado español, y
ahora, con los últimos descubrimientos en relación con las ventajas legales del
cooperativismo, me hallaba ante la cuadratura del círculo para construir una
propuesta integral que fuera en la dirección de aportar soluciones prácticas a
los problemas reales de las personas. Hacía falta, sin embargo, darle todavía
más forma a la propuesta y por eso me puse a leer la Ley de cooperativas española
a ver si me inspiraba en esta concreción de la propuesta. Allí, lo que me llamó
la atención es que aparecía la «cooperativa integral», que se define como
cualquier cooperativa que integre en su seno más de un objeto cooperativo; es decir,
por ejemplo, que si una cooperativa de vivienda es al mismo tiempo una
cooperativa de servicios, en realidad hay que denominarla y es una cooperativa
integral. Este nombre sonaba muy bien y me parecía muy adecuado a la idea que tenía
en la cabeza, ya que hacía pensar en cooperativizar los diferentes aspectos de
la vida, es decir, en transformarla por completo.
Al mismo tiempo en
que tenían lugar nuestras investigaciones, la web se había ido llenando de recursos
adecuados para todo el mundo que quisiera participar en la huelga de bancos en
cualquiera de sus formas. Entre éstos, añadimos dos cuadros de las opciones
éticas en las que ahorrar, organizados por proyectos, el primero, y por
territorios, el segundo.
Más adelante
añadimos una información detallada de las opciones alternativas para cuentas
corrientes. Ésta es tal vez la cuestión pendiente en la banca ética, ya que
hace falta una estructura ya muy grande para poder ofrecer tarjeta de débito desde
donde acceder a líquido en cualquier cajero y, encima, se necesita el acuerdo
con una de las redes de cajeros existentes en el Estado, que evidentemente
están en manos capitalistas. Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, la
banca ética Triodos ya lleva casi un año ofreciendo tarjeta de crédito, aunque hace
falta un depósito de 1.200 euros para poderla tener. Su tarjeta de débito está
aprobada por los órganos de decisión del banco, pero necesita la autorización
de la red 4B. Por otra parte, el proyecto de Fiare para una cooperativa de
crédito ética todavía no permite cuentas corrientes aunque prevé poder hacerlo
en el periodo de un año, momento a partir del cual empezarían el proceso de
petición de tarjetas. Ésta será una opción muy interesante cuando salga porque
el proyecto dispone de la participación de diversas organizaciones del mundo del
cooperativismo y de los movimientos sociales.
Mientras esta
alternativa ética no se completa, desde la web hemos recomendado las
cooperativas de crédito, que son habitualmente cajas rurales o cajas de colegios
profesionales, como segunda cuenta desde donde realizar transferencias si
tenemos dinero en una banca ética, para poder acceder a líquido.
A finales de
diciembre escribí un artículo que ordenaba muchas de estas ideas para empezar a
dibujar una visión global de los diferentes elementos de transformación que
desde el colectivo Crisis estábamos trabajando. El resultado es el que copiamos
aquí, ya que resume todo este proceso de reflexiones y propuestas que ha ido
evolucionando en los últimos meses:
Construyamos una alternativa
colectiva al capitalismo:
integrando activismo y necesidad en los barrios
Si hay una solución común para todos los colectivos afectados por la
crisis que sea al mismo tiempo un paso hacia una alternativa de sociedad, ésta
pasa por la organización colectiva en el ámbito vecinal y comunitario. Reforzar
las relaciones comunitarias es un medio contra la precariedad vital y al mismo
tiempo una finalidad en sí misma. Volver a la comunidad es uno de los
referentes básicos del movimiento por el decrecimiento, ya que quien aprende a compartir
y a moverse en un entorno solidario, se da cuenta de que el consumismo ha sido
una práctica sin sentido que creó adicción cuando olvidamos que los lazos
sociales no tienen precio. En cambio, la generación de espacios y bienes
compartidos ayudará a reducir el impacto ecológico de nuestra presencia en la
Tierra al mismo tiempo que hará aumentar nuestra calidad de vida. En este
contexto, las cooperativas me parecen el método legal idóneo para agregar voluntades
a una práctica poscapitalista que haga abandonar la propiedad privada en bien
de la colectividad. Además, esta forma jurídica nos permite al mismo tiempo
construir economías colectivas y autogestionarias y protegernos de los embargos
de los bancos y de los estados, estos últimos cada vez más incisivos con la
práctica de las penas-multa como forma de represión. El reencuentro entre los
vecinos en sus barrios debería servir para potenciar, en amplias capas de
población, la autogestión de sus necesidades. Como miembros de una cooperativa en
que cada cual aporte su profesión, oficio, habilidad o simplemente su tiempo,
pueden poner en común productos y servicios entre los asociados cubriendo
comunitariamente parte de sus necesidades y al mismo tiempo venderlos fuera
para poder adquirir los ingresos que les permitan cubrir los gastos monetarios
de su día a día. Este espacio de socialización también puede servir para romper
con las relaciones verticales y mercantiles que han marcado en el capitalismo
actual el acceso a necesidades básicas como la educación y la salud; y que
entre todos podamos poner en común la práctica de aprender a aprender, para así
poder autogestionar nuestra vida cotidiana.
Cooperativas para la autogestión y
asambleas para la auto-organización
Creo que la forma de cooperativa adecuada para dar un marco legal a
quien lo quiera o lo necesite dentro de la comunidad sería una cooperativa que
fuera al mismo tiempo de servicios y de consumo. Esta cooperativa la podemos
llamar cooperativa integral. Como cooperativa se le podría aportar dinero y
patrimonio personal al capital social, sin ningún riesgo de que fuera embargado
y siendo recuperable por cada socio en cualquier momento. La parte de servicios
serviría para dar un apoyo legal a los trabajos de aquellos miembros que tuvieran
clientes que necesitasen factura y al mismo tiempo serviría para los
intercambios económicos que se precisaran entre los miembros. La forma de
cooperativa de consumo permitiría participar a cualquier persona de la comunidad
para ofrecer servicios, y así la cooperativa también permitiría hacer compras
colectivas de cualquier tipo y serviría como medio de autoorganización y ahorro
en las compras que tuviesen que venir de fuera de la comunidad. Las
cooperativas son un elemento importante para organizarse, aunque no el único.
Para construir una alternativa colectiva al sistema actual, cualquier persona,
colectivo o grupo de amigos que pudiera estar interesado en ser parte de este
proceso podría ser necesario y es importante disponer de ellos. Necesitamos
establecer mecanismos de comunicación estables entre todos y espacios de
encuentro, como podrían ser las asambleas de barrio. ¿Qué tengo que contar de
las asambleas de barrio? Ejemplos como Argentina y ahora Grecia nos demuestran que
éstas son uno de los elementos primogénitos de un intento revolucionario. Pero
para marcar la diferencia, el elemento de las cooperativas comunitarias es
clave, ya que es autogestionando la actividad económica y cubriendo nuestras
necesidades como podemos ser fuertes para comenzar un proceso sostenido de
largo alcance. Hace unos meses redacté un proyecto para la creación de una red
de grupos de afinidad, ¡éste sería el momento para llevarla a cabo! En un
ambiente de crisis, la situación de indignación social puede llevar a hacer que
algún hecho concreto, injusto y desgraciado, como ocurrió recientemente en
Grecia con el asesinato de Alexis o a finales de 2001 con el «corralito»
argentino, lleve a la movilización popular para confrontar al poder. Si esto
ocurre, todo el trabajo que hayamos hecho previamente de construcción de
alternativas servirá para este momento, ya que la historia nos ha demostrado
que la espontaneidad tiene un límite y que si la movilización no se sabe combinar
con la autogestión, la chispa finalmente se apaga. Pero la autogestión económica
necesita tiempo. La autoorganización en los barrios que podamos ir avanzando
puede ser muy importante para este momento e incluso si pasan los meses y ya
nos hemos ido organizando y todavía no ha saltado la chispa, podríamos provocarla
nosotros si pensamos que estamos preparados para extender la rebelión
colectiva.
¿Cómo empezamos? ¡Hacia un censo de
personas, colectivos y grupos de afinidad!
¡Para ver quiénes somos y poder entrar en contacto, en primer lugar
contémonos! Podemos aprovechar esta web y la difusión que haremos a través de
la nueva publicación masiva del 17 de marzo para preparar un censo de personas,
colectivos y grupos de afinidad que puedan estar interesados en formar parte de
la alternativa. A partir de un formulario detallado en que la gente se pueda
inscribir como individuo, como grupo o colectivo, y en el que cada inscrito
pueda concretar su interés (cubrir necesidades, producir, organizarse, comunicarse,
tomar la calle, etc.) ya podríamos empezar a funcionar. Dentro de los inscritos
y a través de las mismas preguntas del formulario se recauda la información de
quién se ve con capacidad, motivación y tiempo para dinamizar alguna de las
iniciativas en su barrio o pueblo. La propuesta sirve tanto para el ámbito
urbano como para el rural: ¡tanto vale una ciudad como un valle! El formulario
se convierte en una base de datos que de manera muy sencilla nos permite, a
medida que haya suficiente gente de un mismo territorio, poner en contacto a la
gente del mismo barrio o pueblo que comparta intereses y donde haya personas
dispuestas a dedicar tiempo a organizar las propuestas que salgan. A partir de
aquí podrán utilizar las herramientas de internet (listas, foros locales, red social)
y también los encuentros físicos para empezar a organizarse en cooperativas y
en asambleas.
Interrelaciones con otros proyectos
Esta propuesta forma parte de la estrategia de esta web para aprovechar
la oportunidad de la crisis y está relacionada con otras propuestas e iniciativas
que aparecen en los foros de alternativas económicas y de vida y especialmente
también en el apartado de lluvia de ideas y proyectos concretos. Los activistas
sociales del movimiento por el decrecimiento y otros movimientos
anticapitalistas que también defienden organizarse a escala local, tendrán una
oportunidad para aportar su motivación y sus energías al cambio colectivo. Los
muchos proyectos que están desarrollando estos colectivos serán importantes en
este proceso. Las personas que conocen bien tecnologías y saberes para la
autogestión en cualquier aspecto necesario de la vida las podrán compartir y
extender a las nuevas compañeras y compañeros. Los nuevos deudores
participantes en la huelga de usuarios y usuarias de bancos, así como las
personas en paro, tendrán una alternativa para poder mantener/recuperar su aportación
productiva a la sociedad sin ser embargadas y ahora, además, sin recibir órdenes
de ningún jefe. Las personas morosas podrán combinar las cooperativas
integrales y la propuesta de cooperativas de vivienda de cesión de uso para
poder recuperar una vida con toda la dignidad y estando fuera del sistema
financiero y sin ceder a su chantaje. Como ellos, muchos otros colectivos
también pueden tener mucha mejor cabida en esta propuesta que la que les brinda
el sistema, ya que las relaciones comunitarias basadas en la solidaridad y el
apoyo mutuo podrán dar mejor propuesta a sus necesidades que el mercado
capitalista y el Estado, especialmente ahora en momentos de crisis. ¡Y para
difundir toda esta propuesta integral de alternativa colectiva al capitalismo,
disponemos de su difusión masiva mediante la publicación del 17 de marzo! Organizarnos
nos beneficia a todos; ¿vamos allá?
Tal como habéis
leído, a través de todo este proceso de generación de propuestas también iba
surgiendo la idea firme de hacer llegar a la ciudadanía una nueva publicación
masiva aprovechando la fecha de mi regreso, el 17 de marzo, que había ido
tomando forma como un nuevo día D, como ya os he explicado al final del
capítulo anterior. A finales de diciembre lo hemos presentado públicamente en
la web.
En esta ocasión,
para crear un equipo de trabajo hemos hecho un llamamiento y han ido saliendo
personas dispuestas a dedicarle su tiempo. En paralelo, hemos abierto el foro
para que se hagan aportaciones de ideas en relación con los contenidos. Esta
vez intentaremos hacer una versión en catalán como la anterior, pero además una
versión en castellano para todo el mundo que habla y entiende esta lengua,
abriendo la distribución a todo el Estado español e incluso, y de manera mucho
más minoritaria, a algunos lugares de América Latina. Si no surge ningún
imprevisto, cuando estéis leyendo este libro, esta publicación será ya una
realidad.
Y DESPUÉS DEL 17-M, ¿QUÉ?
Lector o lectora,
cuando estés leyendo este texto, yo estaré viviendo de nuevo en Cataluña. A
partir de mi experiencia pública, se podría abrir un proceso judicial en mi
contra. Ahora mismo no es seguro, es sólo una posibilidad. A finales de noviembre
me enteré de que las cuatro primeras causas penales contra mí han sido archivadas
provisionalmente. Lo hacía público y lo explicaba el 18 de diciembre en un
comunicado:
Escribo para informaros en primer
lugar de cuál es mi situación legal tres meses después de haber hecho pública mi
acción de insumisión financiera. A día de hoy, el juzgado de instrucción núm.
29 de Barcelona ha recibido cuatro denuncias penales contra mí, que han hecho
las siguientes entidades: La Caixa, Bancaja, Caixa Sabadell y Bankpime. La
actuación del juez ante este sumario ha sido el archivo provisional del caso.
La causa de este archivo no ha trascendido, aunque todo indica que con el
argumento de que estoy fuera del país, el juez ha preferido archivar las causas
al menos hasta mi regreso, en vez de citarme a declarar y tener que ponerme en
búsqueda, con el impacto mediático que probablemente tendría esto. Para reabrir
el caso haría falta en todo caso que alguna de las entidades que me acusan o el
fiscal del Estado lo reclamara. No tenemos información del resto de las
dieciocho denuncias penales, cuya existencia declararon los Mossos d’Esquadra
ante la prensa el pasado 17 de octubre, pero en todo caso, según mi abogado, lo
más probable es que, si llegan más, se las pasen al mismo juez y sean
archivadas en las mismas condiciones que las anteriores. El archivo provisional
del caso y la falta de información en los medios de comunicación son dos nuevas
muestras del silenciamiento oficial que interesa que se mantenga sobre mi
acción. Como respuesta a este silenciamiento, quiero pediros que os apuntéis en
la agenda la fecha del 17 de marzo, seis meses después del 17-S y quince días
antes de la segunda cumbre del G-20, cuando será un buen momento para volver a
casa y defender mi libertad.
Pocos días después
de transmitir este comunicado, desde el colectivo Crisis confirmábamos la
declaración de esta fecha como nuevo día D.
Desde el colectivo Crisis hacemos
pública la intención de editar una nueva publicación masiva para el 17 de
marzo, coincidiendo con el regreso de Enric. Así como la publicación CRISIS del
17 de septiembre priorizó la denuncia de la banca y la contextualización de la
crisis sistémica actual, esta nueva edición queremos que esté más centrada en
propuestas concretas de acción que podamos hacer llegar a la gente que quiera
empezar a dar pasos para cambiar su manera de vivir y ser más libres en
relación con el poder financiero y político. Una publicación, en resumen, para aprovechar
la oportunidad de transformación que significa la crisis.
Hasta aquí la
evolución de las propuestas en el momento del cierre de este libro. Podéis
estar atentos a la web http://www.17- s.info porque estas alternativas
están en continua evolución y seguro que habrá más alternativas nuevas con el
tiempo.
JUICIO POPULAR A LA BANCA
Desde que decidí
llevar a cabo mi acción de insumisión bancaria tan pensada, uno de los temas
que me ha ido rondando por la cabeza es buscar algún elemento legal que, si se llegaba
a un supuesto juicio, pudiera darme la razón también en el ámbito legal en este
asunto. Ya no sólo para evitarme una pena de cárcel, sino sobre todo también
para crear jurisprudencia, es decir, para que hubiera un precedente que
demostrara que la forma de actuar de la banca, con sus privilegios en la creación
de dinero y la cadena de chantajes que se hacen a las personas que caen en las
cadenas del crédito y del pago de intereses, no sólo es ilegítima sino que
además es ilegal. No puede ser que esto mío sea legal, pensaba, porque no
habrán tenido la vergüenza de aprobarlo en un papel de ley y, en cambio, ignorarlo
totalmente en la práctica...
En el foro 17-s.info
escribí estas curiosidades para ver si se podían investigar más a fondo:
Abro este tema para compartir unas
reflexiones y si alguien se quiere animar, montar un pequeño equipo de trabajo para
denunciar a los bancos (todos en general) porque se apropian ilegalmente de las
propiedades de los demás a través de los embargos, entre otras proezas.
La cuestión es que:
— Si la función de los bancos
privados es crear dinero a través de créditos, gracias al hecho que el banco
central les ha dotado de unos privilegios a través de un reglamento que hace
que sean las únicas entidades que pueden prestar un dinero que no tienen;
— Si es una constitución «democrática»
de un estado la que ha dado al mismo tiempo permiso a un banco central para
gestionar estos privilegios bancarios;
— Si los bancos ya hacen sus
beneficios con los intereses y las comisiones y, en cambio, el capital
retornado de un préstamo igualmente desaparece como dinero;
— ¿Cómo es que cuando alguien no
puede pagar un préstamo, es el banco quien se puede quedar su propiedad o parte
de su nómina?
— ¿No debería pasar a ser de
titularidad pública (es decir, de todo el mundo) esta propiedad embargada, puesto
que en última instancia ha sido el Estado (¡todo el mundo!) quien ha hecho que
un banco tenga esta función?
— Se trataría de buscar en las leyes
españolas y europeas más información con el objetivo de investigar si podríamos
constituir una acusación popular a la banca por apropiación de bienes, basándose
en el hecho de que los contratos hipotecarios y de préstamo se apoyan en la
mentira de que los bancos dejan un dinero que es suyo.
¿MI ACCIÓN ES LEGAL?
Ahora mismo hay tres
compañeros abogados investigando sobre este tema y todavía espero su
valoración. Entretanto, nunca he dejado de investigar por mi cuenta y a raíz de
esta especie de «consultoría gratuita para problemas de deudas» que se ha
generado en la web, aún me he avezado más a buscar información. Así, he descubierto
más cosas aún que me podrían ayudar a constituir la defensa misma de mi acción.
He leído detenidamente los principios generales que regulan el Código Penal del
Estado español, que queramos o no es el documento que nos relaciona con los órganos
judiciales y represivos que se ponen en nuestras vidas.
En el Código Penal
he encontrado un apartado que me ha hecho pensar mucho, y es el siguiente:
Capítulo II
De las causas que eximen de la
responsabilidad criminal
Artículo 20 del Código Penal: Están
exentos de responsabilidad criminal: 5. El que, en estado de necesidad, para
evitar un mal propio o ajeno lesione un bien jurídico de otra persona o infrinja
un deber, siempre que concurran los siguientes requisitos: Primero. Que el mal causado
no sea mayor que el que se trate de evitar. Segundo. Que la situación de
necesidad no haya sido provocada intencionadamente por el sujeto. Tercero. Que
el necesitado no tenga, por su oficio o cargo, obligación de sacrificarse.
7. El que obre en cumplimiento de un
deber o en el ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo. En los
supuestos de los tres primeros números se aplicarán, en su caso, las medidas de
seguridad previstas en este Código.
¿Significa esto que
incluso la ley me da la razón y que mi acción, además de ser ética y legítima,
es también totalmente legal?
Creo que, en
general, además de buscar información legal de la banca en relación con los contratos
de crédito, puede ser también muy interesante y aleccionador recuperar aquellos
preceptos de sentido común que alguna vez, en un mundo no tan desorientado de
principios como el que nos gobierna hoy, algún grupo de juristas dejaron
escrito en este código.
Creo que en este libro,
así como en la publicación CRISIS, ha quedado bien demostrado que he actuado
como lo he hecho por un estado de necesidad ajeno, el de la sociedad y las futuras
generaciones. También he actuado para el cumplimiento de un deber, el deber de
hacer lo que esté a mi alcance como activista social y como persona para sensibilizar
sobre los aspectos más críticos de nuestro presente.
Así pues, estos dos
conceptos, el de «estado de necesidad» y el de «cumplimiento de un deber» se
pueden convertir en una nueva herramienta para la acción solidaria para
desobedecer a la banca y al resto de poderes dominantes en nuestra sociedad, que
movidos por quién sabe qué ambiciones o por qué falta de autoestima, siguen
insistiendo en llevarnos a todos por el camino de la catástrofe ecológica, así
como por la vía de la precariedad vital y de la soledad y la competencia en las
relaciones sociales.
Es el momento de
levantarnos para cumplir nuestro deber como personas, que es desobedecer a la
banca, a los gobiernos y a todo el mundo que pretenda hacernos continuar con
este sistema económico destructor de vidas y de futuros. No es una utopía sino
una necesidad y una clara muestra de sentido común y buena voluntad. Lo acepten
o no los jueces, el derecho está de nuestra parte. Tal como decimos al
principio del capítulo, tenemos que ser partícipes del cambio si realmente
queremos ser libres y apostar por una forma de vida diferente de la que tanto
criticamos o que tan poco nos gusta. Tenemos que lograr vencer el miedo, ser
actores vivos y atentos de nuestras vidas intensas, actuar en la dirección que
queremos y ser nosotros mismos el cambio que queremos ver en el mundo.
DESTINO DE LOS INGRESOS DEL LIBRO
Como autor de este
libro he firmado un contrato con la editorial Ara Llibres por el que renuncio a
la remuneración económica de mis derechos de autor con la condición de que el
10 por ciento del precio de venta de cada libro a partir del ejemplar vendido
número 1.228 vaya a los proyectos del colectivo Crisis, ingresos que serán gestionados
colectivamente por las personas que participan en él, para que puedan poner su
grano de arena para hacer que todas las iniciativas que se han explicado en
este capítulo y las que sigan surgiendo puedan llevarse a cabo.
Por otro lado, el 10
por ciento de los beneficios de cada ejemplar vendido hasta el número 1.227
servirá para remunerar el trabajo que ha hecho posible que ahora tengáis este
libro entre las manos.
Así, los bancos
tampoco me podrán embargar estos ingresos, porque no los tendré.
Este acuerdo será
extensible a todas las traducciones y ediciones que se hagan del libro, en las
que desde el primer ejemplar vendido, este 10 por ciento irá a los proyectos de
transformación social que se elijan en cada momento. En el caso hipotético que
el colectivo Crisis dejara de estar activo, se elegiría otro proyecto que
comparta sus objetivos. De este modo, la publicación de este libro cumple
también con los tres objetivos fundamentales que me hicieron llevar adelante mi
acción: denunciar el sistema actual, inspirar nuevas acciones y financiar a los
movimientos sociales. No podría hacerlo de otra manera, puesto que dar ejemplo
es el mejor modo de promover otra manera de hacer y de vivir. Seamos el cambio
que queremos.
Anexo
REACCIONES EN LA BLOGOSFERA: HABLANDO
DE ENRIC DURAN
http://www.ventdcabylia.com/2008/09/jo-vaig-conixerlenric-
duran.html
Al paso meteórico
que lleva, éste tendría que ser el titular:
«Yo conocí a Enric Duran.» 32 años y acaba de realizar una de
las acciones antisistema más audaces de los últimos tiempos: ha expropiado
492.000 euros a 39 entidades bancarias mediante 68 créditos que le han concedido
y que no piensa devolver, conscientemente, como acto de desobediencia civil
para cuestionar la injusticia del sistema crediticio y financiero promovido por
los bancos. Lo cuenta en la revista CRISIS, hecha ad hoc con una tirada de
200.000 ejemplares; explica sus motivos, el procedimiento y el porqué de la
injusticia de la banca. Ahora, ante la más que previsible amenaza de ser amenazado
de estafa y resultar condenado a una pena de entre tres y nueve años de cárcel, ha anunciado que procederá a su
«desaparición física».
Y ante esta
desaparición sonada lo único que puedo decir en el terreno personal es que,
como muchísima otra gente, «le conocí». Era la época, hace ya ocho años, de la
consulta popular organizada por la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda
Externa —que posteriormente ha desembocado en el Observatorio de la Deuda en la
Globalización—, del viaje a Praga contra el FMI y el BM, y de las Redes de
Resistencia Global, que en Valencia se materializaron en el MRG Colectivo «Pa
amb Tomaca» —porque la primera acción fue el reparto de pan con tomate delante
de un McDonald’s—. Entonces conocí El Lokal (en el Raval barcelonés), donde distribuyen
los interesantísimos libros de Virus Editorial —especialmente los de Ramón Fernández
Durán— o la incansable revista Illacrua, y me di cuenta de que, al menos en
Barcelona, existía todo un mundo de luchadores antisistema, organizados, valientes
y extraordinariamente firmes.
Enric frecuentaba
este mundo y al menos desde entonces ha sido uno de esos luchadores tenaces,
impulsando decenas de proyectos que tratan de construir un mundo diferente. No en
balde uno de los lemas más recurrentes de este movimiento alterglobalizador ha
sido y es «Otro mundo es posible», más justo y más solidario. Enric nunca se ha
escondido y la policía secreta, la que va a las «manis» disfrazada de
manifestante, que asiste a las charlas «camuflada» de público y que navega por
internet para enterarse de lo que hace el «enemigo», bien sabe quién es. Ahora,
con su acción ha dado la campanada pública, lo que le obligará a ser un prófugo
y alejarse un poquito. Como mínimo, sin embargo, su atrevimiento merece que nos
informemos sobre sus motivos y que seamos un poco más conscientes de la estructura
de la sociedad en la que vivimos.
CRISIS
http://desdelilla.blogspot.com/2008/10/crisi.html
Todavía quedan
espacios para el heroísmo en esta mediocre sociedad. Eso mismo pensé al
enterarme de la historia del filántropo que ha financiado la publicación
CRISIS.
Los contenidos de
CRISIS, que imitan las páginas de economía de cualquier periódico, pegan allí
donde hace daño, cuestionan el siniestro y oscuro sistema económico vigente: el
capitalismo. Y lo más curioso es que, a pesar de encontrarnos completamente
inmersos en él, su funcionamiento nos es desconocido. Porque, ¿cómo funcionan
realmente los engranajes de esta máquina de generar injusticia?
Esta publicación, en
unos cuantos esbozos, trata de aclarar este turbio asunto. Y lo hace con un
lenguaje muy comprensible, al contrario de lo que acostumbra a pasar con la
críptica información financiera. Así, analiza diversos aspectos de la crisis actual,
basada en el sistema bancario internacional, el agotamiento de los recursos
energéticos, la relación entre el capital y los medios, la crisis alimentaria
que nos acecha, las amistades peligrosas entre el poder político y el
económico, etc.
Y además, para no
librarnos a un panorama apocalíptico sin solución, apunta a los movimientos
sociales y a la resistencia civil como única alternativa a esta locura en la
que se nos embarca desde el nacimiento llamada capitalismo. Tal vez es hora de
que los movimientos sociales se planteen que sólo hay una vía: la Revolución.
El sistema no se puede reformar si no cortamos de raíz la cepa podrida, nuestro
planeta, con todas sus criaturas, está perdido. Así de claro. Y los principales
actores de esta pantomima son los bancos. Empresas que nunca corren ningún
riesgo, ya que los gobiernos de turno correrán a salvar sus culos de los problemas
que ellos mismos crean con su salvaje especulación.
Digámoslo alto y
claro: los bancos nos roban. Con lo que nos hurtan financian guerras, aniquilan
el medio ambiente, pagan la explotación, el genocidio, el hambre, la corrupción
de gobiernos títeres del Tercer Mundo... Juegan con nuestras vidas como un
chiquillo juega a aplastar hormigas, juzgando que es una crueldad
insignificante y necesaria.
Por eso, lo más
importante detrás de la aparición de CRISIS es la persona (o personas) que ha
decidido revelar las contradicciones del sistema crediticio defraudando unos
492.000 euros en créditos a un buen puñado de entidades de todo tipo. Lo ha
hecho conscientemente y haciendo frente a todas las consecuencias, y ha
repartido gran parte de los beneficios entre los movimientos sociales. Además,
con este dinero se ha financiado esta publicación, de la que se repartieron
gratuitamente unos 200.000 ejemplares, casi nada...
En fin, mi más
sincera admiración por este Robin Hood moderno. Me pongo en pie y me reconcilio
un poco más con nuestro país de pasotas, pero que ha generado tantos y tantos románticos
valientes y temerarios. El romanticismo no es ni más ni menos que la mayor
muestra de amor al prójimo que conozco. Todo mi respeto.
ENRIC DURAN
http://ketanavadir.blogspot.com/2008/09/
enric-duran.html
Ya tenemos aquí al
nuevo Jerôme Kerviel catalán. Pero con la gracia añadida que lo hace en actitud
altruista y así como más de nuestra tierra.
Ante el megacrack
financiero que estamos viendo esta semana, Enric Duran ha decidido cagarse en
los bancos a título personal. A copia de Tippex, cinta adhesiva y mucho morro, ha
dedicado parte importante de su tiempo a estafar a entidades de crédito y ha
pedido pasta a diestro y siniestro a Caixa Catalunya, el BBVA, el Banco Popular,
el Santander, el Deutsche Bank y un impresionante etcétera hasta 39 —TREINTA Y
NUEVE— entidades, hasta llegar a la colosal cifra de 492.000 euros.
¿Y qué ha hecho con
la pasta nuestro venerado, enaltecido y nunca lo bastante ponderado Robin Hood
de los bosques? ¿Una vuelta al mundo? ¿Sesenta Porsches Cayenne? No. Enric Duran
ya las ha visto de todos los colores. Enric Duran ha editado una revista que se
repartirá mañana por toda Cataluña en la que explica cómo ha perpetrado este
engaño de tanta importancia y hace saber a todo aquel que quiera escucharle que
no piensa devolver ni un euro. También hace notar, para quien no se haya dado
cuenta a estas alturas, con los Lehman Brothers muertos y enterrados, que los
bancos son una caca y que ya se pueden ir a tomar por saco. Con los 360.000
euros que le han sobrado, ha cogido una maleta y se ha fugado del país.
Enhorabuena, Enric.
Te mereces todos y cada uno de los 360.000 euros que te has llevado.
Disfrútalos antes de que te pillen y acabes en la cárcel de Quatre Camins. Yo
te vendré a ver con una fiambrera de lasaña, y si mi admiración sigue in crescendo,
tal vez accederé incluso a un vis a vis.
UNA ESTAFA ANTISISTEMA
http://oconnorabogados.wordpress.com/2008/09/17/
una-estafa-antisistema/
De todos es sabido
que Cataluña siempre ha sido la cuna del surrealismo y el modernismo; en ella
han nacido artistas de la talla de Joan Miró, Salvador Dalí, Antoni Tàpies,
Antoni Gaudí..., por citar unos cuantos.
Hoy he tenido
conocimiento, por distintos medios, que en distintas ciudades catalanas se ha
repartido una revista gratuita llamada CRISIS editada por un grupo de jóvenes
antisistema que se denominan «Colectivo temporal Crisis». La idea de repartir
la revista estaba premeditada desde el mes de agosto de 2008.
En ella, un joven de
32 años llamado Enric Duran se jacta de haber solicitado préstamos bancarios
por un importe total de 492.000 euros, creando una apariencia de solvencia a
través de una nómina falsa ideada por él mismo y de una empresa para poder
justificar determinadas inversiones.
Para mayor vanagloria
afirma rotundamente que no piensa devolver el dinero y que es plenamente
consciente de la ilicitud de sus acciones y de la pena que puede llevar
acarreada la comisión de los presuntos delitos.
Nos encontramos sin
duda ante un presunto delito de estafa y otro de insolvencia punible de los
muchos que se cometen a todo lo largo y ancho de nuestra geografía y que
inundan de expedientes judiciales nuestros juzgados de instrucción, con la
peculiaridad de la confesión y divulgación de los mismos por parte de su
presunto autor.
A estas alturas
desconocemos si lo narrado por este sujeto en la publicación es real, o se
trata de una maniobra para llamar la atención de los medios de comunicación,
puesto que no se ha producido ningún tipo de declaración por parte de ninguno de
los 39 bancos, cajas o entidades de crédito supuestamente afectados.
En los próximos días seguro que sabremos más
acerca de estos hechos.
GOLPE ANTISISTEMA EN PLENA CRISIS
http://sinfuturoysinunduro.com/2008/09/17/17sgolpeantisistema-en-plena-crisis/
Wall Street temblando. La Reserva Federal salvando a las empresas
de la quema. El petróleo, aunque haya bajado, por las nubes. Ciudadanos
ahogados por la crisis y las hipotecas. Y llega un joven antisistema de 32
años, llamado Enric Duran, y se apropia de más de 492.000 euros engañando a
diversas entidades financieras españolas y extranjeras con una nómina falsa y
una empresa ficticia. No contento con eso, invierte parte de este dinero en
repartir durante el día de hoy en 150 puntos de Cataluña una revista de forma
gratuita, con el nombre en catalán de CRISI y de la que ha editado 200.000
ejemplares. Hace casi un mes, ya estaba reclutando gente a través de su página
en internet para repartir un diario. Pero éste es y será el primer y último
número de esta publicación, que recuerda a aquellos primeros diarios que se
repartían durante la Revolución Francesa. [...]
DURAN, EL CONCELLER DE ECONOMÍA QUE NOS HACE FALTA
http://blocdelvilalta.blogspot.com/2008/09/duranel-conseller-deconomia-que-ens.html
No; no me refiero al
españolista de la Llitera. Aquél lo que quiere es ser ministro de otro país. El
Duran al que hace referencia el título era, para la mayoría de la gente, un
desconocido: Enric Duran. Ayer su nombre saltó a todos los medios tras hacer
público, mediante una publicación autoeditada, que había recuperado 492.000 euros
en las principales entidades bancarias del Estado. A continuación, el vídeo
donde explica sus razones.
Para que la acción de
Enric sea lo más efectiva posible —y para preparar la respuesta a la represión
en el momento que ésta llegue— hay que dar la máxima difusión a su acción, ya sea
repartiendo CRISIS, haciendo correr correos electrónicos o publicando
artículos. Este post, de título tarambana para llamar la atención, pretende ser
un granito de arena en este sentido.
EL ROBIN HOOD CATALÁN (TAMBIÉN LLAMADO ROBIN DE LOS BANCOS)
http://responsabilitatglobal.blogspot.com/2008/09/el-robin-hood-catal-altrament-dit-robin.html
Toda la prensa recogía ayer la noticia de la presunta estafa solidaria:
un activista consigue 492.000 euros en créditos para movimientos sociales y se
da a la fuga.
Este activista es un
émulo de Robin Hood y se llama Enric Duran. Se trata de un joven catalán de
Vilanova i la Geltrú —como quien os escribe— que en un día ha pasado a ser
ampliamente conocido y su peripecia —¿o crimen?— está en boca de todo el mundo.
Hoy mismo he recibido
un correo que Enric Duran, el activista en cuestión, envía a todos los
suscriptores del boletín de www.moviments.cat, que elaboraba él. Y nos informa
con toda normalidad que, a causa de las conocidas circunstancias, esta semana
no podrá enviar el boletín, pero que no hay que preocuparse porque la semana próxima
ya continuará haciéndolo llegar desde el lugar del mundo donde pueda vivir
escondido durante unos años. [...]
Comentarios
Más allá de las
consideraciones morales y legales, queremos mostrar nuestra sorpresa por la
relativa facilidad con la que este joven ha demostrado poder engañar a la banca
y también la admiración por las causas por las que manifiesta haberlo hecho.
Parece evidente que la
acción se ha hecho desde unos valores y por unas ideas. Plantea cuestiones de
fondo y lo hace en un momento de crisis económica y ante la falta de
transparencia sobre muchas de las causas de ésta. Y al mismo tiempo ha venido
acompañada de una buena acción comunicativa, por medio de la revista CRISIS, que
ha editado y repartido a gran escala.
Aun así, no es ésta
una acción aconsejable ni por su ilegalidad y el riesgo de cárcel, ni por las
consideraciones morales sobre la acción.
Pero llegados a este
punto, nos inquieta la incapacidad que ofrece el sistema político para dar canal
y respuesta a planteamientos críticos sobre el actual modelo y poner encima de
la mesa las carencias evidentes en la democracia y la gobernación.
No estamos en contra
de hacer una cosa que vaya contra la ley si se hace con el objetivo de cambiar
la mencionada ley y se hace desde razonamientos éticos. No podríamos criticar a
quienes se saltan la ley en una dictadura si nos referimos a leyes
manifiestamente injustas y son burladas con el objeto de modificarlas siendo
imposible hacerlo por medios pacíficos.
Pero en democracia
no sería correcto realizar acciones contrarias a la ley si éstas además no
pueden ser hechas de manera generalizada por parte de toda la población. Podemos
aceptar que ante una ley injusta o una diferencia fundamental de criterio una
colectividad pueda hacer algún tipo de objeción (de conciencia, fiscal...). Si
ésta fuera llevada a cabo por todo el mundo, obligaría a cambiar la ley. Pero
cuando hablamos de un robo, es evidente que no puede ser efectuado por todo el mundo
y que quienes fuesen robando acabarían perjudicando a quienes no lo hiciesen...
Ni que sea por reducción al absurdo, ésta no puede ser una buena medida... Pero
tal vez servirá para alertar y hacer reflexionar sobre la situación a los
auténticos culpables.
Ya tenemos a un
nuevo Robin Hood. O, remitiéndonos a nuestra propia tradición, un nuevo
Serrallonga.
EL QUE LA HACE LA PAGA
http://delaguard.blogspot.com/2008/09/qui-la-fa-la-paga.html
Mientras el sistema
hace agua aunque sea con cuentagotas (ayer las bolsas y sobre todo la
financiera mayor del mundo), aquí tenemos una noticia que ha saltado hoy, a
pesar de que ya hacía tiempo que se arrastraba, que no sólo ayuda a desplomar un
poquito más el sistema sino que lo pone en entredicho; el pequeño pone el dedo
en la llaga del poderoso. Además, la noticia tiene un componente brillante de
justicia y de elegancia magistral.
Resulta que un tal
Enric Duran, recogiendo la tradición más romántica del anarquismo de los años
treinta, ha conseguido, a base de trucos, engaños y aprovechándose al máximo de
la burocracia del sistema, «robar» (o sea, embolsarse y no devolver) 492.000
euros de los bancos para destinarlos a luchas sociales de nuestro país. Brutal,
¿no? Todo esto lo ha ido forjando durante dos años y ahora se ha publicado en
una revista, CRISIS, de un sólo número y con una tirada de 200.000 ejemplares
(¡pagada con el mismo dinero, buenísimo!), que explica la historia y aprovecha
también para, aunque se digan muchas verdades, hacer un poco de retórica y
lanzar los tópicos de siempre contra el capitalismo y el neoliberalismo
mundial.
Enric, el enlace
directo a través de 400 años con Joan de Serrallonga, evidentemente se ha
escondido o se ha marchado del país, puesto que el delito, no sé si sería
considerado como supermoroso o terrorista social, estoy seguro de que es
importante. A mí sólo me queda felicitarle y desearle mucha suerte en esta
nueva vida de fugitivo, y pedir tal vez a Jaume Arnella un romance dedicado a
este justiciero social del llano de Barcelona, tal como se lo dedicó al
bandolero de las Guilleries.
ENRIC DURAN, JUSTICIERO POÉTICO
http://blocs.mesvilaweb.cat/node/view/id/106634 (Per Tutatis)
Si todavía no os
habéis enterado, podéis leer la noticia en Vilaweb. El caso es que este hombre
ha estafado a los bancos. Por una vez han recibido ellos el golpe, y si esto
despierta simpatía por algo será. A mí me enseñaron que, a esto, se lo llama justicia
poética.
No sé si Allan Moore
estará al caso de lo que ha pasado (o si ya no presta atención a este plano de
la realidad), pero opino que podría hacer un buen personaje de Enric Duran. El
cómic podría empezar así: Remember, remember the 17th of
September... En fin, no
me diréis que el asunto no es novelesco.
EL ROBIN DE LOS BANCOS
http://www.buscantawally.net/2008/09/el-robin-dels-bancs.html
Supongo que habréis
oído la noticia por televisión. Enric Duran, de 32 años, tras estafar 492.000
euros a diferentes entidades financieras, ha dado esta cantidad a diversas
organizaciones, además de pagar los costes de la publicación del único número
del periódico CRISIS, del que se han repartido 200.000 ejemplares por toda
Cataluña. En él, Duran explica que desde hacía dos años estaba preparando las
estafas, y comenta con todo tipo de detalles las estratagemas que ha utilizado para
engañar a los bancos y conseguir que éstos le cediesen un crédito sin demostrar
ningún aval real. En el mismo reportaje muestra exactamente qué cantidad ha
robado de cada banco, entre los que se encuentran Caixa Catalunya, Caja Madrid,
La Caixa o el BBVA. En total han caído 39 entidades, de las que ha sacado 68
créditos.
Evidentemente, se ha
marchado del país, aunque de momento ninguna caja ni banco le ha denunciado y,
por tanto, en teoría nadie le podría detener. Además, los Mossos d’Esquadra han
comentado que no persiguen a morosos, pero que si se confirmase que utilizó
documentación falsa la cosa tal vez cambiaría.
CARTA ENVIADA AL DIARIO EL PUNT
(Y NO PUBLICADA DURANTE MÁS DE VEINTE DÍAS)
Como es sabido,
Enric Duran, activista de los movimientos sociales, expropió una cantidad
cercana al medio millón de euros a diversos bancos y cajas, mediante la demanda
simultánea de créditos, sin intención de devolverlos, y repartió el importe
entre varios movimientos sociales.
Hay que decir sin
tapujos que la acción de Enric es ilegal, pero legítima. Mejor dicho: es
contraria a las leyes humanas pero acorde con las leyes divinas. En la
eternidad deben haber celebrado su acción, tal como la hemos celebrado muchas
personas de buena voluntad.
Los bancos se
apropian de muchos recursos de la sociedad, de manera legal, pero de acuerdo
con unas leyes injustas. Y cuando la cosa les va mal, «su» gobierno tiene con
ellos una generosidad que no tiene nunca con nadie más.
Es justo y legítimo
hacer que los bancos cumplan una función social, que es obligada. Esto se
tendría que hacer de otras maneras, a través de la Administración, pero si no
se hace así... Los bancos, con sus enormes capitales, sus operaciones, limpias y
sucias, y sus fabulosos beneficios, se merecen que se actúe con ellos de este
modo. Enric se ha convertido en un referente de justicia social.
ANTONI FERRET
Barcelona
NÚMERO ÚNICO
http://www.javierortiz.net/voz/pako/numero-unic
Este blog no es un
cuaderno de bitácora. Este mes y medio largo desde luego he navegado,
cibernáuticamente hablando, bastante; pero no he dejado aquí ni una triste —ni una
alegre— anotación. La de hoy sí que creo que me es necesario hacerlo. El asunto
es de punto y aparte. Me es materialmente imposible plasmarlo en una pantalla,
y para que os hagáis una idea de los contenidos de este periódico a cuatro
tintas de veinte páginas inserto el típico clica en este banner...
A saber si mañana
será válido el enlace. A día de hoy lo es, hospedado en
http://polaris.moviments.net:8000/
A ver.
Por más que intentase
transmitir la sensación que tengo me va a costar. A la izquierda del teclado,
el cenicero y el reloj. Lo de siempre. A la derecha del ratón, un ejemplar de
entre los 200.000 que Enric Duran ha hecho imprimir del «número único» de
CRISIS. Un ejemplar que transmite unas sensaciones que no se pueden (no puedo
al menos yo hoy) expresar «por internet». Hay que tocar ese papel salmón y
luego pellizcarse para comprobar que es cierto, que existe, que hay 200.000
ejemplares más de esta edición revulsiva. Si el imperialismo y la guerra son la
fase posterior del capitalismo..., ¿no será este tipo de revulsión la fase
posterior a la (presuntamente desarticulada) Revolución? Creo yo que así es.
No es otro panfleto
más, no es otro dazibao más, no es otro «un libro» más, pero me trae a la mente
lo que Zamenhof decía: no quería considerarse Creador (aceptaba como mucho lo
de Maestro) pues solamente se consideraba Iniciador.
Es muchísimo más
importante iniciar algo nuevo, como hoy ha hecho Enric Duran.
Enric Duran, muchas gracias.
Tenía que hacerse alguna cosa nueva.
La has hecho. Caray si la has hecho.
Y buena. Y muy bien. Recibido. Y
ahora...
Adelante la gente indignada.
Hace falta revulsión
ante una realidad indigna, ante tantas mentiras indignantes. No pararemos. Y no
nos moveremos hacia el matadero de ánimos como quieren, como animales de rebaño,
sino hacia donde nuestro deber «revulsionario» nos lleve. Nos moveremos hacia
la consecución de los derechos sociales, culturales y económicos. Y no nos
dejaremos parar ni «recuperar».
Haciendo camino,
abriendo vías. Tejiendo red a pie de calle, haciendo que el mensaje llegue, que
el instrumento (este nuevo instrumento) crezca y que nuestras indignaciones
sean más fuertes que sus medios de desinformación masiva.
Comunicar. Un 17-S,
200.000 17-S, 7.000 millones de 17-S.
Llámalo consigna
como la de los vietnams. Da igual. Es el nuevo camino, el nuevo instrumento:
convertir la sorpresa en un arma de liberación masiva.
De nuevo, Enric,
muchas gracias por hacer lo que has hecho.
LA MEJOR JUGADA DE QUIQUÍN
http://elbarzal.blogspot.com/2008/09/la-mejorjugada-de-quiqun-quiqun-era.html
Quiquín era nuestro
vecino durante las vacaciones, cuando mis hermanos y yo ya estábamos en la
adolescencia y él, aún, en la infancia. Quiquín recorría cada día los escasos
50 metros que separaban su casa de la nuestra con su juego de lógica favorito,
el Estratego, bajo el brazo. Se plantaba ante nosotros y con voz inocente y
resuelta nos soltaba la pregunta más temida por los cuatro hermanos: ¿quién
quiere jugar una partida?
Quiquín era un niño
espabilado, mucho. Yo diría que muy listo. Y también perseverante, mucho. Diría
que en ocasiones nos parecía algo plasta. Pero no nos podíamos negar a jugar un
rato con él, porque también era un buen chaval, educado y amable. Tras la
fiebre del Estratego vino la del ping pong. Quiquín volvía a hacer los 50
metros que separaban su casa de la nuestra invariablemente, cada día, durante
los dos meses de verano, con su pala y sus pelotas de ping pong. Ahí solía
librarme más veces, porque los sacrificados compañeros de juego solían ser mis
hermanos. Fueron muchas horas de pelota a un lado y a otro, de torneos y
campeonatos. Le daba rabia perder, pero era perseverante hasta el agotamiento.
Pasados los años, Quiquín dejó de venir los veranos a nuestra casa, y también a
la suya. Veraneaba con su madre y no frecuentaba tanto el que se convirtió en
hogar habitual de su padre.
Durante años he
sabido más bien poco de él: que estudiaba en la universidad, que ganaba
campeonatos de ping pong, que formaba parte de algún movimiento social en
contra de la globalización... Hasta hoy. Leyendo el periódico he visto la foto
de Quiquín. No le hubiera reconocido de no ser porque aparecía también su
nombre completo y datos biográficos inequívocos. Quiquín es Enric Duran, el hombre
(ahora ya) que ha «estafado» 492.000 euros a una treintena de entidades
bancarias para denunciar el sistema capitalista, reírse de él, hacerlo público
y llamar a la desobediencia a todos los clientes atados a hipotecas y demás
formas de negocio del poder económico.
Lo ha hecho con
inteligencia y constancia, trabando un complejo sistema que incluye la creación
de una empresa ficticia y la petición de 68 créditos concedidos en base a
documentación fabricada por él mismo. Después lo ha publicitado en una
publicación gratuita, consiguiendo una difusión inusitada, y finalmente ha
explicado a un sinfín de medios su hazaña y se ha reído del sistema financiero
y de aquellos que se frotan las manos a costa de las miserias de los
contribuyentes. Leo en las múltiples informaciones en las que Quiquín es
protagonista que no teme a la justicia y que no devolverá el dinero, sino que
lo destinará a organizaciones no gubernamentales y a movimientos sociales.
Toda una jugada
maestra, la mejor del incombustible vecinito. Debo reconocer que hoy me he
sentido orgullosa de haber compartido largas horas con él durante muchos
veranos, incluso de haberle ganado en alguna ocasión al Estratego.
Epílogo
Un epílogo y una propuesta: La banca
ética
UN EPÍLOGO…
El día en que nuestras
calles se llenaron de un puñado de páginas de color salmón con el título de
CRISIS se generó un debate en nuestra sociedad y, especialmente, entre algunas personas
que conocíamos a su autor: Enric.
En una operación
mediática exitosa, Enric logró captar la atención de mucha gente. Los medios
hablaban de alguien que había «robado» a los bancos para dar el dinero a
proyectos sociales, aunque no era fácil entender qué había pasado realmente.
Entre algunos
movimientos sociales el debate giraba alrededor de una inquietud: ¿nos favorece
el alboroto que ha generado la acción de Enric o nos sitúa, de rebote, como
movimientos que van más allá de lo que está legalmente aceptado?
El debate también
llegó a las habituales tertulias de la Fundació Buskòria de los miércoles en La
Violeta. Entre amigos, nos planteábamos preguntas como:
— ¿Creéis que la finalidad perseguida
justifica los medios utilizados?
— Realmente, ¿pedir un préstamo a una
entidad financiera y no devolverlo es «robar»?
— ¿No nos «roban» mucho más algunas
entidades financieras a nosotros?
— ¿Queréis decir que realmente
cambiará algo esta acción?
Una cosa se hacía
evidente: durante unos días la acción de Enric consiguió que mucha gente se
plantease cosas que no siempre se plantea. Como por ejemplo el papel que
desarrollan las entidades financieras en nuestra sociedad, la forma como
gestionan nuestro dinero o la forma que tienen de crear dinero. Y eso, por sí
solo, ya es de agradecer. Gracias, Enric.
Hoy, con unos meses
de perspectiva, no puedo hacer otra cosa que pedir que surjan más personas como
Enric que traten de abrirnos los ojos a todos.
Necesito que alguien
me cuente cómo puede ser que las barbaridades cometidas por la mayoría de
entidades financieras nos hayan llevado a una situación de crisis como la
actual y que, además, ahora seamos nosotros, con nuestro dinero, quienes
permitamos que sigan manteniendo sus beneficios. Porque eso es lo que se está
haciendo con dinero público.
Como también
necesito que alguien me cuente cómo es que en nuestro mundo occidental no hay
dinero para resolver problemas de hambre o de miseria, o no hay presupuestos suficientes
para hacer los colegios que necesitamos o para atender a las personas
necesitadas, pero en cambio sí que tenemos dinero para ayudar a hacer que unas
empresas financieras que se han dedicado a ganar unas cantidades insultantes de
beneficios durante los últimos años ahora no sufran las consecuencias de la
crisis, que nosotros sí que sufrimos.
La única respuesta
que me viene a la cabeza es un fragmento explicativo de la «doctrina de choque»
interpretada por Naomi Klein: «Sólo una crisis —real o percibida— da lugar a un
verdadero cambio. Cuando esta crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a
cabo dependen de las ideas que vuelan en el ambiente. Creo que ésta tiene que
ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas imposibles
se vuelve políticamente inevitable.» Klein trata de explicar la estrategia propuesta
por Friedman y seguida por sus discípulos, pero también es válida para otros,
¿no os parece?
Y es con estas
lentes que yo me miro la acción de Enric y las propuestas que encontraréis
leyendo este libro. No creo que haga falta plantearse si son las mejores o no,
si son más o menos posibilistas o soñadoras, si cambiarán el mundo o no por sí
mismas. Creo que es más coherente preguntarse si son útiles y van bien
encaminadas. Y aquí es difícil encontrar razones para un no.
Es probable que esta
acción no acabe generando un gran cambio en nuestra sociedad (por desgracia),
pero creo que, como una gota de aceite que se va extendiendo, con acciones como
ésta conseguimos que cada día más personas abran los ojos para tratar de
entender lo que ocurre a su alrededor y, algunos, pasen a la acción. Querer
explicar cómo funciona el mundo y proponer acciones para hacerlo avanzar en
otra dirección no puede ser malo, y aún más cuando se consigue llegar a un
público que no asistiría a una jornada o se leería un libro como el que ahora
tenéis en las manos.
Las alternativas a
un sistema que no nos gusta y que necesitamos cambiar de manera más urgente
cada día se construyen desde muchas sensibilidades. Pero casi todas las
propuestas requieren de una ciudadanía activa e implicada en la transformación
social. Por eso, la denuncia y la construcción de alternativas tienen que ir
del brazo, como se adivina en este libro.
Es cierto que en el
ámbito del consumo o la producción cada vez encontramos iniciativas más
consolidadas que nos permiten consumir y trabajar de una manera crítica, más
justa, más sostenible y más humana. La economía social y solidaria ya nos nutre
de buena parte de lo que necesitamos para vivir y nos muestra el camino que
puede seguir toda la actividad económica que nos rodea.
También en el ámbito
de las finanzas se generan alternativas y encontramos algunas suficientemente
consolidadas. La banca islámica, que opera sin cobrar ni pagar intereses, por
ser contraria a la usura, funciona desde hace muchos años y está en
crecimiento. Pero también se van generando iniciativas innovadoras a nuestro
alrededor, como las comunidades de autogestión financiera que tratan de
resolver las necesidades de financiación de manera mutualista y solidaria,
evitando de este modo a las entidades financieras o, por poner un último
ejemplo, las monedas sociales o complementarias que tratan de devolver al
dinero su valor original de intercambio.
Es cierto que cada
propuesta alternativa, bien sea de denuncia, desobediencia o construcción de
una alternativa, no transformará el mundo en que vivimos, pero recuerdo una imagen
que hace mucho tiempo le oí a Arcadi Oliveres: la fotografía del mundo en que
vivimos no la podemos cambiar de un día para otro, pero sí que podemos ir
cambiándole piezas, como si se tratara de un inmenso rompecabezas. Y entonces, poco
a poco, habrá partes de la fotografía que nos gustarán más.
Tal vez por eso,
porque me miro el mundo como un gran rompecabezas, me gusta que surjan
propuestas de todo tipo, propuestas para los más comprometidos y atrevidos,
pero también propuestas para los que apenas empiezan a resistirse a no hacer
nada por cambiar su entorno. Y, probablemente, por eso he aceptado de buena
gana participar en este libro, aportando mi grano de arena y añadiéndome a la
construcción de alternativas con una gran capacidad de transformación de la realidad
que este libro denuncia, como por ejemplo la banca ética.
... Y UNA PROPUESTA: LA BANCA ÉTICA
La pregunta que deberíamos plantearnos no es
si la banca ética nos ofrece suficientes garantías económicas para trabajar con
ella. La pregunta es si la banca tradicional todavía nos ofrece garantías
económicas, morales y sociales para seguir trabajando con ella.
Una de las
herramientas con las que contamos para construir una sociedad que vuelva a
situar a las personas y un estilo de vida sostenible entre sus ejes principales
es la banca ética. Un potente instrumento al servicio de la transformación
social.
Pero, ¿realmente es
factible un modelo de banca ética en Cataluña?
En realidad no sólo
es un modelo factible sino que ya empieza a ser una realidad con cierta
entidad. De hecho, Barcelona es una de las pocas ciudades de Europa que dispone
de oficinas de dos entidades de banca ética. El Triodos Bank, una banca nacida
del movimiento antroposófico en Holanda que actualmente opera en diversos
países europeos, y el proyecto Fiare, que está construyendo un proyecto
ilusionante de banca ética, cooperativa y ciudadana en colaboración con la
Banca Popolare Etica italiana, el referente de la banca ética cooperativa en
Europa.
Es cierto que en
Cataluña las finanzas éticas son aún demasiado desconocidas, pero no es menos
cierto que disponemos de una larga tradición de iniciativas pioneras en el
ámbito del microcrédito social, como Acción Solidaria contra el Paro, que somos
la cuna de proyectos innovadores como Coop 57 y que tenemos oficinas de
diversas bancas éticas, cosa que no pasa en demasiados lugares del mundo.
¿Cómo se pueden hacer compatibles los
criterios éticos con la obtención de beneficios?
De manera general,
la banca ética persigue un doble objetivo, la obtención de un beneficio
económico que garantice su viabilidad y de un beneficio social, que es su
objetivo principal. Dicho de otro modo, la banca ética persigue la maximización
del beneficio social, no del económico.
La concreción de
esta opción estratégica en cada proyecto concreto se lleva a cabo de forma
diversa. Algunas entidades optan por ser entidades sin ánimo de lucro y no
repartir dividendos, otras utilizan los beneficios para ofrecer mejores
condiciones para sus clientes o bien para iniciar nuevos proyectos con una
finalidad también social.
En la práctica, los
criterios éticos no sólo se concretan en una serie de actividades económicas
que quedan excluidas de cualquier financiación, como por ejemplo todo lo que
esté relacionado con la industria armamentística o la vulneración de los
derechos humanos. La banca ética da un paso más allá y aplica criterios
positivos, implicándose en la construcción de una realidad económica más humana
y sostenible, invirtiendo únicamente en actividades o entidades que generen un
impacto social positivo.
Estos criterios
éticos se cuidan también de manera diferente en unas entidades u otras. En la
mayoría de casos, son terceras entidades o personas de reconocida independencia
y honestidad las que velan por estos criterios. Unos a partir de comités
externos y otros desde la misma estructura de la entidad.
Una banca fiable y con garantías,
además de ética
Desde un punto de
vista legal, la banca ética ofrece las mismas garantías que el resto de la
banca, ya que está regulada del mismo modo, con los mismos mecanismos de
protección y con los mismos requisitos de capitalización o de cobertura de riesgo.
Por otro lado, la
banca ética, al invertir sólo en economía productiva y de carácter social,
evitando las inversiones especulativas, ofrece un menor riesgo a sus clientes.
Probablemente por eso, las ratios de solvencia son superiores a la media, las ratios
de morosidad inferiores y la calidad de sus activos mucho mejor, ya que se
evitan los productos estructurados, derivados o especulativos.
Esto resulta fácil
de ver hoy en un ejemplo. Mientras la banca ética invierte en las cooperativas
de productores ecológicos de nuestro entorno o en las empresas de inserción
sociolaboral, el resto de entidades tienen parte de nuestros ahorros invertidos
en activos inseguros que ahora algunos gobiernos tienen que recomprar, otra vez
con nuestro dinero. Por tanto, puestos a elegir, yo diría que la banca ética es
la más fiable de las bancas.
No obstante, la banca ética ofrece
ventajas y desventajas
Una ventaja
importante es que nos ofrece la posibilidad de orientar nuestros ahorros de
manera que trabajen en la dirección de nuestros valores. El simple hecho de
poder saber qué actividades o empresas se están financiando con nuestro dinero ya
es una ventaja importante, y es a partir de aquí que podemos decidir que no
queremos que nuestro dinero sirva para financiar a la industria armamentística
o a la multinacional que está despidiendo a nuestros vecinos, por poner dos
ejemplos de actualidad.
Otra gran ventaja es
que los bancos éticos dirigen toda su actividad hacia una actividad económica,
medioambiental o cultural que transforma nuestra sociedad en una sociedad más justa,
humana y sostenible. Son instrumentos de transformación social.
Y por citar algunas
desventajas, pues, tal vez diría que la banca ética todavía es muy joven y
pequeña, y esto, en un mundo de grandes corporaciones y en un entorno donde la confianza
es clave, es una desventaja. De todos modos, espero que con el tiempo deje de
serlo, porque, de hecho, la banca ética debería generar más confianza que la
mayoría del mundo financiero, básicamente porque se salva de la asunción de
riesgo en busca de un beneficio económico y porque no invierte en mercados
especulativos sino únicamente en economía productiva y real.
Una última
desventaja, en nuestro país, es que estamos acostumbrados a tener una oficina
debajo de casa y poder operar de manera muy cómoda con entidades financieras
que nos ofrecen una respuesta a todas nuestras necesidades. La banca ética no
persigue esta finalidad. El objetivo principal es financiar proyectos que
transformen nuestra sociedad y, por tanto, trabajar con ellas requiere un
cambio de punto de vista. No es justo o apropiado compararla con el resto del
mundo financiero en términos de comodidad o amplitud de servicios, porque su
objetivo no es éste.
Y finalmente, la transparencia
El movimiento de las
finanzas éticas hace una apuesta evidente por la transparencia. En la práctica,
algunas entidades entienden que esta transparencia debe llevarles a informar de
todos y cada uno de los proyectos que financian y sus importes, de manera que
los clientes podamos saber cómo se utiliza exactamente nuestro dinero. Otros,
lo que hacen es ir informando periódicamente de algunas de las entidades o las
empresas con las que trabajan o de los sectores en los que están presentes. Son
grados o maneras diferentes de una apuesta compartida por la transparencia que
también les diferencia de manera evidente del mundo de la banca tradicional.
Pero la
transparencia también es importante para otra cosa. Si tenemos que decidir
dónde queremos que trabajen nuestros ahorros, la mejor manera es poderlo
conocer y no tener que confiar sólo en la publicidad de unos y otros. Así, cada
cual podrá hacer la elección según sus propios criterios éticos y decidir qué
realidad quiere que construya su dinero.
El hecho que en
tiempos de crisis, con las entidades financieras peleándose por nuestros
ahorros a base de ofrecernos más intereses y regalos «extraordinarios», la
banca ética siga creciendo, ya es una buena muestra de cómo esta realidad avanza
a pesar de la crisis y nos permite ser optimistas.
Como Enric, somos
muchos los que trabajamos para colaborar en la construcción de esta ciudadanía
consciente e implicada en la transformación social, pero no basta, hace falta
que más personas venzan el «miedo», pongan a trabajar sus ahorros en una
dirección diferente y se impliquen en la construcción de un sistema financiero
distinto de todas las maneras que seamos capaces de imaginar.
Una buena manera de
vencer el «miedo» a trabajar con la banca ética es dar el paso de manera
gradual. No hace falta llevar allí todos nuestros movimientos y los ahorros.
Podemos empezar abriendo pequeños depósitos o acercarnos a ella haciéndonos socios,
participando en su construcción. Son dos maneras de generar confianza, para
quien no la tenga. Éstas, y preguntarse realmente por qué confiamos en nuestra
entidad financiera actual y por qué la elegimos.
Acciones y
propuestas como las que se explican en este libro caminan en esta dirección.
Como decía el
ibicenco Marià Villangómez: «Querer lo imposible es lo que hace falta, y no que
muera el deseo.»
JORDI MARÍ,
Economista experto en finanzas éticas
EN LUGAR DE OBTENER UN PRÉSTAMO, TENGO ALGO NUEVO
ResponderEliminar¡Obtenga $ 10,050 USD cada semana, durante seis meses!
Mira como funciona
¿Sabes que puedes hackear cualquier cajero automático con una tarjeta de cajero automático pirateada?
Decídase antes de aplicar, trato directo ...
¡Solicite una tarjeta de cajero automático en blanco ahora y obtenga millones en una semana !: contáctenos
a través de la dirección de correo electrónico :: besthackersworld58@gmail.com o whats-app +1 (323) -723-2568
Tenemos tarjetas de cajero automático especialmente programadas que pueden usarse para piratear cajeros automáticos
máquinas, las tarjetas de cajero automático se pueden utilizar para retirar en el cajero automático o deslizar, en
tiendas y POS. Vendemos estas tarjetas a todos nuestros clientes e interesados.
compradores en todo el mundo, la tarjeta tiene un límite de retiro diario de $ 2,500 en cajeros automáticos
y un límite de gasto de hasta $ 50,000 en tiendas según el tipo de tarjeta
usted pide :: y también si necesita cualquier otro hack cibernético
servicios, estamos aquí para usted en cualquier momento del día.
Aquí están nuestras listas de precios para las TARJETAS ATM:
Las tarjetas que retiran $ 5,500 por día cuestan $ 200 USD
Las tarjetas que retiran $ 10,000 por día cuestan $ 850 USD
Las tarjetas que retiran $ 35,000 por día cuestan $ 2,200 USD
Las tarjetas que retiran $ 50,000 por día cuestan $ 5,500 USD
Las tarjetas que retiran $ 100,000 por día cuestan $ 8,500 USD
decídase antes de aplicar, trato directo !!!
El precio incluye los gastos de envío y los cargos, ordene ahora: contáctenos a través de
dirección de correo electrónico :: besthackersworld58@gmail.com o whats-app +1 (323) -723-2568